Nerea GOTI
HELENA MALENO RECIBE EL PREMIO GERNIKA POR LA PAZ

EL ABRAZO CON LA VOZ QUE LE SALVÓ LA VIDA SEIS MESES ATRÁS

EN UN ACTO LLENO DE SIMBOLISMO, LA VISITA AYER A GERNIKA NO SOLO DEPARÓ UN PREMIO PARA HELENA MALENO. LA CASCADA DE EMOCIONES COMENZÓ ANTES DEL ACTO, CON EL REENCUENTRO CON UN JOVEN CUYA VIDA PUDO SALVAR EN LA MAR. SE LLAMA MAYI NDONG, AHORA VIVE EN BERMEO.

Cuando a la activista pro derechos humanos Helena Maleno le comunicaron que le concedían el premio Gernika nunca pensó que en su viaje a la localidad vizcaina el mismo día en el que se cumplen 81 años del bombardeo por la aviación alemana se reencontraría con alguien a quien un día salvó la vida. No fue bajo las bombas, fue en alta mar, hace solo seis meses, y lo recuerda a la perfección, según contó ayer a GARA. «Fue de madrugada, era una patera con siete personas, a remo», explicó aún muy emocionada, tanto que le costó encontrar palabras para describir una avalancha de emociones que tuvo que encajar en solo unos minutos.

Mayi Ndong, el joven que aquella noche le llamó para pedirle ayuda, le esperaba a puertas del acto de entrega de premios junto a compañeros y compañeras migrantes y activistas de Ongi Etorri Errefuxiatuak. Se fundieron en un abrazo que disparó la emotividad del acto sin haber empezado. “Inor ez da ilegala” se podía leer en las letras que mostraban en alto, “No más sueños ahogados», rezaba la pancarta. En la concentración participaron, entre otros, junteros de EH Bildu y el senador, Jon Iñarritu.

Por aquella y otras actuaciones que han salvado vidas, Helena Maleno podría ser condenada por la justicia marroquí, acusada de tráfico de personas. La investigación empezó en suelo español y en este caso cruzó sin problemas al otro lado, dando lugar a un proceso judicial que ha tenido una gran contestación popular pero no ha logrado detener el despropósito. El peligro es notable, y sin embargo, no fue ese el mensaje que ayer dejó al recibir el premio.

Con nombres y apellidos

«Es vuestra valentía la que me sostenía ante el tribunal en Marruecos», comentó sobre el escenario. Sus primeras palabras fueron para dedicar el premio al recuerdo de las personas que habían naufragado de madrugada, una embarcación en la que viajaban 34 personas, de las que solo 17 sobrevivieron. Según detalló, solo cinco cadáveres pudieron ser rescatados. Remarcó que «se podía haber evitado» con la colaboración entre las autoridades marroquíes y españolas, y reclamó no olvidar que son «víctimas, personas con nombre y apellidos».

Mayi Ndong tuvo más fortuna en un viaje a otro futuro que se prolongó durante un mes y que, según dijo, fue «muy duro». Aquella noche en que llamó a Maleno estaban muy cansados, «no podían más», el grupo «se encontraba mal, estaba sufriendo», según explicó. De las siete personas que viajaban en la embarcación, solo Ndong, un joven de 23 años que ahora vive en Bermeo, sabía hablar algo en inglés, pero en salvamento no le entendían, así que tuvo que recurrir al contacto de Helena Maleno. Ella apareció poco después en un helicóptero y pudieron ser salvados.

«Estoy muy emocionado», reconoció Ndong, que contó que él y sus compañeros no pudieron contener las lágrimas cuando la periodista e investigadora fue llamada al escenario.

«Locos» tras el viaje

A Maleno también le costó describir el reencuentro. «Estoy super emocionada, cuando les he visto...». Tal y como destacó, las relaciones que surgen en situaciones tan extremas son muy fuertes. «Es verdad que los distintos pueblos del Estado se han volcado, pero que ellos en la situación en la que están estén preocupados por mi... Han hecho rezos, han matado un cordero... gente que no tiene nada más que cariño y amor, que ha estado pendiente de mi caso...», explicó Maleno sin poder concluir las frases.

Mayi Ndong explicó que al ver a Maleno recordó el momento en que la vio aparecer en un helicóptero. Contó que conocen a Helena como «mamá Maleno», que su contacto pasa de mano en mano, porque en realidad representa la única protección a la que pueden aspirar en un camino en el que no encuentran más que «violencia». Acompañó a Ndong, que ahora estudia soldadura en Bermeo, Fadima Faye, que desde hace años trabaja dando apoyo a personas migrantes y tradujo sus palabras.

Explicó que muchos jóvenes senegaleses no cuentan en casa que emprenderán el viaje, que cuando llegan a puerto les llaman «locos» porque «han visto tantas cosas, tanto sufrimiento», que la ayuda que reciben de Helena Maleno representa el único espacio de humanidad, no solo porque salva sus vidas sino porque también hace más fácil la comunicación.

A este respecto explicó Maleno que Salvamento Marítimo «tiene problemas con el tema de la posición, a veces no tienen gente que hable francés o son las propias personas que necesitan ayuda las que no hablan francés. «En el caso de Ndong, nadie hablaba inglés ni francés, solo él sabía algo de inglés, pero no le entendían», indicó. Tal y como explicó, hay veces que «no hay saldo para llamar a España; una chica me decía ‘me dicen que llame a un servicio de salvamento que no conozco, te conozco a ti y yo sé que tú no quieres que yo me muera’, por tanto también es muy importante la confianza, tú llamas a quien confías».

Según indicó, su ayuda es también importante porque «limpian» la información para Salvamento. «Muchas veces es quien nos llama y nos lo pide, porque nosotros conocemos mejor la costa, conocemos mejor a los chicos, sus códigos... Por multitud de razones y relaciones que se han creado, nuestro teléfono se ha convertido en un teléfono de salvar vidas que suena a cualquier hora del día y de la noche».

 

Declaraciones

«Un recuerdo para las personas que ayer naufragaron, una patera de 34 de la que solo hubo 17 supervivientes»

«No quieren que pongamos nombres y apellidos a las víctimas, no quieren que las reconozcamos, ni los derechos de las familias que buscan a esas personas desaparecidas»

«Este premio tiene algo especial, tiene una simbología que reconoce eso que denunciamos, esa desgraciada guerra de fronteras»

HELENA MALENO