Aritz INTXUSTA
IRUÑEA

Goñi cobró 1,87 millones en 2010 por un «salario en diferido» en forma de póliza

El interrogatorio al exdirector de la CAN se alarga con un intenso interrogatorio del responsable de Geroa Bai. A Enrique Goñi se le vio incómodo al intentar explicar los aumentos del sueldo y las pólizas de fidelización. También cobró pluses por cumplir objetivos pese a la caída constante de la solvencia.

La comparecencia voluntaria de Goñi se está alargando tanto que obliga a reordenar el calendario de la comisión sobre Caja Navarra. El exdirectivo de la entidad se mostró rocoso y se aferró a informes del Banco de España en los que se ubica a la CAN comparativamente mejor que «el resto del sector», haciendo referencia al resto de cajas, la mayoría de ellas sometidas a nacionalización forzosa.

Uno de los momentos de mayor tensión se vivió cuando el comisionado de Geroa Bai, Koldo Martínez, le preguntó por sus retribuciones. Martínez fue año por año repasando el aumento exponencial de los emolumentos hasta llegar a 2010, cuando Goñi llegó a ganar 1,87 millones gracias a lo que él denominó «salario en diferido».

El exdirectivo que, hasta ese momento, había mantenido el discurso de que su sueldo había aumentado por «transparencia» al unificarse en un salario las dietas de participadas aseguró que esa «punta» en su remuneración de 2010 se debió a una póliza firmada en el año 2005. Era una especie de «seguro de vida» a cobrar en caso de que en el año 2010 siguiera ocupando el mismo puesto. Goñi reconoció ser el primer ejecutivo en tener una póliza de este estilo en CAN, aunque después hubo al menos otra más. Además, esta práctica se mantuvo en Banca Cívica con él y otros siete directivos. Si bien, debido a que la entidad fue adquirida por Caixabank, no llegaron a cobrarla.

Martínez también le afeó haber cobrado pluses por cumplimiento de objetivos (a los que Goñi se refería como «retribución variable») mientras caía el índice de solvencia. El directivo no supo dar una respuesta coherente y respondió atacando la gestión de su predecesor, pues según sus datos, la solvencia se deterioró más en la etapa de Lorenzo Riezu. En la etapa que a afecta a Goñi, este índice cayó de 13 puntos a 9. No obstante, el exdirector aseguró que la solvencia jamás estuvo comprometida, pese a que la entidad bancaria que creó junto a sus socios llegó a pedir un rescate al Estado de 977 millones de euros.

La agresividad del interrogatorio de Martínez provocó el enfado del representante de UPN, Luis Zarraluqui, que braceaba ostentosamente y llegó a interrumpirle. «Haré de abogado defensor de todos los comparecientes a los que se trate así», dijo Zarraluqui, que acusó al representante de Geroa Bai de «maniobras torticeras».

Al margen de este rifirrafe, la comparecencia fue larguísima y muy tediosa. Goñi se escudó en el desconocimiento de una materia tan técnica por parte del parlamentario y hasta se permitió calificar de «sobresaliente» la inversión en Oesia, que generó una pérdida que se estimó en 90 millones.