Joseba ITURRIA

La diferencia en la Europa League estuvo entre los dos entrenadores

Me vas a permitir Eusebio que te escriba esta carta pública para trasmitirte lo que pienso con sinceridad desde el aprecio que te tengo y el pensamiento que siempre he manifestado de que eres el entrenador ideal para los jugadores que tiene la Real. He de reconocerte que ahora tengo más dudas y he visto disminuida la confianza en ti en poco tiempo de manera radical. No por los resultados o porque haya cambiado mi forma de ver las cosas. El que has cambiado eres tú y no solo has abandonado en las últimas semanas el camino que dices que es el correcto y en el que yo sí creo. Además empeoras los tres aspectos en los que debías mejorar, la gestión de la plantilla y dar mucha más importancia al físico y al trabajo sin balón y a la defensa.

A pesar de todo suscribo las palabras de Jokin Aperribay después de la eliminación europea. Lo ideal es que seas el entrenador de la Real durante diez años. Pero eso lo decimos porque solo si el equipo empieza a ganar partidos y se clasifica para Europa asiduamente seguirías. Pero si no pasa eso y no hay muy buenos resultados hasta final de Liga no seguirás la temporada siguiente y te irás con la indemnización correspondiente por rescindir el año que te queda de contrato y dejarás la estructura deportiva y directiva del club que tanto han confiado en ti en una difícil situación.

La Real lleva tres victorias en los últimos diecisiete partidos desde que el 26 de noviembre empató en casa 2-2 ante un Las Palmas que llegaba colista casi hundido y ha encajado doce derrotas. Dos han supuesto quedar fuera de la Copa ante un Segunda B cuando en el descanso del segundo partido en Anoeta la ventaja era de 3-0 y de la Europa League ante un rival del que antes del sorteo costaría encontrar algún aficionado realista que conociera a un jugador. Eso no quiere decir que el Salzburg sea un mal equipo, de hecho ha competido mejor y ha sido superior en la eliminatoria.

Pero la Real tiene mejor equipo que el Salzburg. No tan bueno como tú dices, pero sí mucho mejor que el equipo austríaco. La diferencia de la eliminatoria ha estado en los entrenadores. Me enfadó que en la rueda de prensa previa al partido contra los suplentes del Valladolid de la pasada temporada dijeras que la Copa era la Champions de la Real y la jugaras con los titulares cuando el equipo estaba en disposición de clasificarse para la Champions. No, Eusebio. La Champions para la Real es la Champions y la ha jugado hace cuatro años. Y la Copa con el sistema actual es un problema de competición en la que casi todos los equipos alinean los suplentes y que gana el Barcelona. Desde el año 2005 (Espanyol) no hay ningún club que no tenga un presupuesto muy superior al de la Real que la haya ganado y desde el 2008 el Alavés es el único que ha jugado la final. Por eso la Champions es la Champions, la Copa es la Copa y la Europa League, aunque sea dificilísimo y más este año al jugarla el Atlético, es en la que más factible es llegar a una final o aspirar a un título para la Real. Y como tal debía haberse afrontado.

Tus decisiones ante el Salzburg son indefendibles. Llevas casi dos años hablando de tu propuesta, que a mí me encanta, y llega la primera eliminatoria de una fase final europea en catorce años y en el partido de ida traicionas en el primer tiempo lo que has defendido con la improvisación de un cambio de sistema que es una ocurrencia. Para jugar contra un 4-4-2 en rombo no necesitas cambiar de sistema, ni mandar a Illarramendi a defender al medio centro rival, ni colocar muy abiertos en la izquierda a Xabi Prieto ni en la derecha a Oyarzabal, lo que solo provoca que los cuatro portentos físicos del centro del campo del Salzburg sean superiores física y numéricamente en esa zona y puedan ahogar la salida de balón de la Real. Y basta con volver a la normalidad para ser muy superiores en el segundo tiempo, marcar dos goles, estar a punto de lograr el tercero y no se gana porque colocas en la banda izquierda juntos a Kevin, que desde entonces ha estado en la grada en los dos partidos, y a Januzaj. Y eso que es peor el equipo que sacas ese día que el alineado contra el Levante tres días después.

Marco Rose presenta en los dos partidos su mejor once con el único cambio obligado por sanción de un central. Y entre medias el domingo solo repiten cuatro jugadores contra el colista austríaco y tres son los jugadores de raza negra del medio campo, que no es que puedan jugar un partido cada cuatro días, pueden jugar cuatro seguidos el mismo día. Y ante esos jugadores no tienes mejor ocurrencia que dejar en el banquillo al centrocampista que mejor está físicamente, Zubeldia, y colocas a Canales, que no puede jugar en el centro contra un equipo físicamente fuerte. Por eso cuando la marea sube lo dejas de poner ahí y lo colocas solo en la banda. Y acompañó a Zurutuza, que había jugado cuatro días antes su primer partido completo desde que se lesionó el 14 de enero, a Agirretxe, que había vivido su primer encuentro como titular tras más de dos años sin hacerlo, y a Januzaj, que está tocado del pubis y no había jugado un partido completo desde el 7 de diciembre. Desde entonces sabes que vas a jugar contra el Salzburg y del partido de ida al de vuelta cambias de sistema y siete de los diez jugadores de campo. Solo repiten Odriozola, Illarramendi y Oyarzabal. Y, a pesar de eso, tus jugadores son tan superiores en calidad que en los noventa minutos de la eliminatoria que juegas con un sistema más o menos reconocible, la Real marca tres goles y concede dos, iguales por cierto, porque no se aprende de los errores.

El cambio de Diego Llorente por De la Bella en el descanso de Salzburgo ha sido la puntilla para terminar de ver afectada la confianza en ti. No me podía ni plantear la posibilidad de que ese cambio fuera por decisión técnica y así di por hecho en la crónica que fue por lesión. No he querido escribir nada hasta la rueda de prensa del sábado en la que te pregunto por qué haces ese cambio, qué buscas con él, si lo habías trabajado en algún entrenamiento y si tienes en cuenta el estado físico de los jugadores que presentas de inicio antes de agotar un cambio en el descanso. Te limitas a responder que intentas tomar decisiones por el bien del equipo y a veces no salen bien. Y eso después de lo de Villarreal, con una ocurrencia parecida. Y cuando se hacen las cosas mal salen peor. Tras ese cambio, el Salzburg es muy superior y sentencia la eliminatoria, se lesiona Rulli y tienes que acabar el partido con diez, Raúl Navas ya está lesionado cuando es expulsado, y juegan los 90 minutos Canales, Zurutuza y Agirretxe, que por suerte es el único que se resiente físicamente sin romperse. Y Marco Rose no agota los cambios no vaya a ser que Januzaj marque en la única ocasión de todo el segundo tiempo y haya prórroga. Si te soy sincero, casi ni me afectó que no entrara ese 2-2 porque superar la eliminatoria con diez, con los jugadores que tenías en el campo y otros treinta minutos contra los atletas del Salzburg era impensable.

La eliminatoria ha sacado a relucir tus mayores defectos. La gestión de la plantilla y la escasa importancia que le das al físico y a la defensa. Porque es fácil cargar las tintas contra Rulli y Toño, el eslabón más débil de la cadena, pero lo difícil es ser portero en esta Real. Las tarjetas que ve Raúl Navas y los dos goles del Salzburg en los noventa minutos que se juega sin experimentos extraños lo dejan en evidencia. Raúl Navas, que no es rápido, se encuentra en un uno contra uno con un veloz Hwang sabiendo que no hay nadie para ayudarle. Si hubiera una cobertura iría a la disputa. Si no, va a cortar por lo sano en la primera y en la segunda se equivoca al utilizar las manos sin necesidad y sin tanto riesgo. Pero el problema es el mismo. Hay cantidad de veces que los centrales se encuentran en una situación de uno para uno o dos para dos cuando deberían estar un central libre y el pivote defensivo cerca para ayudar. Hay una jugada contra el Levante con 2-0 y con un rival hundido en la que están los centrales con los dos delanteros azulgranas en el centro del campo y no hay ningún realista a 25 metros de ellos. Por suerte no hay pérdida y no hay contra, pero cualquier forma de atacar debe contemplar la superioridad numérica y una buena colocación en caso de pérdida.

En las bandas es desesperante ver jugar juntos en la derecha a Odriozola y Canales y en la izquierda a Kevin o a De la Bella con Juanmi o Januzaj. No puede ser que en un equipo que quiere ser competitivo el único jugador que defienda bien en las bandas sea Oyarzabal o que los laterales estén fuera del área en los saques de esquina en contra porque no pueden ir a una disputa aérea. En el fútbol no puedes pensar solo en lo que haces con el balón, lo más importante es lo que se hace sin él.

En 12 de los últimos 17 partidos se han encajado dos goles y eso gracias a que te has dado cuenta de que tenían que jugar juntos Aritz Elustondo, Raúl Navas y De la Bella. Por lo menos con esa defensa se ha ganado a dos rivales de la zona baja y con los tres que debían jugar en Salzburgo en el centro la Real fue muy superior al Valencia y se marcó en una de las claves del año pasado, la buena presión de los tres centrocampistas, fundamental en tu propuesta.

Cabe hablar de renovación cuando juegan los jóvenes. No el sábado después del partido en el que dejas sin jugar a Zubeldia y sacas a Bautista en el final y Kevin está en la grada y cuando al día siguiente vas a dejar en el banquillo al delantero con Agirretxe y Willian José lesionados. La filosofía de la Real no es subir jóvenes al primer equipo para hacer número, sino para jugar. Y el objetivo es competir y obtener los mejores resultados, y siempre han llegado con muchos jugadores de la cantera. El problema de la Real es que no compite, que ha habido partidos de esta racha de diecisiete en la que han jugado bien pocos canteranos y que se han cedido dos con experiencia que defienden bien y aportan en el plano físico. Y se han fichado jóvenes que agravan los problemas del equipo. En toda la historia de la Real nunca un jugador ha sido cedido a otro equipo de Primera que está clasificado por encima y juega habitualmente y este año pasa con Zaldua y Markel, que deberían jugar en su club y no contra él como lo han hecho.

La Real tiene el mayor presupuesto de la historia y peor plantilla que el año pasado y sus defectos, el poder físico y defensivo, se han agravado. Y hay menos jugadores de la cantera al sustituir a Zaldua, Iñigo Martínez, Mikel González, Yuri, Markel y Vela por Diego Llorente, Héctor Moreno, De la Bella, Guridi tras ocho meses sin jugar y Januzaj. Y eso para jugar Europa League. Y aún así, sin ellos y con bajas tan importantes como las de Rulli, Carlos Martínez, Xabi Prieto, Raúl Navas, Willian José y Agirretxe, titulares los cinco primeros en los mejores meses de la pasada temporada, la Real fue capaz de superar al Valencia tres días después de jugar en Salzburgo. Y la Real puede ganar mañana al Betis si sigue el camino que has defendido, tienes más presente el físico y el aspecto defensivo, la importancia de recuperar el balón en el campo rival y tener superioridad detrás si se pierde. Y si pones a los mejores sin experimentos. Es la manera de dar continuidad al buen trabajo que has realizado en la Real. Ganar, ganar y ganar.