Joseba ITURRIA
Elkarrizketa
LOREN JUARROS
EXDIRECTOR DEPORTIVO DE LA REAL SOCIEDAD

«Podemos volver a cometer los errores que llevaron a la ruina»

Lejos de criticar a Jokin Aperribay por destituirlo pese a los éxitos de su gestión deportiva en el primer momento en el que en Anoeta se pidió su marcha con fuerza el sábado, Loren defiende al presidente y el modelo de club que han dirigido nueve años.

Loren habla claro en su primera entrevista tras ser destituido el domingo. Mañana GARA publica la segunda parte con su gestión en la dirección deportiva.

¿Cómo está después de todo lo que ha pasado estos días?

Con la perspectiva del tiempo que pasa, con una tranquilidad grande, con una paz interior muy buena y muy satisfecho por haber colaborado en la reconstrucción del club desde una situación muy delicada en lo económico y lo deportivo hasta lograr que el equipo haya pasado por Europa con unos valores, una identidad y una filosofía que entiendo que debe tener la Real. Eso da un valor añadido a lo que hemos conseguido.

¿Qué siente cuando el sábado en Anoeta se pide su marcha?

Lo vivido en el campo es duro profesional y personalmente, y no es fácil llevar ese momento. Se te cruzan muchas ideas y sentimientos. Por una parte quieres entender que la gente tenga la posibilidad de dar su opinión. El fútbol es muy mediático, genera muchas emociones y a veces se manifiestan de una manera que no sería la mejor, pero hay que entenderlo. Por otra, en un año que hemos jugado en Europa, piensas si aquello era justo en una situación en la que el equipo no está tan bien como nos habíamos propuesto, pero sin ningún riesgo de meternos abajo. Es triste porque al equipo no le ayudaba eso nada y porque se entremezclaron gritos contra mí con otros sobre el tema de los precios de los abonos hacia el Consejo y a Jokin Aperribay. Me dolió muchísimo porque él no se merece con lo que ha peleado por el nuevo campo que cuando llegue el momento de gestionarlo la gente se pueda enojar, pero no que lo manifieste con ese desafío que hubo dirigiéndose al palco. Hay sitios para hablar, no creo que en el partido y de esa forma deba manifestarse eso.

¿Si el Consejo le trasmite confianza y hubiera pedido que siguiera lo habría hecho?

No sé, pero entendían que era una situación incómoda y no le puedo reprochar a Jokin que se tome esta decisión porque han sido diez años de mucho trabajo e intensidad codo con codo para sacar al club adelante. El fútbol coge una dimensión y en la Real debemos pensar muy bien lo que somos y a donde queremos ir. Obligar al Consejo a tomar decisiones con las que puedes estar más o menos de acuerdo, pero manifestarlo en la mitad de un partido cuando el equipo necesita ayuda... La imagen de la Real en los últimos años no concuerda con lo que la gente del fútbol pudo ver en la televisión.

¿Qué se siente cuando desde el primer momento que empieza a trabajar con Aperribay está en el centro de la diana?

Es retrotraernos diez años atrás, a la historia más triste de la Real. Tenemos que meditar y no cometer los mismos errores, que sirva como experiencia cómo se llegó al descenso. Tengo muy claro cual es el origen, de una parte de la prensa que aquella situación no supo digerirla. Jokin apostó por mí y ellos me identificaron como una persona que no había ayudado a que el club fuera a la desaparición y nunca me lo perdonaron. A partir de ahí estuve en la diana y ni el ascenso sirvió para cambiar eso, ni jugar la Champions a los tres años, ni clasificarnos para la Europa League, ni jugar una semifinal de Copa, ni volver este año a Europa... En el mínimo momento que han podido han vuelto a ponerme en la picota y han aprovechado los errores, que los ha habido, y nunca han sido capaces de analizar la globalidad de mi trabajo.

¿Qué piensa cuando ahora se recuerda su marcha al Athletic con 22 años y no cuando vuelve con 26 o es capitán con 27?

Ya expliqué cómo se produjo mi traspaso al Athletic. Lo sabemos yo, mi representante Miguel Santos y la gente del club, con el padre de Jokin Aperribay. La Real no tenía una situación como la de ahora y me dijeron que me tenía que ir. No me preguntaron qué debían hacer para que me quedara. Me ofrecía el Athletic igual cuatro veces más de lo que cobraba en la Real, no había capacidad económica para ofrecerme nada y el club no podía rechazar los 300 millones de pesetas. Representaban el mayor traspaso de un jugador nacional. Todos entendían que era lo mejor para todos. Ahora la Real habría tratado de que Loren no se marchara porque las armas que tiene son más fuertes.

Ahora cuestionan mi realismo desde el desconocimiento. Cuando estaba en Burgos tenía tres o cuatro ofertas y con Miguel Santos decidimos que tenía que volver a la Real. Cuando me llamó Toshack no tuvimos ninguna duda, era el que me subió al primer equipo. Me imagino que para suceder como capitán a Larrañaga y Arconada alguien vería mi compromiso y mi sentido de pertenencia. Cuando 20 años después gente muy joven me cuestiona lo que pasó aquella época es porque no saben lo que pasó. El que cuestione mi realismo hablando del Athletic es porque ni me conoce ni conoce aquellas circunstancias.

¿Comparte que pasa a ser cuestionado por Badiola en 2008?

Me pone en la diana porque quiere hacer cosas en temas de fichajes y relaciones con representantes, quería hacerse representante de jugadores de la casa, hacer cosas en lo económico que no se podían hacer y yo en la parte que me tocaba no iba a dar el visto bueno. Luego estaban los administradores concursales que controlaban todo eso y tenían muy en consideración mi opinión. Lo único que hice es lo que he hecho estos diez años, mirar por los intereses de la Real por encima de los personales. Por eso Badiola me pone en el escaparate como a otras personas del club. Algunos tuvieron que salir, como Salva Iriarte, que es digno de hablar porque lo pasó muy mal. Yo me quedé porque Badiola pensó que iba a poderme convencer para hacer lo que quería, pero Salva salió y el tiempo que trabajé con él, que lo tuve como entrenador, demostró ser un gran profesional, una gran persona, y lo puso en el disparadero.

En sus cuatro primeros años con Jokin Aperribay se pasa de la Segunda a la Champions...

Fue pasar del infierno al cielo. Apuesto por Martín Lasarte, un técnico al que conocía como persona y entrenador, y sabía que era el ideal para aquellas circunstancias. Los jugadores necesitaban un entrenador con un altísimo nivel de motivación, activación y trasmisión. Había que elevar el nivel de energía positiva porque había una depresión dentro. Era el tercer año en Segunda y él supo convencer a los jugadores, animar a todos. Nos ascendió y nos mantuvo el primer año y puso la primera piedra para la consolidación. Con él, como con otras muchas decisiones, fui criticado cuando vino y cuando se fue. Pero yo quería a Philippe Montanier. Era un proyecto de riesgo, un entrenador joven que lo tenía muy bien valorado porque en Francia hacía cosas muy interesantes con un estilo y un perfil de técnico con buenos conceptos. Le costó adaptarse, pero tanto el Consejo como los técnicos nos mantuvimos firmes en los momentos difíciles, le aguantamos y conseguimos el cuarto puesto y nos clasificamos para la Champions.

¿Comparte qué, a pesar de que ningún club ha logrado eso, ni tres clasificaciones entre los siete primeros con, como mucho, el octavo presupuesto de la Liga, ni mejorar tanto su economía, no se ha valorado nunca su trabajo con justicia?

Yo creo que sí se ha valorado. Soy una persona que me relaciono con la gente en la capital, en la provincia y en la calle no ves lo que una parte de la prensa ha querido trasmitir como si sus opiniones fueran de la mayoría de la masa social. Se ha valorado mi trabajo por la mayoría silenciosa y eso me ayudó a tener fuerzas en los momentos de dificultad, a seguir en la misma línea. La gente en general te dice que estáis haciendo un buen trabajo, sacáis chavales, te pueden hablar de algún fichaje mejor o peor, pero todo eso que he recibido me ha permitido que los cuatro del altavoz no me hicieran mella porque lo que percibía y lo que el Consejo me trasmitía iba en ese camino.

Ha estado 25 años seguidos en la Real y ha visto salir a muchos responsables. ¿Los años de éxitos se ven normales, los normales como fracasos y el fracaso de bajar a Segunda es un cataclismo que aún se paga?

Sí y la masa social y la prensa se deben plantear que el fútbol ha cambiado mucho con los derechos de televisión, que hacen que los equipos que ascienden de Segunda tengan una capacidad económica que antes no disponían. Pueden tener 40-50 millones de ingresos con los derechos televisivos y destinan el 75% a la primera plantilla. Y si queremos que la Real mantenga su filosofía hay que ayudar a los que la dirijan, a los técnicos y al Consejo y tener claro lo que son éxitos y fracasos. No puede ser que cada dos años entres en Europa, que hayamos jugado la Champions con 17 de casa y que un año que juegas en Europa tras meter cinco chavales del Sanse, con 16 jugadores de Zubieta, quedar el 10 o el 11 se considere un fracaso. Podemos equivocarnos y volver a cometer los errores que nos llevaron a Segunda y a la ruina. Y bajar hoy en día es deportivamente catastrófico, pero si además conlleva una ruina económica puede ser el final del club porque hoy las instituciones y los bancos no te van a echar una mano. Tenemos que meditarlo para el futuro y ahora que soy un socio, accionista y aficionado de la Real debemos pensar qué son los éxitos y los fracasos de este club si queremos mantener la filosofía y la identidad teniendo el mayor número de jugadores de casa en la primera plantilla. Porque además creo que es la mejor forma de tener éxitos deportivos y estabilidad económica.

¿Le apena que un mal año haya bastado para entregar su cabeza pese a los éxitos de su gestión en el primer momento que se pide en Anoeta?

Me da pena porque un mal año no puede ser un fracaso. Me apena porque creía en este proyecto con Eusebio y creo que si lo hubiéramos aguantado más habría dado resultados. Pero es verdad que lo que se generó el otro día no es bueno. Más allá de las personas afectadas, por la Real, que no puede dar una imagen como la que dio. Si mi marcha sirve para solucionar eso bienvenida sea. Y lo que espero es que el 19 de mayo el equipo acabe en una clasificación más que digna y digamos que no ha sido lo que queremos, pero que tampoco representa un fracaso.

¿Cómo ha sido su despedida de Eusebio y de todo Zubieta?

Con Eusebio la despedida es larga, de mucho contacto y menos intenso y menos emoción porque nos hemos ido los dos juntos consolándonos uno al otro. La despedida con Zubieta ha sido muy dura. Así como me voy tranquilo, con paz interior, el momento de despedirme de las personas de Zubieta ha sido el más difícil tras diez años de convivencia con profesionales excepcionales y personas maravillosas que creo que la Real tiene que cuidar porque estoy convencido de que no hay un club con profesionales con tal dedicación, identidad y compromiso como los que hay en Zubieta.

¿Qué opina cuando lee y escucha que Aperribay se queda sin escudos? ¿Cree que el objetivo final es acabar con él?

Sin duda alguna. A parte de entender que yo tenía que dejar el puesto, empecé a percibir mucha presión hacia Jokin y el Consejo y que un periodista le desafíe al presidente que salió escoltado del velódromo por atreverse a entrar y le diga en la rueda de prensa que queda como diana porque ha quitado el paraguas de Loren... Que se lo piense muy bien la gente y la prensa a la hora de poner a Jokin Aperribay en el disparadero...

¿Lo difícil en ese mar de fondo es mantener el timón en la dirección que ha dado éxitos? ¿Teme que sin usted cambie el rumbo y lo mueva la corriente?

No creo que sea así por lo que he trabajado siempre con Jokin, pero sí que es lo que va a pedir alguna gente y con Jokin o sin él lo que más miedo me da es que se vuelva a creer en un modelo insostenible para la Real buscando resultados por encima de todo porque eso nos llevó a la ruina deportiva y económica.