Aimar Etxeberria
Periodista
DE CARA A LA FORMACIÓN DE GOBIERNO EN ITALIA

M5S y Lega acercan posturas, pero fallan en el reparto del botín

Les ha costado, pero parece que el M5S y la Lega han asumido la responsabilidad que tienen con la gobernanza del país. Han entablado contacto, pero no han superado su primer test importante.

La formación de un nuevo Gobierno en Italia tres semanas después de que el país acudiera a las urnas sigue siendo incierta, como bien quedó plasmado ayer en las cámaras recién constituidas que celebraron sus primeras sesiones para que los nuevos parlamentarios hicieran toma de posesión. El primer deber de estos era la designación de los presidentes tanto de la Cámara de Diputados como del Senado, pero la nueva mayoría parlamentaria surgida de las urnas falló en su primer examen importante.

Diez días tardaron los dos grandes vencedores de la cita electoral –M5S y Lega– en establecer contacto mediante una conversación telefónica, y lo hicieron con vistas a la elección de lo que en el país se consideran dos puestos clave en el escenario político. Además, el acuerdo sobre la designación de los presidentes de las cámaras es percibido como la antesala del pacto para la formación del nuevo Gobierno, aunque tanto desde el M5S como de la Lega han intentado desligar durante toda la semana los dos procesos.

Todo estaba bien encaminado hasta que Berlusconi entró en juego. Luigi Di Maio –M5S– y Matteo Salvini –Lega– tenían apalabrado que la Presidencia de la Cámara caería en manos de los grillini –llamados así en referencia al creador del movimiento, Beppe Grillo–, mientras que la del Senado sería para la Forza Italia de Berlusconi. Ha sido entonces cuando, Il Cavaliere, valiéndose de sus dotes de táctica política, ha jugado sus cartas. El magnate propuso a Paolo Romani para el cargo, quien está condenado por malversación de fondos. Berlusconi, a sabiendas del chirrido que ello provocaría entre las bases del M5S, decidió proponer a un candidato que iba claramente contra el mismo ser del movimiento purista, que rechazó alzar a un condenado al cargo. Lo que prosiguió a la negativa del M5S puede ser el principio de la ruptura entre la Lega y Forza Italia.

Berlusconi, que se ha erigido como el mayor obstáculo de cara a una posible alianza entre el M5S y la Lega, acusó a Salvini de tener pactado el acuerdo de gobierno con Di Maio cuando el líder de la Lega, ante el rechazo hacia Romani, sacó de la chistera a su propia candidata, Anna Maria Bernini, con tal de agradar al M5S. Además, el cruce de acusaciones entre Berlusconi y Beppe Grillo se ha caracterizado por el insulto continuo en estos últimos años, llegando Il Cavaliere al extremo de acusarlos de «neonazis» y «peligrosos». Por su parte, «enano sicópata» ha sido el término elegido por Grillo para dirigirse a Berlusconi.

A día de hoy, la colaboración entre Di Maio y Salvini sobresale como única posibilidad real de gobierno en Italia. Ambos líderes han hecho declaraciones en ese sentido en esta última semana y son más los puntos de encuentro que desencuentro entre ellos. Por ejemplo, el líder de la Lega ha afirmado que ambas formaciones comparten propuestas sobre, entre otros temas, la reforma de las pensiones, educación, justicia y, «por supuesto», Europa. El escollo más grande radicaría en sus propuestas económicas: M5S propone una renta básica universal –es la formación más votada en el sur, donde el desempleo es mayor–, mientras que la Lega quiere establecer un impuesto fijo al 15% –es el partido más votado en el norte, la región más rica del país–. A ello habría que sumar el papel que pueda jugar la presencia de Berlusconi en el futuro.

Lo que sí parece descartado es la presencia del PD en el futuro Gobierno italiano. Ya con Matteo Renzi fuera de los puestos clave del partido, la formación trata de reinventarse, no exento de polémicas. Figuras como el presidente de la región de Puglia, Michele Emiliano, abogan por apoyar un posible gobierno del M5S, pero las presiones que padeció el PD por parte de las élites del país tras la jornada electoral para que apoyara a Di Maio ya han cesado.

Italia todavía tiene camino que recorrer antes de formar su nueva Ejecutiva. Se prevé que la designación del presidente del Senado se lleve a cabo en cuestión de días, pero la del presidente de la Cámara puede llevar más tiempo, ya que es necesaria la mayoría absoluta para su elección. Una vez las cámaras cuenten con su máximo responsable, será el turno de Sergio Matarella, que deberá encargar la formación del Gobierno a la figura política que con más posibilidades ve para ello.