En una entrevista durante su visita a la Casa Blanca, la dirigente derechista insistió a la agencia Afp que el despliegue de soldados y de arsenal estadounidenses reforzaría a los efectivos de la OTAN, ya presentes en la república báltica. Y justifico su petición por la, siempre a su juicio, posición «cada vez más belicosa» de Rusia.

«Queremos asegurar que los territorios de la OTAN y los soldados de la OTAN estén protegidos», señaló, para añadir que «tenemos que asegurarnos de que en caso de necesidad haya una defensa aérea y un soporte aéreo para estas tropas. Y necesitamos que nuestra fuerza de disuasión sea creíble».

Kaljulaid aseguró que la cuestión no fue abordada en e transcurso de su reunión con el presidente es tadounidense, Donald Trump, normalmente poco favorable al despliegue de recursos militares estadounidenses en el extranjero, pero insistió en que el debate entre los dos países existe y añadió que sus interlocutores en Washington son el ministro de Defensa, Jim Mattis, y el vicepresidente de EEUU. Mike Pence.

«Otra dimensión»

Con una población conjunta de 6 millones de personas, las tres pequeñas repúblicas bálticas – incluidas Letonia y Lituania–, fueron anexionadas por la URSS durante la II Guerra Mundial. Lograron la independencia tras la disolución del imperio soviético y se integraron en la UE y la OTAN en 2004.

La OTAN tiene estacionados a soldados británicos, daneses y franceses en Estonia, pero la presidenta asegura que la llegada de soldados estadounidenses le daría «otra dimensión». »Preferimos un acuerdo bilateral para la instalación permanente de soldados sobre la base de una rotación», explicó, lo que –añadió en referencia irónica a Moscú– «sería útil para calmar a los espíritus febriles».

«Algunos piensan que la OTAN tarda tiempo en reaccionar, mientras con EEUU todo sería más rápido», señaló. Soldados estadounidenses participan ya en la fuerza de la OTAN «Enhanced Forward Presence» pero está estacionada en Polonia.

Rusia ha realizado recientemente maniobras en el Mar Báltico, lo que ha generado preocupación en Suecia y ha llegado a perturbar los vuelos comerciales en Letonia. «Este tipo de actividades no tiene precedentes», asegura Kaljulaid, para quien todo ello se inscribiría «en las represalias rusas tras Salisbury», en referencia al caso Skripal, en el que el exagente doble ruso y su hija fueron envenenados a principios de marzo en aquella localidad del sur de Inglaterra. Occidente no ha dudado en responsabilizar a Rusia del envenenamiento de su traidor y ha tomado importantes medidas de castigo, respondidas con similares represalias por parte del Kremlin.

«Paciencia estratégica»

No obstante, Kaljulaid defiende paralelamente que Occidente debería dar muestras de «paciencia estatégica frente a las ambiciones territoriales de Rusia», con el mantenimiento e incluso el refuerzo de las sanciones económicas».

«Tras Salisbury, se ha abierto un debate sobre la oportunidad de tomar medidas en torno a los capitales rusos en distintos países (...) pero yo pienso que en todo caso tendrían que ser medidas que merezcan la pena».

En este sentido, la presidenta estonia recordó que Putin «ha prometido concentrar su atención en la economía rusa. Espero que lo haga», concluyó.