Amparo LASHERAS
Periodista

En un lugar de Atenas

Desde la terraza del Hotel City Plaza la vista de Atenas es fascinante. De noche, las luces permiten imaginar la Acrópolis y una leve brisa indica la presencia del mar Egeo y, más allá, las islas y la costa de Turquía por donde navegó Ulises antes de volver a Itaca. Todo un lujo para turistas adinerados que se truncó con la crisis de 2008. Diez años después, ni el City Plaza es un hotel para vacaciones lujosas ni Turquía una tierra de hazañas mitológicas. El neoliberalismo europeo les ha situado frente a frente en una barricada histórica que pone de manifiesto la barbarie capitalista de la UE. El City Plaza, abandonado por el capital y después okupado y autogestionado por personas refugiadas que huyen de la guerra y el hambre, se ha erigido como referente de dignidad y denuncia frente a esa Europa fortificada que, en sus fronteras, amontona seres humanos como si fueran los sobrantes de un nuevo reparto económico del mundo. En abril se cumplirán dos años de la okupacion y, también, hoy, 17 de marzo, del Pacto de la Vergüenza, firmado entre la UE y Turquía. La UE entregó 6.000 millones y Turquía se convirtió en el «kapo» del enorme campo de muerte y esclavitud que para las personas migrantes y refugiadas es el sur de Europa. En un lugar de Atenas, el City Plaza resiste, vive y recuerda aquel pacto. Su memoria debería sonrojar a Europa.