Mikel INSAUSTI
LA CASA JUNTO AL MAR

La veinteava película de Guédiguian pasa revista a los años vividos en Marsella

Cuando Robert Guédiguian dirigió su primer largometraje tenía 26 años, y ahora que ya ha cumplido los 64 dispone de la suficiente perspectiva para revisar su larga carrera con motivo del estreno de su película número veinte. No lo tenía difícil, porque siempre ha sido un autor coherente y fiel a sí mismo, que a lo largo del tiempo ha sabido mantener un compromiso de izquierdas de acuerdo con su extracción obrera y su conciencia de clase. Los escenarios de la práctica totalidad de sus realizaciones han sido los de esa Marsella habitada por la gente trabajadora, mucho más interiorizada y significativa que la turística. Por eso con “La Villa” ha querido recuperar las localizaciones de su tercer largometraje “Ki lo sa?” (1986), en cuanto excusa ideal para reunir de nuevo a su trío estelar de siempre, el formando por su mujer Ariane Ascaride y por sus inseparables amigos Jean-Pierre Darroussin y Gérard Meylan.

En “La Villa” hacen de hermanos reunidos con motivo de la grave enfermedad del anciano padre, quien regentó toda su vida un restaurante en una apartada cala marsellesa. Ariane encarna a la hija actriz que vive en París, y que pretende ocuparse de los pormenores legales de la herencia. Jean-Pierre llega acompañado de una chica más joven, con la que se ha emparejado. Y, por último, Gérard hace las veces del heredero destinado a continuar con el negocio familiar.

El trío de Guédiguian ejerce como testigo vivo del paso del tiempo, al comprobar cómo ha cambiado la realidad que conocieron en el lugar, que ha dejado de ser un lugar de confraternización y encuentro festivo entre los estratos más humildes. Pero sigue siendo un buen foco social para la solidaridad, pues hasta esas costas llegan los inmigrantes en panteras. Guédiguian repite en la banda sonora la canción de Bob Dylan “I Want You”, pero pagando derechos.