Joseba VIVANCO
Athletic

«Cuidemos lo que tenemos aquí», anima Koldo Agirre

El histórico león se despide como referente de las peñas del club, rememorando sus días como rojiblanco.

Tal día como ayer, pero de 1977, la Juventus de Turín le ganaba al Athletic la final de la Copa de la Uefa en San Mamés. «Yo les había avisado toda la semana y el gol nos vino por donde jugaba Txema Lasa y es que a Txema le daba todo igual, le daba igual 40 que 44», rememora hoy aquel 2-1 quien ocupaba el banquillo rojiblanco, Koldo Agirre, uno de los ya cada vez menos leones históricos que quedan para narrar aquellas historias. Lo hace en una entrevista que el club publicó ayer en su página web coincidiendo con su adiós esta temporada como embajador y referente de las peñas repartidas por todo el mundo. Sentado, sobre la hierba de San Mamés, con voz pausada, algo quebrada, pero una memoria privilegiada la de quien fuera partícipe de aquel mítico equipo de ‘los once aldeanos’ que en 1958 ganó al Madrid campeón de Europa en el mismo Chamartín. «Mucha gente por la calle todavía recuerda aquel partido», se alegra.

Doce temporadas en rojo y blanco avalan la trayectoria sobre el césped de quien luego saltara al banquillo de un club en el que vivió muy buenos, pero también angustiosos momentos. «Yo me acuerdo siempre de los gloriosos», apuntilla. Como sus cuatro goles a un Carmelo Cedrún en el Espanyol, en apenas veinte minutos y por los que tuvo que pagar cuatro gin-kases a Fidel Uriarte, convencido de la remontada en un 4-4 final. Fue el día en que se encaró con Piru Gainza, entrenador, al que desafió y no hizo caso sobre la posición en la que jugar. Y le salió bien. «La culpa –del rifi rafe– la tuvo Piru», responde.

Las finales, «para disputarlas»

Ganó finales, las perdió. Como ante el Zaragoza, en 1966, «donde corrí como un idiota y no toqué un balón, hice todo lo que no me gustaba». Y es que a juicio de Agirre, «las finales hay que llegar a ellas, y se dice que son para ganarlas, pero son para disputarlas, y si dos juegan solo hay un ganador». La Copa ganada al Elche, en la que estuvo lesionado pero ejercía de capitán, fue un colofón magnífico. Ya en su último año como jugador, problemas personales condicionaron su presencia. Rafa Iriondo, técnico por entonces, «se portó conmigo de maravilla».

Fue un hasta luego. Regresó como técnico a Lezama, a un Bilbao Athletic en Tercera, hasta que, cosas de la vida, con quien más discutió, Piru Gainza, le catapultaría al primer equipo. Era el verano de 1976. Koldo tomó el relevo de Iriondo y años después le daría la alternativa a Javi Clemente. «Conmigo debutaron Urkiaga, Manu Sarabia, Bengoetxea, Agirreoa, Argote...», relata. Logró armar un gran conjunto. En la primera campaña, 1976-77, «teníamos un equipo precioso, que jugaba bien al fútbol, y eso es palabra del Chopo, que dice que es cuando más se divirtió, y el Chopo no habla por hablar», se muestra ufano.

Una etapa en la que resulta imposible abstraerse de aquella cita europea ante la Juventus. Un tránsito hacia aquella final a doble partido en la que Agirre no puede esquivar aquel ya legendario ‘penalti de Madariaga’. Fue en San Siro, ante el Milan, 3-0 en el marcador, pena máxima y tres minutos para el pitido final. «Txetxu Rojo y Churruca se acojonaron», y en el banquillo, Dani «metiéndome las gomas, diciéndome ‘si me sacas, lo tiro yo’. Y yo le contesté, ‘si te saco y lo fallas tenemos que ir a Siberia los dos’». Al final lo lanzó Madariaga, al que Koldo tenía ya ojeriza. Para más inri, lo tiró con la izquierda cuando era diestro... Nudo en la garganta y gol. «Los de Barakaldo lo tiramos así», contaría luego Rojo que le dijo. No se lo pensó el entrenador, no volvió a darle minutos y por Madariaga Agirre se trajo del Alavés a un tal... Alexanko.

En la semifinal ante el Racing White también lo pasaron mal. «Nos acojonamos, la responsabilidad siempre ha sido un lastre para nosotros. No hemos sido un equipo que salimos seguros a ganar y creo que todavía nos sigue pasando lo mismo, porque somos demasiado serios. Igual nos lo tenemos que tomar con más cachondeo», reflexiona. Y luego esa final europea perdida. «El árbitro –en la vuelta– nos pitó fatal».

Aburrido de los periodistas

Y de decepción a decepción: la final de Copa del 77. «No tuvo ni buen día el Chopo», se adelanta a decir. «No echo la culpa a nadie, ni a Dani por fallar el penalti ni al Chopo porque le metiera dos goles de cabeza un enanito», deja caer. «La flor de Iriondo no se le quitaba ni pa Dios», concluye al recordar aquella fecha.

Tras tres años en el banquillo, llegó el adiós. «Me voy porque los que me aburrísteis fuisteis los periodistas, estaba hasta el gorro de aguantaros», se sincera, recordando, por ejemplo, el debate de si Rojo y Argote podían o no jugar juntos. «Los tontos son incompatibles, los jugadores buenos siempre pueden jugar juntos», recuerda que contestaba a la prensa. Le sustituyó Helmut Senekowitsch. «No acertaron bien, y eso que les di tiempo para elegir», sonríe.

Koldo Agirre ha prestado sus últimos servicios al Athletic. Lo ha hecho mano a mano con los peñistas. «Hay mucha gente por ahí fuera con la que merece la pena charlar y estar con ella un rato», aconseja el de Sondika. Y un mensaje: «Cuidemos mucho lo que tenemos aquí, hacerlo más nuestro todavía y así seguiremos eternamente».

El Athletic, 20 amarillas por protestar

El Athletic ha sido el cuarto equipo de la Liga que menos cartulinas amarillas ha visto, solo por delante de Deportivo, Madrid y Barcelona. Por ejemplo, los primeros rojiblancos con más amarillas que encontramos son Raúl García y Aduriz, con 9 cada uno, y por delante hay otros 40 jugadores más amonestados que ellos; el siguiente león es Laporte, con 6. No obstante, sí que hay un dato que llama la atención, y que seguramente tenga que ver con el hecho de que los dos puntas rojiblancos sean los más sancionados. Y es que el Athletic es el quinto equipo que más amarillas ha visto, 20, por protestar al colegiado, por detrás de Celta, Levante, Granada y Betis, según datos de la revista ‘‘Panenka’’. Por ejemplo, el Atlético de Simeone es el menos tarjetado por quejarse. El Athletic ha recibido cinco expulsiones –dentro de la media– y ninguna amarilla porque un jugador se quitara la camiseta; en el Granada, lo vieron cinco futbolistas.J.V.