M.I.
SANSÓN

El mito de la Biblia pierde ya su fuerza del todo

Son muchas las películas que han representado a Sansón desde los tiempos del cine mudo, empezando por “Sansón y Dalila” (1922) de Alexander Korda, a la que siguió la monumental versión homónima de Cecil B. DeMille ya en la época del sonoro. El cine italiano, dentro y fuera del peplum, también le rindió culto destacando “Los jueces de la Biblia” (1965). Y de entre las muchas adaptaciones televisivas la más valida sigue siendo la del británico Nicolas Roeg, también titulada “Sansón y Dalila” (1996). Pero la que más pronto va a ser olvidada es sin duda este “Sansón” que nos llega ahora, bajo el patrocinio de la productora de cine cristiano Pure Flix.

Rodada en Sudáfrica por dos grises profesionales, cuenta con un reparto de renombrados secundarios que son lo más llamativo de la función, sin acertar a conjugar su mensaje bíblico con una estética más actual tomada prestada del género de los superhéroes, aunque el estelar Taylor James recuerda más a Tarzán. Las escenas de acción andan muy escasas de presupuesto, a la par con una pobre ambientación repleta de errores de documentación histórica, teniendo en cuenta que los arqueólogos sitúan al azote de los filisteos en el siglo XI antes de Cristo. La narración tarda en presentar a la figura desencadenante de Dalila.