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DAMASCO

El devastador guion del régimen en Homs y Alepo cae a plomo sobre Ghuta

El Ejército sirio, secundado por Rusia y sus aliados regionales, castiga desde el domingo a la población de Ghuta Oriental, el único enclave rebeldes en Damasco, mientras amaga con un asalto terrestre. Barriles explosivos desde el aire, hambre y desesperación para forzar su rendición y evacuación. Como hizo en Alepo y la ciudad vieja de Homs.

Por cuarto día consecutivo, los aviones del Ejército sirio, secundados el martes por cazas rusos según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), bombardean sin piedad al enclave rebelde de Ghuta Oriental, en la periferia de Damasco, como preludio a un asalto terrestre que los medios oficiales auguran inminente.

Los bombardeos de ayer, en los que siempre según OSDH los aviones sirios lanzaron barriles explosivos, se saldaron con un balance provisional de 40 civiles muertos y 200 heridos. Con ellos, la campaña aérea iniciada el pasado domingo suma ya 310 muertos, entre ellos 71 menores y 42 mujeres, según el recuento del citado Observatorio, que cuenta con una vasta red de informantes en el país.

El alcance de los bombardeos está siendo confirmado por otras fuentes como el corresponsal de AFP Abdulmonam Eassa desde la localidad de Hamouriya, una de las más duramente castigadas. Según su relato, muchos edificios han quedado totalmente destruidos pero nadie se atreve a salir a la calle, a excepción de los servicios de socorro, que buscan supervivientes entre los escombros. El citado corresponsal asegura que vio el martes cómo rescataban vivos a cinco menores. En la misma localidad los pisos superiores del hospital estaban fuera de servicio y los heridos eran trasladados a los sótanos del edificio.

En un hospital de Duma, otra localidad de Ghuta Oriental, una enfermera narra al corresponsal de AFP Hasan Mohammed que ingresaron el martes a una mujer embarazada de seis meses rescatada de entre los escombros. «Estaba gravemente herida. Le hicimos una cesárea pero ni ella ni el bebé sobrevivieron».

A escasos metros, un hombre lleva en brazos el cadáver de la pequeña hija de sus vecinos, muerta en un bombardeo. «¿Qué crimen ha cometido esta ñiña?», imploraba, mientras añadía que desconoce el destino de su propia familia.

El Kremlin desmintió ayer las informaciones del OSDH, que insiste en que el martes participó por primera vez en tres meses en los bombardeos contra la rebelde Ghuta Oriental.

«Son acusaciones infundadas. No sabemos en qué se basan ni tenemos información concreta», salió al paso el portavoz del Kremlin. Dmitri Peskov fue igualmente inconcreto al insistir en que «no estamos de acuerdo con ellas (las acusaciones). Sus fundamentos no son claros». A este respecto, el lenguaje del ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, fue máss claro cuando denunció ayer desde Liubliana «provocaciones armadas» por parte del Frente al Nusra y de los milicianos opositores en Guta Oriental.

Obuses rebeldes a Damasco

El enclave, controlado por el grupo rebelde salafista –que no yihadista– Jaish al-Islam, está situado a tiro de la capital y los rebeldes lanzan periódicamente obuses mortíferos contra los distritos damascenos cercanos.

Estos ataques con morteros dejaron un balance de seis muertos el martes y dos heridos el miércoles, según los medios públicos sirios. El mismo martes, el Ministerio de Defensa ruso anunció que «las áreas residenciales, los hoteles de Damasco y el Centro para la Reconciliación Siria han sido sometidos a fuertes bombardeos por parte de grupos armados ilegales de Ghuta Oriental».

«Partir o morir»

El diario progubernamental “Al Watan” aseguraba estos días que los bombardeos son «el preludio de una operación terrestre de envergadura que podría comenzar en cualquier momento». Y es que, en paralelo al inicio hace cuatro días de la campaña de bombardeos, el Ejército sirio comenzó a reforzar sus posiciones en torno a Ghuta Oriental, único enclave que sigue en manos rebeldes en la periferia de Damasco.

El régimen recuperó el control de zonas rebeldes en la provincia de Damasco como Daraya (agosto de 2016), de Wadi Barada y de los barrios damascenos rebeldes de Barzé, Qaboun y Techrine (en 2017), sometidos a años de cerco y a bombardeos incesantes hasta la rendición.

Similar estrategia fue utilizada por el régimen para forzar la evacuación de miles de rebeldes y familias hambrientas y enfermas de la ciudad vieja de Homs, tercera ciudad del país, y de la parte de la ciudad de Alepo, capital económica de Siria, en manos de los rebeldes hasta el pasado 22 de diciembre.

Esta estrategia, denunciada una y otra vez por la ONU y las organizaciones humanitarias, ha sido bautizada por Amnistía Internacional con el ilustrativo título de «Partir o morir» y, en opinión de esta organización, pese a que se presenta como «acuerdos de reconciliación», podría entrar en la categoría de «crímenes contra la humanidad». Por de pronto, Bilal Abu Salah, de 22 años, y que vive en Duma con su esposa embarazada de cinco meses, asegura que «estamos esperando nuestro turno para morir».

Washington, Londres y París se mostraron horrorizados y urgieron a Damasco y Moscú a cesar los bombardeos.

Rusia insta a Damasco y Ankara a negociar sobre Afrín

El ministro de Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, instó a Ankara y Damasco a un diálogo «basado en la integridad territorial» de Siria tras la invasión del Ejército turco del enclave kurdo de Afrín hace un mes y en pleno despliegue de milicianos pro-sirios.

El jefe de la diplomacia rusa instó asimismo al presidente sirio, Bashar al Assad, a «negociar también con cada parte» del conflicto activo en su país, «incluidos los kurdos», aunque no especificó el alcance de ese diálogo.

Lavrov dio, eso sí, una pista al acusar a EEUU y a sus aliados de apoyar las tendencias secesionistas de la minoría kurda en Siria. «Las acciones de EEUU no han facilitado la solución del conflicto en Siria, cuando decidieron apoyar la autonomía kurda», criticó.

El Gobierno turco, que prosigue su ofensiva contra Afrin, aseguró que mantiene contacto indirecto, a través de Rusia e Irán, con Damasco. El presidente Erdogan habló el martes con sus homólogos ruso, Putin, e iraní, Rohani. Ankara no oculta que no le importaría que Damasco se hiciera militarmente con Afrin, pero siempre que lo hiciera contra los kurdos. Su prioridad es impedir por cualquier medio el establecimiento de un proyecto de autonomía democrática en Rojava (Kurdistán sirio). Turquía insistía en que había forzado el repliegue de las milicias pro-sirias. Estas aseguraron que seguían con su despliegue, extremo confirmado por el opositor OSDH.GARA