Agustín GOIKOETXEA
BILBO

Los sindicatos llaman a Kristau Eskola a negociar tras la huelga

Los sindicatos de los centros concertados de iniciativa social instaron ayer a Kristau Eskola y AICE-IZEA a que respondan a sus «reivindicaciones básicas» o no les quedará otro camino que dar continuidad a los paros y movilizaciones. Hicieron ese emplazamiento a las patronales después de indicar que por encima del 70% de los trabajadores respondieron a la convocatoria de huelga, seguimiento que Kristau Eskola rebajó al 38% en el conjunto de la CAV.

La huelga convocada por ELA, Steilas, CCOO, LAB y UGT en los centros concertados de iniciativa social de la CAV tuvo un «amplísimo seguimiento», según los sindicatos, que situaron la incidencia por encima del 70%, porcentaje que Kristau Eskola redujo al 38%, cifrando el paro en Bizkaia en el 42%; en el 53% en Gipuzkoa; y en el 33% en Araba. Las centrales destacaron que la incidencia fue «desigual», con centros cerrados al 100% y otros que en todo caso superaron el 50%.

A la huelga estaban llamados cerca de 10.000 trabajadoras y trabajadores del 70% de los colegios concertados de la CAV, en los que estudian 117.904 escolares. El paro, apuntaron los convocantes, fue seguido por todos los colectivos, desde el personal de administración y servicios hasta el docente.

Antes de arrancar la manifestación que tuvo lugar en Bilbo, en la que participaron alrededor de 2.000 personas, Sabin Arrizabalaga (Steilas) felicitó a todos los trabajadores por el apoyo «masivo». En Donostia y Gasteiz también se desarrollaron manifestaciones en las que tomaron parte centenares de trabajadores que corearon, entre otras, consignas como «gure eskubideak defenda ditzagun», «menos oración más negociación», «gizarte ekimena borrokan», «ez, ez, ez, murrizketarik ez; bai, bai, bai, negoziazioari bai», «a dios rogando y con el mazo dando», «Kristau Eskola negoziatu» o «hemen gaude hitzarmenaren alde».

«Creemos que hoy los trabajadores han enviado un mensaje claro, contundente y conciso a Kristau Eskola: Estamos dispuestos a negociar para conseguir un nuevo convenio, pero también a hacer lo que haga falta y a seguir movilizándolos para lograrlo», expuso el representante sindical.

Después de nueve años y más de treinta mesas de negociación, las centrales no están dispuestas a que las patronales se mantengan en una posición «cerrada e inmovilista». Arrizabalaga recordó que en noviembre plantearon una plataforma reivindicativa de «mínimos», a la que no ha habido respuesta.

Reivindicaciones básicas

ELA, Steilas, CCOO, LAB y UGT proponen un plan para el mantenimiento del empleo mediante la creación de una bolsa de recolocación «transparente y objetiva» que haga que los despidos sean evitados. La iniciativa tiene su origen en las consecuencias de la baja natalidad, que repercute en el cierre de aulas y los despidos en los primeros cursos de Infantil.

Además, demandan una mejora de las condiciones laborales y salariales para los colectivos «más precarios», como son los de Educación Infantil de 0 a 3 años «con sueldos bajos, sin horas complementarias y jornadas parciales», y el de los especialistas de apoyo educativo, con «jornadas anuales abusivas, que exceden las necesidades reales de los colegios».

Uno de los principales problemas del sector es la «excesiva» carga de trabajo. Por ello, reclaman una reserva de horas para actividades no dedicadas directamente al alumnado, como la preparación de proyectos y corrección de exámenes que ahora se ven obligados a hacer en sus hogares. Otra de las reivindicaciones es la recuperación de una «mínima parte» del poder adquisitivo perdido en la última década, que los sindicatos cifran en cerca del 14%. «En números acumulados ha supuesto, por ejemplo, que un profesor de Primaria con tres trienios haya perdido más de 25.000 euros», aseguraron.

Arrizabalaga criticó que desde 2010 la financiación de los centros sea la «excusa recurrente» de Kristau Eskola para «aplicar los recortes de forma unilateral y salirse del convenio de Euskadi y abrazarse al convenio estatal de empresas educativas, no de centros de iniciativa social». «Decían que si no aplicaban los recortes iban a cerrar los centros y, desde entonces, en toda la CAV solo han cerrado La Milagrosa de Barakaldo e Ibaigane en Bilbao, y no porque se haya reivindicado el cumplimiento del convenio, sino por una mala gestión empresarial», destacó el sindicalista.