El pasado viernes los bancos eran aprobados por la Autoridad Bancaria Europea, que confirmaba sus niveles confortables de solvencia, excepto en el caso del Monte dei Paschi di Siena (MPS). Tras dos días de negociaciones en las bolsas ha quedado claro que el test es papel mojado y que las dudas sobre el futuro del sector financiero son, cuando menos, razonables. Y es que ayer mismo se conocieron distintos hechos que justifican el recelo de los inversores. El Commerzbank alemán se desplomaba a mínimos históricos después de anunciar que no cumplirá los objetivos de rentabilidad. Los bancos Deustche Bank y Crédit Suisse saldrán del Eurostoxx 50 al perder sus acciones la mitad del valor en el ejercicio. En Italia se suceden las noticias sobre los peligros que acechan a la supervivencia del Monte dei Paschi –perdió ayer un 16%– pese a los esfuerzos para ponerlo a salvo. Además, los expertos esperan más movimientos en otras entidades con el fin de afrontar el escenario actual, donde la obtención de beneficios es más difícil que el año pasado.

Así las cosas, los bancos atropellaron a los índices europeos con sus desplomes. El Ibex se hundía un 2,77%, hasta los 8.277,30 puntos. París cedió un 1,80%; Fráncfort, un 1,84%; y Londres, un 0,73%. En el Ibex, Caixabank perdía un 5,37%; Popular, un 5,35%; Santander, un 5,32%; Sabadell, un 4,97%; BBVA, un 4,87%; Bankia, un 4,41%, y Bankinter, un 3%. Todavía peor lo hizo ArcelorMittal (-5,54%). Solo Viscofan e Indra cerraron en verde. En París, también sufrieron los valores bancarios: BNP Paribas bajó un 4,33%; Société Générale, un 3,13%; y Crédit Agricole, un 2,73%. Las acciones de Vinci (+0,22%) celebraron su inclusión en el selectivo de los 50 valores europeos más importantes.