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WASHINGTON

Trump ignora los avisos y reconoce Jerusalén como capital de Israel

El presidente de EEUU, Donald Trump, ignoró las advertencias que llegaron de todo el mundo y reconoció Jerusalén como capital de Israel, además de ordenar comenzar el traslado allí de la embajada estadounidense. Trump afirmó que la medida debía haberse tomado «hace tiempo». La decisión, que rompe una política mantenida durante décadas por Washington, provocó el rechazo en países aliados y rivales, que alertaron de un aumento de la tensión.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hizo caso omiso a los llamamientos de la comunidad internacional y cumplió su promesa de reconocer Jerusalén como capital de Israel. La decisión, que rompe con la tradición de sus predecesores en el cargo, provocó reacciones de rechazo incluso entre sus aliados. «Es hora de reconocer oficialmente a Jerusalén como capital de Israel», afirmó en una breve alocución, en la que insistió en que «se trata ni más ni menos que de reconocer una realidad».

Pese a que incluso entre sus aliados se equiparó este paso a alimentar un incendio con gasolina, Trump aseguró que «EEUU sigue determinado a ayudar a facilitar un acuerdo de paz aceptable para las dos partes». «EEUU apoyará una solución de dos Estados si eso es lo que acuerdan las dos partes», dijo, si bien hasta ahora no había defendido claramente esa opción.

El presidente de EEUU defendió que la decisión de reconocer Jerusalén como capital de Israel debería haber sido adoptada «hace tiempo» y que sus predecesores no cumplieron con lo que habían dicho probablemente por «falta de coraje».

El mandatario intentó suavizar la declaración instando «a todas las partes a mantener el statu quo en los lugares sagrados de Jerusalén». Confirmó además que el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, viajará a la región en los próximos días para «reafirmar el compromiso de trabajar con socios en todo Oriente Medio para derrotar el radicalismo».

A la vez, ordenó que el Departamento de Estado comience el proceso para trasladar a Jerusalén la embajada estadounidense en Israel, que, como las del resto de la comunidad internacional, ahora está en Tel Aviv, aunque ese proceso tardará al menos tres o cuatro años, según la Casa Blanca. Trump definió el traslado como «un tributo magnífico a la paz», a pesar de que voces desde todo el mundo habían advertido de lo contrario. El papa Francisco, la ONU, China, Rusia Arabia Saudí, Turquía, Egipto, Marruecos, Jordania, Reino Unido, Francia o Alemania, entre otros, habían demandado que Trump no diera este paso que, estiman, podían agravar un conflicto ya enquistado en la región. A pesar de ello, Trump llamó a «la calma y la moderación», y pidió que «las voces de la tolerancia se impongan a las del odio». La comunidad internacional reconoce que Jerusalén Este es territorio ocupado, por lo que ha evitado instalar allí sus embajadas. Las reacciones en todo el mundo rechazaron el paso dado por EEUU. Las más tibias, de Angela Merkel, Emmanuel Macron o la UE, hablaban de «preocupación» o «desacuerdo»

Los regímenes más cercanos a Washington en la región, como Egipto, Jordania, Turquía o Arabia Saudí mostraron su malestar, denunciando la violación de la legitimidad internacional y de las decisiones de la ONU, y subrayaron «las consecuencias a la hora de avivar los sentimientos de los pueblos árabe e islámico». Irán, por su parte, estimó que se trata de «una decisión insensata que va a provocar una nueva intifada».

El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, consideró que EEUU ya no puede jugar un papel de mediador en las negociaciones con los israelíes. A su juicio, el anuncio de Trump «no cambiará la situación de Jerusalén, la capital eterna del Estado de Palestina». «Desafortunadamente el presidente Trump acaba de destruir cualquier posibilidad de dos estados», lamentó la OLP. Hamas indicó que la medida «abre las puertas del infierno para los intereses americanos en la región» y pidió a los países árabes y musulmanes que rompan sus lazos con las embajadas de EEUU.

En Palestina, se declararon tres «días de ira» que comenzaron con protestas en Hebrón, Belén y Gaza, donde cientos de palestinos quemaron banderas estadounidenses e israelíes e imágenes de Trump. El Ejército israelí ha puesto en alerta a varios batallones.

Fuera de EEUU, solo desde el sionismo llegaron las alabanzas. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó el día como «histórico» y se mostró «profundamente agradecido al presidente por su justa y valiente decisión». En EEUU congresistas republicanos y demócratas también respaldaron la decisión.

Cumbres musulmana y árabe para responder

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan ha convocado para el próximo 13 de diciembre una cumbre de los líderes de los principales países musulmanes para abordar la decisión de Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel. Esta reunión de la Organización de Cooperación Islámica, que cuenta con 57 miembros, pretende que los países musulmanes «actúen de forma unificada y coordinada», según la Presidencia turca, que apeló a Washington a «corregir inmediatamente su grave error». «Jerusalén es nuestro honor. Jerusalén es nuestra causa común. Como dijo ayer nuestro presidente, Jerusalén es nuestra línea roja». Erdogan habló por teléfono con los jefes de Estado o Gobierno de Malasia, Túnez, Irán, Qatar, Arabia Saudí, Pakistán e Indonesia. Por su parte, la Liga Árabe convocó una reunión de emergencia para el próximo sábado de los ministros de Exteriores de la región para abordar la cuestión y consideró que «la manipulación de la situación de Jerusalén es una provocación injustificada a los sentimientos de los árabes –sean musulmanes o cristianos– por su valor religioso». GARA