En declaraciones a la prensa realizas antes de que se iniciara la junta general de accionistas en el Palacio Euskalduna, el presidente del BBVA comentó ayer que los cambios científicos y tecnológicos están creando una «enorme riqueza» y, por ello, se necesita una «arquitectura legal nueva» que permita que la misma «llegue a todos los ciudadanos». Fiel a su estilo en esta cita anual, como indicó la agencia Efe, Francisco González lanzó dos mensajes, uno sobre la situación de la entidad financiera y otro más «político».

En esta ocasión, sin citarlas expresamente, se refirió a las «enormes plataformas» –los gigantes tecnológicos como Google, Amazon o Facebook– que los informes especializados sitúan como las mayores amenazas a la banca tradicional en los próximos años.

«De alguna forma, estamos creando un nuevo orden económico y social, y la arquitectura legal de este momento no responde a ese nuevo orden; para que esa enorme riqueza llegue a todos los ciudadanos es necesario dotarse de una nueva arquitectura legal que garantice que todos los ciudadanos se benefician y no se creen efectos secundarios indeseados», señaló.

Sobre los resultados del banco, calificó el pasado 2017 como «un gran año». «Hemos tenido muy buenos resultados financieros y hemos avanzado muchísimo en nuestro proceso de transformación», indicó, antes de añadir que 2018 «va ser todavía mucho mejor».

«En adelante, el dividendo crecerá de la misma forma que los resultados del grupo y se pagará 100% en efectivo, con dos pagos por ejercicio», explicó. Esos repartos se harán en octubre y en abril. Ayer, los accionistas autorizaron el reparto de un dividendo complementario en efectivo de 0,15 euros brutos por acción en abril, con lo que el total de dividendos con cargo a 2017 será de 0,37 euros brutos por acción (26 céntimos en efectivo y 11 céntimos con la opción de elegir nuevas acciones).

En el turno de intervenciones de los accionistas, varios de ellos criticaron que el banco no devuelva todas las cláusulas suelo a los clientes, que no facilite la conciliación laboral o que la plantilla trabaje «bajo presión» y desconozca el alcance real que puede tener el cierre de más sucursales.

Protesta de Tubulares

En el exterior del Euskalduna los mensajes que se escuchaban tampoco eran tan positivos como los expresados por González. Una de las protestas que se llevaron a cabo fue la protagonizada por dos centenares de trabajadores de Productos Tubulares. Esta empresa es filial de Tubos Reunidos, grupo cuyo mayor accionista en el BBVA, con el 14% de participaciones.

Entre continuos pitos y varios petardos, reclamaron una solución a su situación, ya que la dirección tiene intención de aplicarles un ERE de extinción de contratos, pero aún no se ha definido qué alcance tendrá entre las 418 personas que forman la plantilla. Por ello, han iniciado una huelga indefinida.