Ramón SOLA
DONOSTIA

Gipuzkoa, un poco más morada y un poco menos verde

El mapa apenas ha cambiado en Gipuzkoa desde el 20D, pero esto no significa que no haya noticia. Unidos Podemos da otro paso adelante en porcentaje, que no en votos, ganando algunos municipios más, mientras EH Bildu no logra aún volver a poner la flecha hacia arriba.

Las elecciones han resultado poco relevantes en Gipuzkoa, a tono con una campaña apenas percibida en la calle. Pero que apenas se haya movido nada sí puede sorprender, dados los cambios en las perspectivas políticas de diciembre a aquí.

Para empezar, la previsión de que Podemos podía haber tocado techo con su irrupción de hace seis meses se muestra errónea: la suma con Ezker Anitza gana otro medio punto porcentual. No cabe decir que le haya dado otro mordisco a EH Bildu, pero sí un arañazo. Vuelve a adelatarse en el Senado, donde a los candidatos de Unidos Podemos les vota menos gente que al Congreso y a los de EH Bildu, por contra, más.

En paralelo, el independentismo de izquierdas no ha conseguido iniciar la remontada y cosecha su tercer mal resultado electoral consecutivo en el herrialde, aunque lejos de los batacazos de mayo y diciembre del pasado año. La tendencia no se ha revertido en vísperas de las cruciales autonómicas.

Es el PNV quien mejor define el estancamiento de esta segunda vuelta: calca casi su porcentaje de diciembre, con una pérdida de apenas doce centésimas y 6.000 votos, equiparable al aumento de abstención.

El cuadro resultante es que Gipuzkoa es muy poco más morada. Mejor que en su victoria en votos en el herrialde (superando anecdóticamente la barrera de los 100.000 pero sin llegar a lo que sumaron Podemos e IU hace seis meses), se plasma en algunos nuevos avances en el mapa municipal. Si en diciembre ya venció en Donostia, Eibar, Andoain, Irun o Lasarte –localidades tradicionalmente con fuerte implantación del PSE–, ahora se impone también en Legazpi o Zumarraga; roza los talones al independentismo en un feudo como Hernani (se ha quedado a apenas trece votos); y se acerca al PNV en su no menor bastión de Hondarribia.

EH Bildu registra nuevas pérdidas importantes de voto en Azpeitia (400 menos), Eibar (460), Zarautz (460), Deba (165) y especialmente Donostia (más de 2.000). En las zonas rurales aguanta mejor, pero en las ciudades –y probablemente en el voto joven– la referencia de Pablo Iglesias sigue pesando más.

Gipuzkoa era a media tarde el herrialde con menor índice de participación, sin llegar al 50%. Mientras en el Estado y la CAV la implicación ciudadana había bajado siete puntos respecto al 20D, en este caso superaba los ocho de bajada. Sin embargo, al cierre de los colegios la cota de voto se quedó muy cerca de la de diciembre (solo 1,67% más de abstención). Pudo deberse a que la gente acudió a última hora o a que muchos votaron por correo al estar de vacaciones; estos sufragios se vuelcan al final.

El caso es que el mantenimiento de la participación contribuyó a elevar casi en un punto porcentual el apoyo tanto al PP como al PSOE, lo que en realidad no les sirve para gran cosa. Borja Sémper vuelve a quedarse sin escaño y Odón Elorza sí continuará en Madrid. Tanto uno como otro partido no llegan ni de lejos a lo que eran hace bien poco. El PSE que sumó 127.840 en 2008 no obtiene ahora ni el 40% de esa cifra, y el PP que cosechó más de 51.000 en 2011 ahora no alcanza los 35.000.