B. Z.
donostia

Rajoy y Sánchez confirman que la intervención seguirá sin 155

En la CUP pueden respirar más o menos tranquilos. De que Catalunya no regrese al autonomismo clásico ya se va a encargar el Estado español. Así quedó sellado en la reunión que mantuvieron el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el denominado jefe de la oposición, Pedro Sánchez, en Moncloa. Ambos estuvieron de acuerdo en que «la vigilancia en el cumplimiento de la legalidad se haga extensiva a los recursos públicos que conforman el presupuesto de la Generalitat».

Una fórmula abierta que se interpretó a través de las palabras del delegado del Gobierno español en Catalunya, Enric Millo, que el lunes por la noche anunció que la intervención de las cuentas de la Generalitat se mantendrá pese al levantamiento formal del 155. Si alguien se quedó con la duda, el propio Sánchez aclaró más tarde que ambos dirigentes estuvieron de acuerdo con mantener la «supervisión» de las cuentas catalanas.

«Dada la situación creada con la investidura del nuevo president de la Generalitat, su discurso político frentista y el carácter xenófobo de sus manifestaciones públicas, el Gobierno, el Partido Popular y el Partido Socialista se han comprometido a ofrecer una respuesta pactada y proporcional en la defensa de la legalidad constitucional». Fue Sánchez, de nuevo, quien descodificó el mensaje en rueda de prensa posterior desde Ferraz: «Si el Govern sigue el camino que dice Torra, se aplicará el 155 con contundencia». «Si decide plantear esas estructuras paralelas se va a encontrar con un muro», añadió Sánchez en referencia al Consell de la República que Torra y Puigdemont quieren articular en el exilio.

A la espera de Rivera

En el posterior Consejo Nacional del PP, según informaron las agencias españolas, Rajoy confío en que el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, con quien se reunirá mañana, se sume a un pacto que espera que sea «a tres». La tentación de intentar sacar rédito electoral en un momento en el que las encuestas soplan a favor, sin embargo, parece demasiado grande para el partido naranja, que ayer cargó más contra Rajoy que contra Torra.

Tras conocer el contenido de la reunión entre Rajoy y Sánchez, Rivera acusó al presidente de «salir corriendo» de Catalunya y exigió que aplique un 155 «más duro» todavía. El líder de Ciudadanos, que intenta también que el pujante liderazgo de Inés Arrimadas en Catalunya no ensombrezca su proyección estatal –están ya preparando una pretendida «plataforma civil» para las próximas contiendas electorales–, trató de hacer ruido ayer exigiendo que la intervención no se limite a las cuentas públicas, sino que abarque elementos clave con los que el unionismo está obsesionado: los Mossos d’Esquadra y TV3.