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DONOSTIA

Buscan en Gipuzkoa hogares de acogida para 60 menores

Gipuzkoa busca hogares de acogida para sesenta menores, desde bebés hasta adolescentes, que actualmente están en centros tutelados. Destacan que los profesionales «no pueden reemplazar el calor de un hogar».

Sesenta niños y adolescentes necesitan hogares de acogida en Gipuzkoa, familias que les den «abrazos de carne y hueso», según el lema de la campaña de captación que acaba de lanzar la Diputación. La diputada de Políticas Sociales, Maite Peña, y la directora de Protección a la Infancia e Inserción Social, Belén Larrion, presentaron ayer la iniciativa, que busca atraer a personas dispuestas a acoger en su casa a un total de 60 menores, de los 313 que actualmente están en centros tutelados de la institución foral.

Según explicaron, aunque ya existen en Gipuzkoa 360 familias de acogida, la Diputación precisa aumentar el número de hogares en el que los niños y niñas en «situación de desprotección» por diversas causas sean integrados en una familia, que les cuide, eduque, dé afecto y se comprometa con su bienestar, a la vez que siguen teniendo relación con sus allegados biológicos. Peña explicó que se trata de menores, desde bebés hasta adolescentes, y a veces, grupos de hermanos, que «por diferentes motivos y cada uno con sus mochilas, no pueden vivir con sus familias». Son niños, abundó, con «perfiles muy diversos», pero en una situación común de desprotección y que han padecido en sus cortas vidas «experiencias negativas», «cambios drásticos, soledad, miedo y mucha incertidumbre».

No es una vía para la adopción

Tras aclarar que ésta «no es una vía para llegar a la adopción», la diputada explicó que los menores están «perfectamente atendidos» en los centros de acogida de la Diputación, pero expuso que los profesionales que los atienden «no pueden reemplazar el calor de un hogar».

La directora de Protección a la Infancia indicó por su parte que para ser familia de acogida no hay unos requisitos preci- sos –pueden serlo personas solas o parejas heterosexuales o del mismo sexo–, si bien deben pasar por «un estricto proceso» previo al acogimiento, durante el cual cuentan con una compensación económica y apoyo por parte de técnicos forales. En este sentido, un padre de acogida contó, en la comparecencia ante los medios de comunicación, lo «dura» pero «muy positiva» experiencia vivida con una niña de 8 años que acogió con su mujer hace año y medio.