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Ghuta sigue sin recibir la ayuda prevista entre incesantes bombardeos

La ayuda humanitaria que esperan los habitantes de Ghuta Oriental, al este de Damasco, sigue sin llegar. El envío de los suministro que no pudieron ser repartidos el lunes por los bombardeos fue de nuevo suspendido ayer por las autoridades sirias. Rusia acusó a los grupos insurgentes de los ataques en el enclave, donde el Ejército ruso continúa su avance y Médicos Sin Fronteras denunció que la cifra de civiles muertos ha superado ya el millar.

El régimen sirio aumenta su presión sobre el feudo rebelde de Ghuta Oriental, después de tres semanas de una ofensiva con la que ha conquistado ya la mitad de la región. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos afirmó que las fuerzas gubernamentales habían logrado ya separar en dos el enclave rebelde, un avance que debilita a las dos fuerzas principales que combaten en él, Jaish al-Islam (Ejército del Islam) y Fayal al-Rahman (Legión de la Misericordia). Los combates han llegado ya a la periferia de Duma, la principal localidad.

Otras fuentes aseguraron que se habían producido levantamientos a favor del Gobierno en Mesraba y Hamuriya.

Los continuos bombardeos y combates han provocado la muerte de más de mil civiles –ayer murieron al menos otros 13 y la víspera 91–  desde el 18 de febrero, según Médicos Sin Fronteras (MSF), y ni el cese el fuego acordado por el Consejo de Seguridad de la ONU ni la tregua diaria de cinco horas ordenada por Rusia, aliado de Damasco, se han llegado a cumplir.

De hecho, los bombardeos impidieron ayer llevar a cabo otro intento de distribución de ayuda humanitaria. La ONU y las ONG que colaboran en esa operación habían anunciado que hoy se llevaría a cabo el reparto de la ayuda que tuvo que ser suspendido el lunes, cuando solo la mitad de lo que transportaban cuarenta camiones pudo ser distribuido debido a los bombardeos.

«La ONU y sus socios no han podido volver a Duma porque el movimiento del convoy no fue autorizado por las autoridades sirias por razones de seguridad», indicó la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU. El Centro Ruso de Reconciliación entre las Partes en Siria acusó a «la intensificación de los ataques por parte del Frente al-Nosra» (actualmente Tahrir al-Sham), mientras un portavoz militar sirio aseguró que las autoridades habían habilitado otro corredor humanitario al sur del enclave para permitir la salida de civiles.

Mientras, la población sigue padeciendo la falta de alimentos y medicamentos y los heridos siguen llenando los hospitales. Unicef calificó la situación como «el infierno en la tierra» para los menores que ven «los bombardeos prácticamente incesantes» y «la violencia, la muerte, la mutilación». «Falta de agua y comida, por lo que llegan las enfermedades», añadió. MSF denunció que «escuchamos a diario un sentimiento creciente de desesperanza y desesperación y nuestros compañeros médicos llegan al límite de lo que puede hacer una persona».

Turquía avanza en Afrin

Por otra parte, en el norte de Siria, Turquía tampoco respeta ningún cese el fuego y sigue avanzando para tomar el enclave kurdo de Afrin.

Las fuerzas turcas han conseguido tomar dos puntos estratégicos, una presa al norte y la ciudad de Jindires al sur, tras lanzar intensos bombardeos. Es la quinta localidad que ha tomado el Ejército turco y los grupos armados aliados en una operación que las fuerzas kurdas tratan de frenar sin apoyos.

Nuevas denuncias por asfixia tras los ataques

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) denunció decenas de casos de asfixia tras los bombardeos aéreos en el feudo rebelde de Ghuta Oriental, mientras el personal médico de una asociación estadounidense aludió a un posible ataque químico. En la noche del miércoles, al menos 60 personas sufrieron dificultades respiratorias en las localidades de Saqba y Hamuriya después de los ataques, indicó el Observatorio, que afirmó que los bombardeos fueron llevados a cabo por las aviaciones del régimen sirio y de Rusia, que en ocasiones anteriores han desmentido que sus aviaciones hayan actuado en Ghuta Oriental.

Un corresponsal de AFP relató que vio cómo decenas de personas salieron de un sótano en Hamuria para subir a un tejado con el propósito de respirar mejor y que los padres lavaban a sus hijos que tosían para intentar eliminar la posible presencia de gas tóxico en su cuerpo.GARA