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damasco

Un primer grupo rebelde accede a evacuar Ghuta

Centenares de combatientes rebeldes y civiles comenzaron ayer a salir de Ghuta Oriental, una evacuación inédita desde el lanzamiento de la ofensiva régimen sirio, cada vez más próximo a reconquistar íntegramente el último bastión de los insurgentes cerca de la capital. La salida fue fruto de un acuerdo con el régimen sirio que, a la vez, continuó la evacuación de civiles por los corredores establecidos en el norte de Ghuta y siguió bombardeando en el sur.

Unos 1.600 combatientes y miles de miembros de sus familias comenzaron ayer a salir de Harasta, una de las localidades de la región de Ghuta Oriental, divida en tres zonas aisladas en el asedio de las fuerzas gubernamentales sirias. Esta evacuación es fruto del acuerdo entre el Ejército sirio y el grupo salafista Ahrar al-Sham, que controlaba Harasta, la más pequeña y menos poblada de las bolsas insurgentes a las que se ha reducido el enclave rebelde.

La salida se lleva a cabo en varias oleadas, según un miembro del comité de reconciliación, dependiente del régimen sirio y que participó en las negociaciones.

Civiles y rebeldes, estos últimos con sus armas, serán trasladados hacia la provincia de Idleb, el noroeste del país, controlada por grupos rebeldes y yihadistas, y la operación podría durar varios días, según el portavoz de Ahrar al-Sham, Munzer Fares.

La televisión siria informó de que 547 personas, entre ellas 88 combatientes, ya habían abandonado el sector de Harasta, a bordo de varios autobuses.

También difundió la evacuación de trece personas, soldados y civiles, que los insurgentes mantenían en cautividad, a cambio de la liberación de seis personas detenidas por el Gobierno sirio.

«Harasta fue totalmente destruida y la situación de los habitantes es dramática», confirmó a la AFP el jefe de su consejo local del sector rebelde, Hosam al-Beyruti.

Algunas fuentes aseguraron que el grupo Jaish al-Islam había comenzado a negociar una evacuación similar de Duma.

&dcThree;Bombardeos y evacuación

La evolución de la situación en Ghuta es similar a lo que sucedió en otros bastiones rebeldes reconquistados en los últimos años por Damasco, como en Alepo a fines de 2016, donde después de intensos bombardeos y de asedios asfixiantes, los insurgentes de estas localidades y los civiles que los apoyan fueron llevados en autobuses rumbo a Idleb. A la vez, continuó la salida de personas desde el norte de Ghuta Oriental hacia zonas bajo dominio gubernamental de la periferia de Damasco, a través de los corredores abiertos por las autoridades. De esta forma, un total de 6.000 civiles abandonaron ayer la región por el cruce abierto por las fuerzas armadas en el campo de refugiados palestinos de Al-Wafidin.

Cerca de 80.000 personas han abandonado el enclave a través de estos corredores, lo que Amnistía International ha denunciado como un desplazamiento forzoso de la población.

Pese al acuerdo en Harasta y la evacuación al norte, las bombas del régimen sirio continuaron cayendo en Ghuta. Al menos 19 civiles murieron en estos ataques aéreos en el suroeste de la región, bajo el control del grupo islamista la Legión de la Misericordia, indicó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

Las tropas progubernamentales continuaron, entre intensos combates, su progreso por el sur de Ghuta. En la ofensiva iniciada el 18 de febrero ya han conquistado más del 80% de ese territorio.

Poer otro lado, al menos 34 personas, entre ellas 17 menores de edad, murieron por un bombardeo atribuido a aviones rusos contra el pueblo de Harem, en la provincia de Idleb, según el OSDH.