Maitane ALDANONDO
Gasteiz

PASIÓN Y CONOCIMIENTO AL SERVICIO DE LA ILUMINACIÓN

La contaminación lumínica es una problemática que pasa desapercibida pese a sus efectos en la salud. La emprendedora Susana Malón dedica su trabajo y su tiempo a corregir esa situación para evitar que las farolas le impidan disfrutar de la luz de las estrellas.

La luz es una de las pasiones de Susana Malón. Estudió Física, después un máster en Ingeniería de Medio Ambiente y otro en Astronomía y Astrofísica, y lleva 15 años trabajando en el ámbito del iluminación pública. Un círculo que encierra la luz artificial del alumbrado y la luz natural de las estrellas. Dice que es «dos veces emprendedora». Primero desarrolló un proyecto relacionado con la contaminación lumínica dentro de la empresa de asesoría acústica en la que trabajaba y, tras arrancarlo allí, en 2012, creó Lumínica Ambiental. Esta oficina técnica situada en Gasteiz esta especializada en asesorar sobre la iluminación exterior y la contaminación lumínica en el ámbito técnico, científico, legislativo, educativo y divulgativo.

Se lanzó porque quería mejorar la situación y, además, era una forma de desarrollarse. «Tenía la sensación de estar en una pecera de cristal y ver que se podían hacer un montón de cosas, pero era complicado». Fue la primera empresa dedicada específicamente a esta problemática. La falta de un mercado sumada a la crisis ha hecho que en algunos momentos haya estado «muy justa de proyectos», pero en los últimos dos años le ha ido «fenomenal» y esta contenta.

A eso han contribuido también la visibilidad de los múltiples reconocimientos que ha recibido en estos años, casi desde el inicio. El premio Empresaria Revelación del año de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Álava (Ajebask) en 2012, el de Joven Empresa por parte de la Asociación de Mujeres Profesionales y Empresarias de Álava (Ampea) o el de la Red Emprendeverde. «Son un chute de alegría. Ganar el premio Red Emprendeverde, impulsado por el Ministerio de Medio Ambiente, no es cualquier cosa. Esos reconocimientos te dan cierta visibilidad a nivel personal y motivación. En los momentos duros ves que tienes eso y tienes que seguir adelante», admite. Además, forma parte de la Red de Innovación y Excelencia Profesional en Ciencias y Tecnologías Físicas, ya que el Colegio Oficial de Físicos le nombró Física de Excelencia por su trayectoria profesional.

Concienciar y corregir

Lumínica Ambiental trabaja en tres líneas: el alumbrado exterior, la calidad del cielo y la contaminación lumínica, así como la formación y la divulgación. Las dos primeras están más dirigidas al sector público, especialmente, municipios y territorios. En lo que a la iluminación se refiere, realiza auditorías, renovaciones o planes de acción en los que el enfoque medioambiental es el valor añadido.

Por su parte, en lo relativo a la contaminación, destacan los mapas lumínicos y los certificados Starlight. Para elaborar los mapas miden el nivel de iluminación de las calles de un municipio contrastando su valor con el nivel que debe tener en función de su uso de acuerdo a la normativa. Así mismo, asesora a los territorios interesados en lograr la certificación de la Fundación Starlight como destino turístico o como reserva. «Es como las banderas azules de las playas. Hay que hacer mediciones de parámetros astronómicos como la claridad del cielo, tanto del brillo del cielo nocturno como de la nitidez de la atmósfera… y dentro del plan de acción incluye el alumbrado exterior para garantizar esa calidad del cielo», explica Malón. El distintivo del Instituto Astrofísico de Canarias cuenta con el respaldo de la Unesco, la Organización Mundial del Turismo y la Unión Astronómica Internacional. La experta recuerda que la primera localidad Starlight fue precisamente Gasteiz.

Para llevar a cabo esta labor cuenta con un instrumental bastante exclusivo que «ha costado tiempo y dinero recopilar». Parte del mismo pudo adquirirlo gracias a la Diputación de Araba. También recibió otras ayudas de la entidad, así como del Ayuntamiento de Gasteiz, que le cedió un lugar en el semillero del Casco Viejo durante 5 años. En cuanto al acompañamiento, agradece el asesoramiento de Ampea, de Ajebask y de la Cámara de Comercio.

En la parte divulgativa ha desarrollado el proyecto “Viajeros de las estrellas”, relacionado con la astronomía y el medio ambiente. Lo lleva a cabo en un planetario digital móvil que tiene visibilidad en toda la cúpula y sensación envolvente. «Es un hinchable que tiene casi seis metros de diámetro y tres de alto. En él hacemos un viaje por el universo, estamos dentro del sistema solar, la galaxia…», resume. De este modo acerca la belleza del cielo estrellado y la astronomía, a la vez que sensibiliza sobre la problemática de la contaminación. Tiene un convenio de colaboración con la Fundación Vital, por lo que la actividad es gratuita para todos los colegios alaveses. También trabaja con asociaciones o incluso hoteles que quieren hacer eventos especiales.

Debido a su preocupación por esta problemática también colabora con organizaciones y asociaciones de forma altruista. «Es una motivación que siempre he tenido: poner mi granito de arena para conseguir que el planeta sea mejor». Señala que hay pruebas objetivas y científicas sobre el efecto que la falta de oscuridad tiene tanto en la salud de los seres humanos como en la biodiversidad. Aunque la sociedad no está muy concienciada, cree que la labor divulgativa y científica ha hecho que aumente un poco en estos años. Tal y como concluye Malón, «el cielo nocturno también es un derecho de la Humanidad como dice la iniciativa Starlight respaldada por Unesco».