Aimar ETXEBERRIA

MAY Y CORBYN, EN ESCOCIA: «NO HAY APETITO PARA UN NUEVO REFERÉNDUM»

Theresa May y Jeremy Corbyn, líderes de los tories y laboristas, respectivamente, acaban de visitar Escocia. Rivales políticos en Londres, Escocia les une en la defensa del unionismo y en el menosprecio a la posibilidad de un segundo referéndum de independencia.

El unionismo escocés se está preparando para la nueva batalla que parece está a punto de arrancar, y, para ello, no ha dudado en llamar a sus jefes a filas. Tanto la líder de los conservadores británicos, Theresa May, como el de los laboristas, Jeremy Corbyn, han visitado suelo escocés estos últimos días. Las visitas ponen de relieve que algo se está moviendo en el seno del sector unionista, el cual ha tratado insistentemente de menospreciar los avisos que la primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, comenzó a lanzar tras saberse que la ciudadanía británica había decidido abandonar la Unión Europea (UE).

Fue el líder laborista el primero en llegar a las tierras al norte de Inglaterra. Lo hizo a finales de febrero, a raíz de la conferencia que su filial organizó en Perth. Ofreció su discurso el último día del evento, intervención que no pasó desapercibida para el independentismo escocés, que se sintió menospreciado al escuchar las palabras de Corbyn. Este calificó la opción independentista de «disparate», una locura por la cual «el SNP piensa que va a cambiar la vida de los escoceses de un día para otro». En su opinión, la independencia no es más que «un peligro para la prosperidad de la sociedad escocesa».

May, sinónimo de recentralización

También tuvo palabras para el Brexit, proceso que actualmente apoya tras haber hecho campaña a favor de la permanencia en la UE. Trató de vender el producto como una oportunidad para Escocia de hacerse con nuevas competencias, las cuales se supone que quedarán en manos británicas tras el abandono del bloque comunitario. Habló de sectores como la pesca o la agricultura, esenciales ambos para la economía escocesa. Pero fue la propia primera ministra británica quien, a los pocos días, descartó que dichas competencias vayan a caer en manos del Parlamento de Holyrood, por lo que las palabras de Corbyn sobre los beneficios del Brexit para Escocia cayeron en saco roto.

Pero lo que más molestó al sector independentista escocés fue que Corbyn, líder de un partido en decadencia en el país del norte, dijera que en Escocia no hay «apetito» para un nuevo referéndum de independencia, más aún tras haber alabado el aspecto democrático del Brexit.

Más dura y tajante se mostró May ante los militantes de su partido que acudieron la semana pasada a la conferencia que los tories llevaron a cabo en Glasgow. Pronunció un discurso puramente unionista y hasta se atrevió a poner en duda el acuerdo suscrito en 1998 entre Londres y Edimburgo por el cual Escocia cuenta con Parlamento propio.

Trató de mostrar la imagen de un Westminster y un Gobierno británico que están por encima del bien y del mal, dejando entrever que, aunque hable alto, la voz del Gobierno escocés no será tenida en cuenta durante los dos años que durarán las negociaciones entre Londres y Bruselas: «Es responsabilidad del Gobierno del Reino Unido actuar en nombre del conjunto del país, más allá de políticas partidistas».

En referencia a un posible segundo referéndum de independencia, afirmó que será ella quien, personalmente, se asegure de que el país abandone la UE en su conjunto: «No voy a eludir mis responsabilidades en cuanto a la integridad y la futura viabilidad del Reino Unido se refiere».

No obstante, y tras asegurar que la opción de un segundo referéndum de independencia no es algo de primera necesidad, avisó de que su Gobierno está «preparado para la pelea», llegado el caso.

Según informaciones filtradas a diarios escoceses, el Ejecutivo de May teme que Sturgeon pueda convocar el nuevo referéndum el mismo día en el que den comienzo las negociaciones del Brexit. Es bien sabido que el departamento del Gobierno británico que trabaja de cara a las negociaciones no da abasto, por lo que añadir a los funcionarios públicos el trabajo que supone la convocatoria de un nuevo referéndum podría acarrear el colapso de la administración londinense. En esas, será el propio SNP quien celebre su conferencia la próxima semana. En ella se espera que Sturgeon vaya un poco más lejos de un nuevo aviso; la noticia sería que no hubiera noticia.

sturgeon baraja el otoño de 2018 como fecha para la consulta

La jefa del Gobierno escocés, Nicola Sturgeon, adelantó ayer en una entrevista con la BBC que el nuevo referéndum de independencia podría celebrarse a finales de 2018. Afirmó que la celebración de esta consulta es una cuestión de «sentido común», dado que Escocia se encamina a la puerta de salida de la UE, arrastrada por Gran Bretaña, cuando los escoceses votaron abrumadoramente a favor de seguir en el bloque en el referéndum del 23 de junio.

En respuesta a si el otoño de 2018 sería la fecha más probable, la líder del Partido Nacional Escocés respondió que será «en torno a entonces. Supongo que cuando se aclare el esquema del acuerdo de salida de Gran Bretaña sería un buen momento si esa es la vía que elegimos».GARA