Garikoitz IRAZU
Miembro de Piratak Athletic

Que no nos descentren

Aunque la palabra derbi originariamente estuvo ligada a la hípica, se ha venido utilizando para referirse a cualquier clase de competencia deportiva. Con posterioridad, otras teorías lo vincularon a los enfrentamientos en la ciudad de Derby o en la de Liverpool y otras en Glasgow... Un derbi local es apenas una competencia que enfrenta a dos rivales locales, según definición de la sabelotodo Wikipedia. Esto es, rivales. Esto es, que lo que tiene que haber de por medio es rivalidad, rivalidad por tener ganas de ganar al vecino, cosa normal y muy sana, dicho sea de paso.

Lo que no empieza a entrar en mi cabeza, sobre todo desde el auge de las redes sociales, es todo este ambiente tan enrarecido que acompaña al derbi Athletic-Real en su semana previa y como medie alguna polémica arbitral también en la posterior.

Uno, que ha vivido unos cuantos, empieza a cansarse ya de toda esta perversión de lo que es nuestro derbi, en buena parte dirigido desde cierta gente y ciertos periodistas y medios de comunicación a los que para nada les interesa la construcción nacional de nuestro pueblo, y a decir verdad, personalmente solo pensar que llega esta cita y se le quitan las ganas a uno del propio partido en sí.

Personalmente me da pena, porque está muy bien que exista una rivalidad que, según las temporadas, puede crecer o decrecer, pero que en ningún caso es conveniente llegar hasta ciertos puntos y sobre todo sobrepasar ciertos límites, siendo conscientes de que en Gipuzkoa quizás se viva con más ímpetu este partido. Un choque que en esta ocasión llega con dos semanas de parón por aquello de los partidos de selecciones... Sí, esa selección que nos niegan que compita oficialmente, lo que aprovecho para sugerir el impulso que daríamos si en cada uno de los veinte derbis vascos que tenemos en esta temporada histórica las aficiones aprovecharan para reclamar la oficialidad de la Euskal Selekzioa.

Cuando uno ve los derbis de Galiza, los que había antes en Asturies, Barna, Madrid y ya ni qué hablar de Sevilla u otros que hemos visto como Juve-Torino, Arsenal-Tottenham o Liverpool-Everton, siente y está convencido de que nosotros no podemos ser iguales, que nosotros si tanto nos vanagloriamos de ser distintos que se note, y aunque me importe poco cómo nos vean en España, dar una demostración de que dejando a un lado esas rivalidades deportivas sanas, somos un pueblo unido en una gran fiesta deportiva.

Ahí se tienen que centrar nuestros esfuerzos, estos partidos tienen que servir para que se nos vea más allá de nuestras fronteras como un clamor popular en Anoeta o San Mamés, en Ipurua, Mendizorrotza o El Sadar, dejándonos de tonterías varias que lo único que hacen es que esas gentes que propulsan todo lo contrario sonrían desde sus poltronas.

Dejémonos de bobadas, cantemos, animemos cada cual al suyo con toda nuestra fuerza, bebamos, bailemos y pasémoslo bien, que gane el mejor, o el que pueda, que es solo un partido, pero eso sí, que no nos descentren y sepamos siempre dónde de verdad está nuestro enemigo… y ese no lo encontramos al otro lado de la A-8.