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EL CAIRO

La entrega de dos islotes a Arabia Saudí suscita criticas en Egipto

La decisión de Egipto de entregar a Arabia Saudí dos pequeñas islas cercanas a la península del Sinaí ha desatado una ola de protestas, entre airadas e irónicas, en las redes sociales y en los medios del país. La cesión de las islas fue negociada el fin de semana dentro de un acuerdo entre los dos países árabes para delimitar sus fronteras marítimas.

El inesperado anuncio de la devolución de los dos islotes deshabitados de Tiran y Sanafir por parte de Egipto a Arabia Saudí se produjo el sábado durante una visita histórica a El Cairo del rey saudí Salman, salpicada de grandes promesas de inversión. Tres días después, la decisión suscitaba todavía la cólera de ciertos comentaristas en las cadenas de televisión –partidarias, por lo habitual, del presidente egipcio, Abdelfatah al-Sissi– y en las redes sociales. Parlamentarios defendieron que el acuerdo debería ser sometido a referéndum. En los próximos días, la decisión de El Cairo será votada en el Parlamento egipcio.

Los internautas acusan al Gobierno de mercadear con estas dos islas del mar Rojo a cambio del apoyo sin fisuras de Riad.

«¡Acércate, acércate amigo! la isla está a mil millones, las pirámides a dos mil, y de regalo te llevas dos estatuas», ironizaba en Twitter el célebre humorista Basem Yusef, añadiendo, ya en un tono más serio, que «nuestro problema no es con quien compra, él ya sabe cuál es su interés; nuestro problema es con quien vende».

Diputados y miembros del Partido Socialdemócrata Egipcio recogerán firmas para rechazar el acuerdo, mientras el partido recalcaba que las islas son parte del país desde 1800.

En reacción a las críticas, el Gobierno difundió el sábado un comunicado, según el cual el fundador del reino saudí, Abdulaziz al-Saud «solicitó a Egipto que garantizara la protección de las dos islas, que le pertenecían, en 1950». «Los expertos aseguran que, efectivamente, ambas están en aguas territoriales saudíes», añadía.

Importancia simbólica

«Tenemos derecho a oponernos a la falta de transparencia del Gobierno egipcio», consideraba el domingo en Twitter el politólogo Amr Hamzawy, por lo general, crítico con el poder. «Pero acusarlo de ceder un territorio sin considerar la historia y la posición de ambas islas, es mostrar falta de objetividad», dijo.

Para ciertos egipcios, las dos islas tienen ante todo una importancia simbólica, por estar ligadas a las cuatro guerras entre Egipto e Israel. Situadas estratégicamente a la entrada del golfo de Aqaba, permiten controlar gracias al estrecho de Tiran el acceso al puerto israelí de Eilat, el único que tiene en el océano Índico y por donde se abastece desde Lejano Oriente.

Su cierre por el panarabista Gamal Abdel Nasser precipitó la guerra israelo-árabe en 1967, permitiendo a Israel que ocupara la península del Sinaí y ambas islas estratégicas. El acuerdo de paz de Camp David, firmado en 1979 por ambos bandos, autorizó a Egipto a recuperar sus territorios, aunque le prohibía instalar tropas allí.

Arabia Saudí se comprometió a respetar «todos los acuerdos» respecto a las dos islas, pero el Parlamento egipcio debe aún aprobar la transferencia de los dos territorios prevista en un acuerdo de demarcación de las fronteras marítimas firmado durante la visita del rey Salman.

El texto se apoya en un decreto presidencial de Hosni Mubarak, derrocado en 2011 por una revuelta popular y que había validado en 1990 la transferencia de las dos islas informando de ello incluso a Naciones Unidas, insistió el Gobierno.

«Aspiraciones de poder saudí»

«El error del Gobierno es que no ha informado al pueblo de que había discusiones en marcha con Arabia Saudí para demarcar las fronteras», consideró Mustafá Kamel al-Sayid, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Americana de El Cairo. «Ni bajo (el Gobierno de) Mubarak, ni de Al-Sissi», subrayó.

A su juicio, «este acuerdo responde a las aspiraciones de poder saudí, que quiere presentar a su país como la primera potencia de Oriente Medio».

La Arabia Saudí suní se encuentra en una lucha de poder sin precedente con el otro peso pesado de la región, el Irán chií, mientras se enfrentan en Yemen y Siria.

La importancia de las dos islas, que no son habitables, «es más histórica que otra cosa», desdramatizaba el periodista y analista saudí Jamal Khashogi.

Israel dio su visto bueno a la cesión

Israel conocía desde hace semanas la intención de Egipto de ceder a Arabia Saudí dos pequeñas islas en el Mar Rojo, y dio su conformidad tras obtener garantías de que no serán usadas para cerrar el estrecho de Tirán, su único acceso al océano Índico.

La cesión de las islas fue acordada el fin de semana y fuentes del Gobierno de Benjamin Netanyahu citadas por el diario “Yediot Aharonot” confirmaron que la transferencia se hizo con el conocimiento de Israel, dado que ambas aparecen mencionadas en los Tratados de Paz de 1979 entre Israel y Egipto. El acuerdo de paz entre los dos países dice que el estrecho de Tirán debe permanecer abierto.

Su cierre en 1967 fue uno de los catalizadores de la Guerra de los Seis Días, que permitió a Israel ocupar la península del Sinaí y ambas islas estratégicas.

Según el diario israelí, Arabia Saudí ha dado garantías a EEUU y a Egipto de que la vía no será cerrada al tráfico de barcos israelíes o que se dirijan a Israel, lo que propició que este país retirase su oposición a la cesión.GARA