Pablo GONZÁLEZ
Moscú

SIETE CANDIDATOS EN RUSIA Y UN VENCEDOR POR ANTICIPADO: VLADIMIR PUTIN

A un mes de las elecciones rusas la campaña electoral está marcada por la invencibilidad de Putin ante los nuevos candidatos y sus opciones de futuro más allá del año 2024. Conocer los entresijos de esta campaña es el objetivo de esta serie de artículos.

Existe una teoría política según la cual toda campaña electoral comienza justo al día siguiente de las elecciones, pero si nos atenemos a la versión más común, empieza cuando lo marca la ley. En Rusia la campaña electoral para elegir al presidente comenzó oficialmente el pasado 17 de febrero, a un mes y un día de la fecha de las elecciones.

El 18 de marzo Rusia elegirá al que será su presidente para los próximos 6 años. El ganador será Vladimir Putin, el actual presidente. Contra él lucharán otros 7 candidatos, entre ellos una mujer, Kseniya Sobchak, la cara nueva más llamativa de estos comicios. Aunque el resultado final está más que claro, estas elecciones importan de cara al futuro, no solo para el porvenir del país, sino sobre todo para los propios candidatos.

Para poder presentar candidatura a la presidencia de la Federación Rusa las condiciones son bastante genéricas; tener la ciudadanía del país, tener al menos 35 años, haber vivido en Rusia al menos los últimos diez años de manera ininterrumpida, no tener antecedentes penales... Aparte de todo ello hay que reunir 100.000 firmas si el candidato cuenta con el apoyo oficial de un partido político. La cifra sube a 300.000 si el que se presenta lo hace como candidato independiente. En normas recientes se pide no tener propiedades en el extranjero o cuentas en bancos foráneos.

Paradójicamente, el único candidato que se ha presentado sin partido es el más que potencial ganador, Vladimir Putin. En la práctica, el actual líder ruso, con una popularidad por encima del 70%, no tiene rival, y los demás candidatos luchan por su porción del electorado y los beneficios que ello conlleva, como la financiación gubernamental para el partido al que representan.

La Comisión Electoral Central (CEC) rusa es el organismo que se encarga de organizar las elecciones. Para que no haya preferencias se toman varias medidas, orden alfabético de los candidatos, distribución por sorteo de los espacios electorales gratuitos en los medios de comunicación, especialmente TV y prensa impresa. Como curiosidad, Ella Panfilova, la jefa de la CEC, asegura que los candidatos que se presentan avalados por un partido cuentan con cuatro veces más espacio en los medios. Poco le importa eso a un Putin que no hace prácticamente campaña, sino que sigue con sus (profusamente) publicitadas funciones de jefe de Estado.

Una curiosidad destacada es la papeleta con la que se va a votar. Ya se ha hecho pública y ha ocasionado cierto debate, ya que en ella destaca sobremanera el candidato Vladimir Putin. Todo una treta de sicología electoral contra los demás candidatos.

En esta serie iremos presentando a todos los candidatos, pero antes de presentar a la primera figura, hay que señalar la ausencia más llamativa. Aleksei Navalniy, la figura opositora más popular del país, no ha sido registrado como candidato a las elecciones. Se le ha negado ese derecho al tener antecedentes penales recientes. Teóricamente en 2024 podrá presentarse al caducar el veto de tres años que todavía le queda para participar en comicios. El líder opositor ha llamado al boicot total de las elecciones.

La hija del patrón

En cierta manera el puesto del Navalniy, la de figura política de fuera del sistema, lo ha copado Kseniya Anatolevna Sobchak (Leningrado, 1981). La única mujer que participa en los comicios y la segunda que lo hace en Rusia tras la participación de Irina Jakamada en 2004. Está casada y es madre de un niño. El padre de esta candidata, Anatoliy Sobchak (fallecido en 2000) fue el alcalde de San Petersburgo de 1991 a 1996, y fue quién inició a Vladimir Putin en la política.

La carrera de Sobchak hija empezó en la televisión de tal manera que en ese periodo se la denominó la Paris Hilton rusa, una comparación que a día de hoy le irrita de manera notable. Presentó durante años un programa que es una mezcla de Gran Hermano y un programa de citas; por ello se la asoció a la televisión basura rusa de la primera década de 2000. Esta etiqueta le persigue desde entonces a pesar de que lleva ya cerca de diez años dedicándose a un periodismo cada vez más serio.

Esta candidata se presenta con el apoyo del partido Iniciativa Ciudadana, una formación creada en 2013 y que a día de hoy no tiene representación parlamentaria. «La candidata contra todos» fue el lema con el que presentó su candidatura, en un claro intento de presentarse como antisistema. Su programa es de índole liberal, apuesta por devolver Crimea y salir del Donbass, una economía con la mínima intervención del Estado. Tras su reciente viaje a EEUU, se posiciona como la candidata más cercana a Occidente. Es poco probable que llegue siquiera al 3% de los votos.

Algunos miembros de la oposición rusa cercanos en sus posiciones a A. Navalniy consideran que Sobchak ha aceptado ser candidata para crear una falsa alternativa a los partidos llamados del sistema para que los últimos flecos de los movimientos de protestas que empezaron en 2012 acaben por disiparse. Habrá que ver como se desarrolla su carrera política posterior, si es que esta tiene lugar, pero de momento será una de la candidatas más mediáticas.