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La estrategia de Trump resalta los aranceles que impone la UE

Ante la decisión de EEUU de imponer pesadas tasas aduaneras a las importaciones de acero y aluminio, la Unión Europea reaccionó en un primer momento con una andanada de declaraciones de rechazo total al proteccionismo y de advertencias sobre la posibilidad de responder con medidas del mismo tipo. No obstante, tras las exenciones concedidas a Australia, Canadá y México, la UE aspira a lograr un acuerdo que mantenga el «equilibrio» comercial.

La comisaria de Comercio europea, Cecilia Malmström, y el secretario de Comercio estadounidense, Wilbur Ross, se reunirán en los próximos días para hablar sobre los aranceles que EEUU quiere imponer a sus importaciones de acero y aluminio, de las que la UE, en su conjunto, quiere quedar exenta, como ya ha sucedido con Australia, Canadá y México (estos dos últimos, de forma provisional mientras renegocian con EEUU el Tratado de Libre Comercio de América del Norte).

Al mismo tiempo que firmaba las proclamaciones para estudiar la imposición de nuevos aranceles a las importaciones de acero (25%) y aluminio (10%), el 8 de marzo, Donald Trump precisó que daba dos semanas de plazo para llegar a acuerdos con el objetivo de que los países «amigos» queden exentos de estas tasas. Y ese plazo se va apurando, por lo que la negociación entre Washington y Bruselas se presenta como una contrarreloj.

Fuentes comunitarias confirmaron a Efe que la decisión de mantener este encuentro se tomó el jueves, tras una llamada telefónica entre Malmström y Ross. La comisaria europea ya mantuvo una conversación con el jefe de Comercio Exterior de EEUU, Robert Lightheiz, el día 10, con el fin de obtener más claridad sobre las condiciones y el procedimiento para quedar a salvo de la medida. Sin embargo, no obtuvo las aclaraciones que esperaba y anunció que habría una nueva reunión.

Desde entonces, tanto por parte de la Comisión Europea como de los Estados miembros se ha reiterado la voluntad de evitar una escalada y una guerra comercial, aunque se ha advertido de que la UE responderá y recurrirá ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) si llegan a materializarse los aranceles estadounidenses.

Relevo en la Casa Blanca

En este corto intervalo de tiempo ha habido un importante cambio en el gabinete de Trump que concierne directamente a esta negociación. El principal asesor del presidente de EEUU en materia económica, Gary Cohn, dimitió para evitar quedar retratado en la fotografía que Trump se sacó junto a un grupo de trabajadores de la siderurgia mientras firmaba las órdenes para imponer las nuevas tasas al acero y el aluminio.

De Cohn se destacaba su oposición al proteccionismo, pero sus consejos no convencieron a Trump para que EEUU permaneciera en el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) ni para que evitara entrar en una guerra comercial que muchos analistas todavía no perciben pero que tampoco se atreven a descartar.

Lo curioso es que su sustituto en ese cargo, Larry Kudlow, tiene un perfil parecido. Como indicaba Virginie Montet para AFP, el nuevo consejero jefe «es un fan de la política económica presidencial, pero también es un francotirador». Al igual que Cohn, Kudlow no es un convencido defensor las tasas proteccionistas. A sus 70 años, este economista e historiador de formación es muy conocido como divulgador y comentarista económico en televisión.

«Le conozco desde hace mucho tiempo. No estamos de acuerdo en todo. Pero me gusta que haya opiniones divergentes», comentó Trump el martes. También aseguró que Kudlow ha «modificado un poco su posición sobre las tarifas aduaneras», al reconocer su utilidad en tanto que instrumento para las negociaciones comerciales.

Por su parte, Kudlow afirmó, en declaraciones a la CNBC –en la que ha trabajado durante 25 años–, que el objetivo final del presidente estadounidense es formar «una coalición comercial» contra China.

De Europa a China

Esta misma semana, desde la Casa Blanca se ha filtrado que ya prepara un paquete de medidas para reducir el déficit comercial con China que incluye tarifas arancelarias para las importaciones de productos del país asiático por valor de al menos 30.000 millones de dólares anuales, como informó “The Wall Street Journal”.

Según el diario neoyorquino, que cita a un funcionario de la Casa Blanca y a personas conocedoras de las deliberaciones, esas medidas, que se espera sean anunciadas dentro de las dos próximas semanas, pretenden reducir el déficit comercial, pero también presionar a Pekín. La Administración Trump estima que el gigante asiático ha violado las leyes de propiedad intelectual de EEUU y forzado a sus compañías a transferir tecnología a las chinas, un daño que cifra en 30.000 millones de dólares anuales e intenta demostrar con una investigación a la que ha objetado China.

Mientras se consolida esa operación hacia el oeste del Pacífico, la que tiene el objetivo puesto a este lado del Atlántico va tomando forma con el intercambio de amenazas y de medidas arancelarias. Y también ha puesto de manifiesto las barreras comerciales que levanta Bruselas pese a defender el libre comercio, en términos generales, como el mejor de los sistemas.

Después de que el presidente estadounidense amenazara a la UE, a través de Twitter, con «gravar los coches» europeos si no reducen sus impuestos «horrorosos» a los productos estadounidenses, el Ejecutivo comunitario ha admitido que el arancel que aplica EEUU a los vehículos europeos es «mejor» que el que aplica el bloque, pero ha insistido en la necesidad de tener una visión de conjunto porque el arancel medio «es bastante similar» –del 3% en la UE y del 2,4% en EEUU– y ha rechazado entrar en especulaciones sobre la posibilidad de equiparar los aranceles a los automóviles a ambos lados del Atlántico.

Así, como recogió la agencia Efe, aunque Bruselas aplica un arancel del 10% a los coches de EEUU frente al 2,5% que impone Washington, el portavoz comunitario, Enrico Brivio, recordó que EEUU aplica un impuesto mayor, del 25%, a los camiones europeos frente al 14% que aplica la UE. Y que EEUU también aplica aranceles «elevados», por ejemplo, a zapatos (48%), textiles (20%) y nueces (164%).

«El mercado de la Unión Europea es uno de los más abiertos del mundo. Si alguien comienza tirando una piedra, debe estar seguro de que no viva en una casa de cristal», ironizó Brivio, insistiendo en la necesidad de centrarse en la visión de conjunto y no en aranceles particulares a determinados productos.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE abordarán la cuestión en su reunión de la semana que arranca mañana, los días 22 y 23 de marzo.

La UE tiene una lista provisional de productos estadounidenses –acero, bourbon, mantequilla de cacahuete, las motos Harley, el zumo de naranja o los arándanos, entre muchos otros– a los que les aplicaría un arancel equivalente para «reequilibrar» el daño económico que provocaría la medida estadounidense, estimado en unos 2.800 millones de euros. Y denunciaría a EEUU ante la OMC, si es posible, junto con otros socios.

Gurría (OCDE) aboga por acabar con el exceso de acero

El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, apuesta por reducir la producción mundial de acero para evitar una guerra comercial. «Hay que acabar con el exceso de producción de algunos países. No cerrando fábricas, tal vez solo reduciendo su producción o transformándola», comentó el responsable de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos en una rueda de prensa en Viena. El economista y político mexicano recordó que en 2016 se creó el Foro Global sobre Exceso de Capacidad del Acero, integrado por el G20 y la OCDE. El exceso de producción de acero se lleva gestando «durante los últimos diez años», afirmó. «Se asumió que el crecimiento (económico) en Europa, en Estados Unidos o en China iba a ser estable» explicó Gurría, para añadir que, cuando esas predicciones se revelaron erróneas, la capacidad de producción excesiva «ya estaba allí».

Este tema se abordará en la reunión de ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20 que comienza mañana en Buenos Aires. GARA

EEUU quiere que la OMC pueda sancionar

La Organización Mundial del Comercio se ha mostrado preocupada por la imposición de nuevos aranceles por parte de EEUU, pero cree que «aún hay tiempo» para abordar esta medida tanto fuera como dentro de esta institución que reúne a 164 estados. El portavoz de la OMC, Dan Pruzin, resaltó que EEUU ya ha puesto en marcha un proceso para aquellos estados que buscan una exención.

«También pueden recurrir las medidas ante el sistema de resolución de disputas y llegar hasta el mecanismo de apelación, que decidirán si una medida es conforme con las reglas», explicó. Tras el anuncio de Donald Trump, 18 delegaciones estatales expresaron en el Consejo General (máximo órgano decisorio) de la OMC su preocupación por esa decisión. «Generalmente, incluso si se inicia un caso de disputa en la OMC, el primer paso es dialogar, de manera que hay tiempo para hacerlo durante el proceso de consulta e, incluso, una vez establecido un panel (de resolución de disputa) ambas partes siempre pueden sentarse con el fin de buscar una solución mutuamente aceptable», añadió. El periodo de consultas, es decir la fase previa a la iniciación formal de una disputa, dura 60 días, pero puede ser extendido.

Hasta el momento, la OMC no ha tenido que lidiar con un dictamen sobre medidas proteccionistas que se basan en la «seguridad nacional», como alega Estados Unidos en el caso del acero y el aluminio.

Paradójicamente, mientras esto sucede, Washington ha propuesto una reforma de la OMC para que los estados puedan ser sancionados en caso de violación de reglas comerciales, según se desprende de documentos a los que ha tenido acceso AFP. En el texto titulado “Procedimientos para mejorar la transparencia y fortalecer los requisitos de notificación”, EEUU deplora «el bajo nivel de cumplimiento» de las obligaciones de notificación de medidas tales como subvenciones y aranceles.

En el documento no se menciona a ningún país en particular, pero la Casa Blanca ya ha dado a entender que lo que quiere es que se sancione el «intervencionismo de Estado» que, a su juicio, practica China. GARA