Miren SÁENZ
DONOSTIA
Elkarrizketa
JULIA JUANIZ
MONTADORA DE CINE

«El cine es un medio de trabajo en la cuerda floja, solo se ve lo que reluce»

Varias de las películas que ha montado Julia Juaniz han pasado por Zinemaldia, certamen que ayer le concedió en el Victoria Eugenia el Premio Zinemira que se otorga a una personalidad destacada del cine vasco. La navarra ha trabajado con una larga lista de directores: Saura, Erice, Calparsoro, Barea...

Nacida en 1956 en Arellano, Julia Juaniz figura entre las cinco celebridades de este pueblo navarro de 163 habitantes. Comparte esa condición con un santo, un noble, un religioso escritor y un político euskaltzale. Allí se desató una pasión por el cine que mantiene intacta. Ha trabajado en 85 películas, en proyectos europeos y americanos, pero se sigue sentando en la butaca como una espectadora más y aunque le salga la deformación profesional disfruta igual.

¿Qué significa para usted el Premio Zinemira?

Sorpresa y alegría. Estoy muy agradecida, sobre todo porque los montadores somos personas desconocidas, así que lo veo como un reconocimiento al oficio. Y muy contenta porque es a una trayectoria. Me ha hecho pensar el tiempo que llevo en esto y que el cine es mi vida.

¿Cómo se mete una estudiante de Medicina en el mundo del cine y logra vivir de ello?

Nací en un pueblo en el que solo había cine y campo. Veíamos películas de romanos, del Oeste… Era una manera de descubrir el mundo. Luego fui a estudiar a Pamplona. Quería hacer cine desde pequeña, pero en aquella época no había tantas posibilidades como ahora y no conocía a nadie de ese entorno. Así que estudié Medicina en Zaragoza y también fotografía. Después me fui a Londres un verano y a la vuelta trabajé de meritoria –de dirección– en “La monja alférez”, de Javier Agirre (1986). Seguí de ayudante, de auxiliar y poco a poco empecé a montar cortos de gente que iba conociendo y después películas.

Y así hasta 85 películas.

Nunca las cuento. Para mí toda las películas son iguales, en el momento en que digo que sí estoy ahí. Empecé en el montaje casi en los 90, un trabajo que entonces era más de mujeres. Ahora creo que cada vez hay menos, también ocurrió en Hollywood, y hay más hombres jóvenes. Cuando llegas a cierta edad parece que nos retiran.

Con ese currículum, da la sensación de no conocer el paro.

Claro que he tenido baches. El cine es un medio de vida en la cuerda floja, solo se ve lo que reluce. Yo hasta he trabajado gratis. Hoy en día hay muchísimos actores y técnicos que lo están pasando mal, lo que pasa es que visto desde fuera no lo parece. La crisis se nota muchísimo.

Su trabajo consiste en realizar la versión final de la película, junto con el director o con el productor. ¿Lo que se dice en la sala de montaje se queda ahí?

Por supuesto, yo nunca diría esto se me ha ocurrido a mí. Tienes que hacer el máximo antes de acabar e intentar hacerlo lo mejor posible porque luego vas a decir, “ahí podría haber hecho”… Si hay que quedarse una noche sin dormir, pues vale.

Los sistemas digitales han transformado su trabajo.

El montaje ahora es mucho más cómodo que antes y se ha mejorado. La tecnología permite tener más memoria. Soy vanguardista, para mí lo que llega está bien, creo que hay que avanzar. Si hablamos de calidad digital o analógica, eso igual es diferente pero claro que se puede hacer cine en distintos soportes.

¿Le queda algo por aprender?

Mucho y de lo que haga falta. Si pudiera estaría siempre viendo exposiciones. Soy de aprender algo cada día y también me gusta enseñar –ha dado cursos en la Universidad y algunas masterclass– porque los alumnos te enseñan y aprendes mientras te preparas. Hay una parte técnica que se puede enseñar fácil, como lo de hacer un corte, pero hay otra intuitiva en la que puedes ver si una secuencia sobra o la cambias de sitio. Eso es más difícil de transmitir. El talento lo tienes o no lo tienes, pero viendo y practicando se aprende, como leyendo.

Explora otros caminos. Ha hecho cortos, vídeoarte o pinta negativos de películas que terminan siendo cuadros. Ha expuesto en Rusia, Etiopía, Corea del Sur, México…

Soy una persona muy activa. Siempre me ha interesado el cine, la fotografía, la literatura. Esos caminos son maravillosos, pero a veces no tienes tiempo libre ni economía.