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La presión externa no logra detener el castigo del régimen sobre Ghuta

El régimen sirio mantenía ayer sus ataques aéreos sobre Ghuta, desoyendo la presión internacional para detener el derramamiento de sangre que en cinco días ha causado la muerte a más de 400 civiles.

El Ejército sirio, con el apoyo de Rusia y sus aliados regionales, seguía disparando intensamente ayer contra la región de Ghuta Oriental, único bastión rebelde en los alrededores de Da- masco, manteniendo los bombardeos que desde el domingo han causado ya la muerte de al menos 403 civiles, entre ellos 95 niños, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). El Gobierno siguió con sus ataques preparatorios de una ofensiva terrestre a pesar de los múltiples llamamientos internacionales a un alto el fuego, que fueron desoídos.

Rusia, aliado inquebrantable de Bashar al-Assad, se pronunció en contra de la resolución propuesta en el Consejo de Seguridad de la ONU para establecer una tregua de un mes en Siria y acusó a sus promotores de buscar únicamente aumentar la presión sobre el régimen de Damasco. Su embajador ante Naciones Unidas, Vasili Nebenzia, dio a entender que su país vetará el texto si finalmente se somete a votación, tal y como tenían previsto sus impulsores, Suecia y Kuwait. Insistió en que no ha recibido explicaciones sobre las «garantías» de que la tregua sería respetada y aseguró que este tipo de alto el fuego sería una medida «populista» y «alejada de la realidad».

El Kremlin volvió a defender a su aliado sirio. «Los responsables de la situación en Ghuta Oriental son los que apoyan a los terroristas que todavía están ahí. Y como se sabe, ni Rusia, ni Siria, ni Irán forman parte de esos países», declaró.

Ayer una lluvia de cohetes mató a al menos 46 civiles, informó el OSDH. «Los disparos no cesaron. Unos 200 cohetes cayeron solamente en Duma», principal ciudad de Ghuta Oriental. El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad al-Hussein, llamó a «terminar con esa monstruosa campaña de aniquilación».

Los bombardeos iniciados el domingo han causado al menos 403 muertos entre los civiles, entre ellos 95 niños, y casi 2.000 heridos. Durante el mismo período, una veintena de personas han fallecido en Damasco, víctimas de los obuses y cohetes disparados por los rebeldes islamistas y yihadistas desde Ghuta, según medios de comunicación estatales y el OSDH.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) exigió un acceso para socorrer a los heridos que mueren debido a la falta de asistencia inmediata y de medicamentos. Varios hospitales fueron alcanzados por ataques gubernamentales que incluyen en lanzamiento de barriles de explosivos, un arma denunciada por la ONU.

«El régimen pretende atacar grupos armados, pero en realidad sólo apunta contra los civiles», denunció Ahmed Abdelghani, médico que trabaja en los hospitales de Hamuriyé y Arbin, ambos bombardeados. «Esto es un hospital civil, ¿por qué nos ataca el régimen?», preguntó.

El Gobierno dice pretender retomar el control de Ghuta Oriental para, afirma, terminar con los disparos de cohetes contra Damasco.

Según el diario sirio progubernamental “Al-Watam”, una ofensiva terrestre «de envergadura puede comenzar en cualquier momento».

Antes de Ghuta Oriental, varias zonas rebeldes, como la ciudad vieja de Homs en 2012 o Alepo en 2016, fueron aplastadas por los bombardeos y sometidas a un asedio asfixiante, obligando a los rebeldes a entregar las armas y provocando la huida de los civiles.

Las YPG quieren tropas en Afrin y ceden Alepo

Las milicias kurdas de las YPG indicaron ayer que los combatientes que apoyan al Gobierno sirio se están desplegando en el frente de la región de Afrin para ayudar a repeler la ofensiva de Turquía, pero «no en la cantidad o capacidad para detener la ocupación turca», y sostuvieron que hará falta la ayuda del Ejército sirio. Las YPG han pedido a Bashar al-Assad el apoyo de las tropas, pero este solo ha enviado a cientos de milicianos afines. Según el OSDH, desde el inicio de la ofensiva militar el 20 de enero, Turquía –que niega haber causado víctimas civiles– se ha hecho con el control de 53 pueblos de Afrin, donde hay más de 350 localidades.

Las YPG anunciaron que todas sus fuerzas desplegadas en Alepo se moverán a la región de Afrin para reforzar la zona frente a la operación turca, lo que en principio ya ha supuesto ceder terreno a las tropas de Al-Assad. «Nos hemos ido al cantón de Afrin. Como resultado, los barrios del este de la ciudad han caído bajo el control del régimen sirio», admitió el comandante kurdo Furato Jalil.GARA