Miguel FERNÁNDEZ IBÁÑEZ
DIYARBAKIR
Elkarrizketa
ZEKI BARAN
COLÍDER DEL DBP

«Los kurdos no han conseguido nada con su lucha política»

Nacido en 1982 en Kulp, ciudad de la franja oeste de las montañas Tauro, una región de tradicional apoyo al PKK, Baran fue elegido en 2016 colíder de la región de Diyarbakir por el Partido Democrático de las Regiones (DBP), la rama del Partido Democrático de los Pueblos (HDP) en Kurdistán Norte.

Padre de tres hijos, de talante cercano y sonrisa constante, Baran, ingeniero de formación, atiende a GARA en la sede del DBP para hablar sobre la delicada situación del movimiento kurdo, que en los dos últimos años ha visto a miles de sus activistas detenidos y casi un centenar de sus alcaldías ocupadas por el «kayyum», o administradores del Estado. Este robo de la soberanía popular está condicionando a los kurdos, que no se pliegan ante el Partido Justicia y Desarrollo (AKP) y miran con angustia el conflicto en Siria.

Decenas de políticos arrestados, entre ellos los colíderes del HDP y el DBP. Además, el «kayyum» ha dejado sin trabajo a los funcionarios locales. ¿Cómo aprecia la actual situación?

Los kurdos han pagado un precio mucho más alto del necesario para obtener sus derechos. Como sucede hoy con el AKP, para garantizar su futuro, los turcos empezaron a asimilarnos hace 100 años. También sucedió con armenios, griegos..., pero los kurdos, por ser un poco cabezones, han resistido este proceso de asimilación. Ahora, por nuestro exitoso resultado en las elecciones del 7 de junio de 2015, terminaron con la paz.

Desde la ruptura del último proceso de diálogo se han hecho cosas que no se vieron ni en los años 90. Entonces el Estado asesinaba a los kurdos. Hay 17.000 ejemplos. Pero ahora nos están obligando a abandonar esta región. Están tomando todo lo que tenemos. La estrategia del Gobierno es el caos, y para implementarlo han arrestado a miles de nuestros compañeros, ocupado 94 alcaldías y cerrado nuestras organizaciones. Esta política estatal trata de erradicarnos.

El «kayyum» ha desplazado a la élite clientelar kurda por la propia del AKP. Esto eleva la traición, una palabra recurrente en los análisis de Abdullah Öcalan. ¿Ha habido tránsfugas?

Con el «kayyum», miles de personas han sido despedidas, pero estas personas, como respuesta a la toma de los ayuntamientos, se habrían ido sin ser despedidas. Hay gente que piensa que si hace ruido será despedida, pero incluso sin decir nada pierden sus trabajos. Es así porque el Estado no expulsa a la gente por ser del DBP, sino que con ser kurdo es suficiente. La estrategia del Estado turco es enfrentar a los kurdos entre sí. También hay gente que parece apoyar al AKP. Pero no es así, y mañana el DBP ganará de nuevo en Diyarbakir.

¿Perdonarán a quienes ahora van con el AKP?

La mentalidad del Estado es la siguiente: el DBP volverá a ocupar estas alcaldías y la gente que ahora tiene trabajo gracias al AKP temerá perderlo. Es una forma de enfrentar a las familias. Además, la gente se quejará si el DBP no echa a esas personas que han obtenido el trabajo gracias al AKP. Es la estrategia del Estado, pero no actuaremos como ellos, haremos todo lo posible para que ese rencor se apague.

El HDP podría no alcanzar el corte electoral del 10% de los votos. ¿Cómo afectaría al pueblo kurdo?

Tenemos que subrayar esto: hasta el día de hoy, los kurdos no han conseguido nada con su lucha política. Nos pedían que entráramos en el Parlamento y solucionáramos la situación a través del diálogo. Pero después de mandar diputados que han sido arrestados sin motivo alguno han perdido la esperanza, se preguntan qué cambiará si estamos en el Parlamento.

Entonces, quedarse fuera no sería el fin del mundo. Ahora mismo no podemos cometer errores, por lo que no habrá venganza.

Las encuestas dicen que el AKP, en coalición con el panturco MHP, apenas perderá votos en la región.

Hace dos días (por el 17 de marzo), Recep Tayyip Erdogan estuvo aquí. Le pongo un ejemplo con una cifra inexacta: de las 2.000 personas que atendieron al encuentro, menos de 200 lo hicieron por convicción. El resto eran soldados, paramilitares kurdos y funcionarios, que fueron obligados a ir por el temor a perder sus trabajos.

En las pasadas elecciones, sobre todo a través de los «muhtar» (líderes locales), amenazaron a la gente con quemar su aldea si salía un voto a favor del HDP. Es la estrategia del miedo.

En un ambiente democrático, los kurdos no entregarían sus votos a la coalición formada por AKP y MHP. Pero las condiciones son diferentes. Además, en Diyarbakir cerca del 30% de los votos del AKP vienen de las fuerzas de seguridad y los funcionarios. Eso tenemos que tenerlo en cuenta cuando hablamos del apoyo que aquí tiene el AKP.

No han cerrado la puerta a las coaliciones. ¿Se atreverá el kemalista CHP a aliarse con ustedes?

Tenemos unas condiciones para formar una coalición. La falta de liderazgo del CHP es una de las principales razones del éxito del AKP. Un ejemplo ha sido el levantamiento de la inmunidad de nuestros diputados. Otro es su apoyo a la guerra contra los kurdos en Siria e Irak. Pero el problema no es Erdogan o el AKP, sino el sistema: en los años 80 se llamaba –el golpista–Kenan Evren, en los 90 Tansu Çiller y ahora Recep Tayyip Erdogan.

Puedes cambiar el nombre, pero el sistema no cambia. ¿Sería diferente con el CHP? No. Puede que incluso fuera peor. Nosotros, en cambio, somos. con la perspectiva de Öcalan, la alternativa a este sistema.

Turquía se ha hecho con el control de Afrin. Puede que los kurdos tengan también que abandonar Manbij. Hay actores que les condicionan más allá de Siria. Uno es Irán. ¿Se acercarán a al-Assad o confiarán en EEUU?

Los últimos avances en Afrin han demostrado que no podemos confiar en nadie. Desde el inicio de la guerra, los kurdos han protegido su propia región. En este periodo se han formado coaliciones con EEUU, Rusia y Siria para luchar contra el Estado Islámico. Es parte de la diplomacia. Es algo normal. Pero en Afrin, a diferencia de Raqqa o Kobane, los kurdos han luchado solos.

Pero es tiempo de elegir aliados. ¿Se puede ir con EEUU e Irán a la vez?

Puede que haya llegado el tiempo de elegir. Afrin no es solo una lucha entre kurdos y turcos, sino un terreno para ajustar las cuentas pendientes de los actores internacionales. Después de siete años de guerra, entramos en esa fase en la que se va a resolver el conflicto a través del diálogo. Entonces, quien obtenga el trozo del pastel más grande podrá tener ventajas en la negociación.

«Irak está bajo el control iraní. Pese a la represión que ha sufrido el pueblo kurdo, el PKK no ha tenido malas relaciones con Irán y Siria. Irak podría permitir la entrada de tropas turcas en Qandil si los kurdos de Siria deciden ir con EEUU. Teniendo en cuenta estas relaciones, ¿no sería más apropiado acercase a Irán?

El PKK tendrá que tomar esa decisión, aunque yo apoyaría a Estados Unidos por ser el país más fuerte. En Afrin ha sido Rusia quien ha dado luz verde a las operaciones turcas al permitir el uso del espacio aéreo. Pero Estados Unidos nos mandó este mensaje: dejen a Rusia y acérquense a nosotros. ¿Por qué? Para que los kurdos sean su ejército en la sombra en Oriente Medio.

En el futuro podría haber una operación conjunta de Estados Unidos y las fuerzas kurdas para luchar contra Irán, que podría tomar represalias. Es una situación complicada. Especialmente en los últimos meses, Oriente Medio cambia cada hora, pero creemos que los poderes imperialistas temen nuestro sistema democrático.

¿Cómo afrontan el Newroz?

Es una forma de resistencia. Los kurdos no van al Newroz a escuchar mensajes políticos, sino que van a mostrar que su resistencia continúa. La agresión contra Afrin, que es un trauma que nos afecta, estará muy presente.