Pablo CABEZA
BILBO

«33 revoluciones por minuto», mil páginas sobre la sociedad y la música

Pocos libros de temática musical nos han dejado tan perplejos como este «33 revoluciones por minuto. Historia de la canción protesta». Cerca de mil páginas escritas por Dorian Lynskey que giran alrededor de treinta y tres canciones claves en el ámbito de la protesta, pero que devienen en un profundo estudio histórico de las implicaciones sociales y políticas.

Pasta dura, muy dura, 950 páginas, bordes rojos, incluye e-book y el libro se llama “33 revoluciones por minuto. Historia de la canción protesta” (editorial Malpaso). El 33 juega con las revoluciones del elepé y se corresponde con 33 canciones protesta que Dorian Lynskey analiza por su importancia y singularidad, pero la aportación del escritor británico va más allá de rutinarias biografías. Lo que propone Lynskey con cada capítulo, artista principal y canción es colocarla en su contexto social y político y analizarlo en profundidad desde el lado social y político.

En realidad, el escritor ligado a “The Guardian” realiza un estudio tan profundo de cada canción que esta es solo la escusa para describir y retratar con crudeza cada momento y en formato panorámico. El autor y la canción son el eje del relato, pero treinta y tres canciones no pueden ocupar cerca de mil páginas. El volumen lo consigue Lynskey examinando cada contexto minuciosamente, convirtiendo un libro musical en un libro de historia. Asimismo, aquí no aparecen solo los nombres de treinta y tres músicos, sino de cientos y cientos. Todo el entorno de la canción y la época.

“33...” recorre la historia de la canción protesta de Estados Unidos y Gran Bretaña, salvo por Víctor Jara, siguiendo un orden cronológico.

Se inicia con “Strange fruit”, de Billie Holiday, 1939. El capítulo lo titula “Cuerpos negros mecidos por la brisa sureña” y lo subtitula “El nacimiento de la canción protesta”. Con la cita “esta tierra se hizo para ti y para mí”, se desgrana la lucha de Woody Guthrie contra el capitalismo; “This land is your land” (1944) es el punto de partida para analizar la época al detalle. De 1947 a 1963 se queda con “We shall overcome”, con la que se adentra en el poder de la canción popular gracias a Pete Seeger y otros.

En el capítulo cuatro entra Bob Dylan con “Master of war”. Dice: «Dylan niega que jamás fuera un cantante protesta, pero hay que tener en cuenta que tampoco se lo parecía Guthrie. En su lugar, hablaba en términos de ‘canciones de actualidad’».

El libro es tan denso como adictivo. La división en capítulos contextualizados de inicio a fin, permite leerlo en el orden que se desee, sea la guerra de Vietnam, la época de Thatcher, el periodo Reagan, el “American idiot” de Green Day con foto de G.W. Bush, el hip hop de Public Enemy o los Clash.