GARA
Santana do livramento

Da Silva lanza una gira arropado por Mujica, Correa y Rousseff

Luiz Inácio Lula da Silva defendió el legado de los gobiernos de izquierda de la primera década de este siglo arropado en su gira por el sur de Brasil por su sucesora, Dilma Rousseff, y los exmandatarios José Mujica, de Uruguay, y Rafael Correa, de Ecuador.

El expresidente de Brasil Lula da Silva lanzó el lunes su cuarta gira, esta vez por el sur del país. Lo que iba a ser un encuentro con José Mujica en la fronteriza Santana do Livramento acabó siendo una reunión de exlíderes de la izquierda latinoamericana, a la que se sumaron Dilma Roussef y Rafael Correa. Junto a ellos, defendió el legado de los gobiernos progresistas de la primera década del siglo XXI, que hicieron «avanzar» al continente con una nueva forma de hacer política que «incomodó a EEUU».

Sostuvo que los gobiernos de izquierda resolvieron sellar una «alianza» para «compartir los beneficios y la riqueza» que se producía en la región, un pacto que se rompió tras el cambio hacia la derecha que ha emprendido América Latina.

Da Silva, condenado a 12 años de cárcel por corrupción, reiteró que no piensa parar ahora recordándole a Mujica que «está siendo amenazado de prisión». Sentado a su lado, pero en territorio uruguayo, Mujica pidió autocrítica a la izquierda e incluso al PT, y dijo que las derrotas de la izquierda son «hijas de sus divisiones» internas. «Tenemos que aprender en toda América Latina que sin unidad no hay poder a la larga y que nadie tiene la verdad total», indicó.

Correa dijo que «lo que se está haciendo con Lula» es «gravísimo» y que «la injusticia contra un hombre es una injusticia contra toda la Humanidad».

Rousseff, que denunció el «golpe» que comenzó en 2016 con su destitución, señaló que en Brasil se ha implementado «el más negro neoliberalismo» y que los partidos de la izquierda no tienen que preocuparse solo del crecimiento económico, también de las personas.

Da Silva es el favorito para las elecciones, pero durante su gira podrían resolverse sus últimos recursos que, de ser rechazados, podrían llevarle a prisión.