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GESTOS DE DISTENSIÓN EN LA PENÍNSULA COREANA

Las dos Coreas se dan la mano en la apertura de los Juegos de Invierno

Los Juegos Olímpicos de Invierno comenzaron oficialmente en Pyeongchang reproduciendo símbolos de paz impensables hace unas semanas. Un histórico apretón de manos, un desfile conjunto o un equipo de hockey unificado ofrecieron imágenes de distensión, a las que acompañan reuniones entre delegaciones de las dos Coreas.

Corea del Sur y su vecino del norte se aliaron para lanzar un mensaje esperanzador en la ceremonia de inauguración de los Juegos de Invierno de Pyeongchang-2018 con las dos delegaciones desfilando juntas, poco después de que sus dirigentes se saludaran en la tribuna en un histórico apretón de manos.

Todo comenzó con una imagen fugaz. Al comienzo de la apertura de ceremonia, Kim Yo-yong –la hermana del líder norcoreano, Kim Yong-un–, y el presidente del Sur, Moon Jae-in, se estrechaban la mano con una sonrisa. Un gesto banal en cualquier lugar del mundo pero extraordinario en la situación geopolítica de la península coreana, poco después de los ensayos nucleares y con misiles de Pyongyang y de las maniobras militares de Seúl con Estados Unidos.

Una hora más tarde, en otro símbolo de amistad, casi 150 deportistas de ambos países, 22 de ellos de Corea del Norte, dieron la vuelta al estadio detrás de una bandera unificadora con el mapa de la península en azul sobre fondo blanco, y vestidos de blanco con la única palabra «Corea» en la espalda. Durante toda la ceremonia hubo constantes guiños a la paz, como el tema «Imagine» de John Lennon, cantada por cuatro conocidos cantantes surcoreanos.

«Declaro inaugurados los Juegos Olímpicos de Pyeongchang», anunció desde la tribuna el presidente surcoreano ante 35.000 espectadores reunidos en el estadio olímpico.

Equipo unificado

Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional, aplaudió los gestos de las dos Coreas en la ceremonia y durante los Juegos, ya que en Pyeongchang tomará parte un equipo unificado femenino de hockey sobre hielo, dos de cuyas componentes participaron en el encendido del pebetero olímpico.

«Ustedes nos inspiran a todos nosotros a vivir juntos en paz y armonía pese a todas nuestras diferencias. Ustedes nos inspirarán compitiendo por el más alto honor en el espíritu olímpico de la excelencia, respeto y fair play», afirmó Bach.

«Un gran ejemplo del poder unificador es el desfile juntos aquí esta noche de los dos equipos de los comités olímpicos nacionales de la República de Corea y de la República Demo- crática Popular de Corea. Les damos las gracias», añadió. «Todos los atletas, todos los espectadores aquí en el estadio y todos los aficionados del olimpismo que están viendo la ceremonia alrededor del mundo… están emocionados con este maravilloso gesto. Todos nosotros nos unimos a ustedes y los apoyamos en su mensaje de paz», concluyó Thomas Bach.

Estos guiños a la distensión se pondrán a prueba tras el 25 de febrero, fecha de la conclusión de los Juegos. Y su continuidad parece frágil dada la postura de Estados Unidos, cuyo vicepresidente, Mike Pence, esquivó ayer encontrarse con al delegación norcoreana en una cena y la víspera afirmó que el presidente de Corea del Sur apoya la decisión de la Casa Blanca de imponer más sanciones y una «presión extrema« a Corea del Norte porque, a su juicio, ha ayudado a que Pyongyang decida sentarse en la mesa de negociación con el país vecino.

Aun así, aprovechando el ambiente, están programadas conversaciones de altos dirigentes de ambos países. También el secretario general de la Naciones Unidas, António Guterres, mantuvo un breve encuentro con el presidente honorífico de Corea del Norte, Kim Yong-nam.

Encuentro con Guterres

Guterres coincidió con Kim en la ceremonia de inauguración de los Juegos y en la cena ofrecida por el presidente surcoreano, Moon Jae-in, y aprovechó la ocasión para trasladarle un mensaje a favor del diálogo.

«Tuvo un breve intercambio con el presidente Kim en el que una vez más reiteró (...) su expectativa y esperanza de que todas las partes usen el diálogo para lograr una desnuclearización pacífica de la península coreana», señaló el portavoz de Guterres. Kim, que encabezó la comitiva norcoreana en la apertura de los Juegos, es el funcionario de mayor rango en acudir jamás al Sur.

Aunque coincidieron en la misma zona, Guterres no se reunió directamente con Kim Yo-yong, la hermana del líder norcoreano, y Naciones Unidas aseguró que ni el secretario general ni otros responsables que han viajado con él a Corea del Sur tenían previstos más contactos con dirigentes norcoreanos durante esta visita. Entre otros, acompaña a Guterres el responsable de Asuntos Políticos de la ONU, Jeffrey Feltman, que el año pasado mantuvo el primer contacto en profundidad entre Naciones Unidas y el régimen norcoreano en casi ocho años.

El Consejo de Seguridad de la ONU, además de autorizar el viaje de la delegación norcoreana a la ceremonia de apertura de los Juegos, ha avalado en particular la presencia del responsable del Comité Nacional de Planificación Deportiva, Choe Hwi, que figura en la «lista negra de sanciones».

Fue Corea del Sur la que pidió una exención para el caso de Choe, porque su visita «supondrá una oportunidad para reducir las tensiones en la península de Corea y promover un ambiente propenso para una solución pacífica, diplomática y política relativa a la situación de la península». Choe tiene limitados los viajes por su etapa como subdirector del Departamento de Propaganda del partido único norcoreano, cargo que ahora ocupa Kim Yo-yong.

Plante de Pence a Kim Yong-nam en la cena de inauguración

De gira por la región esta semana, el vicepresidente de EEUU, Mike Pence, se abstuvo de participar en una cena organizada en la noche del viernes, antes de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno, donde de asistir tendría que haber compartido mesa y mantel con el jefe de Estado y presidente protocolario de Corea del Norte, Kim Yong-nam, según informó Seúl.

De acuerdo con el plan de ubicación de los comensales, el vicepresidente estadounidense debería haberse sentado frente a frente con quien, en razón de su cargo, es oficialmente el «número dos» del régimen de Pyongyang. Un portavoz oficial surcoreano informó de que, ante esa tesitura, Pen llegó tarde, «saludó a la mesa se honor y se fue sin llegar a sentarse».

Horas antes, el vicepresidente de EEUU denunció como «una amenaza al mundo» y «una más de sus constantes provocaciones» el desfile militar realizado la víspera en Corea del Norte.

Lo hizo tras reunirse con un grupo de desertores norcoreanos y visitar el monumento que conmemora el hundimiento del buque Cheonan, que causó 46 muertos en marzo de 2010 y que Corea del Sur atribuye al Norte.GARA