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BARCELONA

Una multitud abarrota Barcelona por la libertad de los presos políticos

Una multitudinaria manifestación –750.000 según la organización y 315.000 según la Guardia Urbana– desbordó ayer Barcelona bajo el lema «Os queremos en casa». La movilización convocada por la plataforma Espai Democràcia i Convivència reclamó la libertad de los presos políticos y su regreso a casa así como la de los exiliados.

La manifestación convocada ayer por Espai de Democràcia i Convivència desbordó ayer las calles de Barcelona bajo el lema «Por los derechos y las libertades, por la democracia y la cohesión, os queremos en casa».

El manifiesto conjunto de las entidades que conforman la plataforma mostró su preocupación por «la creciente persecución» contra la ciudadanía catalana por el mero hecho de «ejercer la libertad de expresión y de manifestación».

Denunció «la aplicación abusiva del Código Penal» y exigió la inmediata liberación de «todos los dirigentes y líderes encarcelados –Jordi Sànchez, Jordi Cuixart, Oriol Junqueras, Joaquim Forn, Jordi Turull, Carme Forcadell, Dolors Bassa, Raül Romeva y Josep Rull– así como el retorno de los exiliados».

Reclamó «respuestas políticas y no represivas», al tiempo que abogó por promover espacios de diálogo y negociación política. Durante todo el recorrido se pudieron escuchar gritos como «No estáis solos», «Somos gente de paz», «Libertad presos políticos» o «Puigdemont, president», además de verse lazos amarillos y banderas catalanas.

A través de Twitter, Romeva, encarcelado en Estremera, agradeció a los manifestantes por «salir a la calle, no solo por reclamar nuestra libertad, sino por defender vuestras libertades. Unidos, cívicos, firmes, no nos quitarán nunca el futuro».

Oriol Sànchez, hijo del expresidente de la ANC Jordi Sànchez, leyó unas palabras escritas por su padre desde la prisión de Soto del Real en las que defiende «el derecho a ser libres». «Llevemos, en nuestro nombre, la primavera de las sonrisas republicanas a todos los rincones del país», subrayó. Remarcó que este movimiento ha sido el promotor de las movilizaciones «más multitudinarias, cívicas y pacíficas» llevadas a cabo en Europa y que «la violencia de la que hablan es inventada».

Por su parte, Txell Bonet, compañera de Jordi Cuixart, subió al escenario para leer una carta del presidente de Òmnium Cultural, también preso en Soto del Real. En ella, pone en valor «la capacidad del pueblo catalán para unirse en los momentos difíciles». «Vivimos momentos de injusticia por la deriva autoritaria de un Estado cada vez más aislado internacionalmente». Depositó su esperanza en toda la gente que «no se cansa de movilizarse frente a la represión. Sois el motor de la lucha por la democracia y la libertad. Esperanza en la dignidad insobornable de la sociedad catalana y en un futuro sin renuncias para nadie», destacó Cuixart. Ambos Jordis cumplen hoy seis meses en prisión.

 

Torrent reitera la necesidad de formar un frente unitario

El president del Parlament, Roger Torrent, reiteró la necesidad de formar un frente unitario para responder a la actuación del Estado español contra el independentismo. «Cuando somos transversales, cuando somos plurales y nos unimos en la defensa de los derechos y la democracia, somos imparables», afirmó en declaraciones a los medios en la manifestación de ayer.

Resaltó que esta movilización es una demostración de unidad ante «la regresión que está haciendo el Estado español y amenaza los pilares fundamentales de la democracia».

La masiva movilización estuvo respaldada por representantes de JxCat, PDeCAT, ERC, Demòcrates, CUP y los comunes, así como de los sindicatos CCOO y UGT –integrantes de Espai Democràcia i Convivència–.

«A todos aquellos que dicen que el movimiento está desmovilizado, que la gente está cansada, les demostramos una vez más que no es así y que el resultado del 21 de diciembre se palpa hoy –por ayer– en las calles», destacó la portavoz de JxCat en el Parlament, Elsa Artadi.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, presente en la manifestación, advirtió de que «estamos en un momento de regresión democrática peligrosa para todo el mundo, no solo para los independentistas, no solo para Cataluña, sino para toda España».GARA