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Seúl y Washington creen que se celebrará la cumbre entre Kim y Trump

Tanto Corea del Sur como EEUU creen que, pese a los recelos de Corea del Norte y a que pueda retrasarse, finalmente se celebrará la cumbre entre Kim Jong-un y Donald Trump. No obstante el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, menos optimista sobre su resultado, advirtió de la posibilidad de interrumpir las negociaciones.

Seúl es optimista ante la celebración de la cumbre entre Pyongyang y Washington, pese a que la Casa Blanca haya planteado la posibilidad de retrasar la histórica cita.

El presidente surcoreano, Moon Jae-in, trató de transmitir una perspectiva positiva al presidente de EEUU, Donald Trump, durante el encuentro en Washington el martes, detalló el portavoz presidencial, Yoon Young-chan.

Park Won-kon, de la Universidad Global de Handong, ve improbable una cancelación de la cumbre porque «llegados a este punto las apuestas que han hecho Washington, Seúl y Pyongyang son demasiado altas». Este profesor en política internacional especializado en Corea del Norte señala que es «razonable que Moon se mantenga optimista ante la cumbre de Singapur, porque se reunió con él en privado en abril y a partir de ahí es de los pocos que de verdad puede extraer sensaciones sobre las intenciones o el compromiso de Kim Jong-un».

Moon dijo estar convencido de que Kim Jong-un «está comprometido con el éxito de la cumbre pese a la actitud mostrada recientemente por Corea del Norte».

Además, cree que Corea del Norte podría retomar los contactos con el Sur una vez que concluyan mañana las maniobras militares aéreas que llevan a cabo Seúl y Washington, y que llevaron a Pyongyang a cancelar una reunión de alto nivel con Seúl. «A partir de distintos análisis, el presidente prevé que varias trabas queden desbloqueadas después del día 25», dijo el portavoz presidencial.

Pompeo avisa

Pero el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, matizó este optimismo y avisó de que su Gobierno está preparado para interrumpir las negociaciones si las conversaciones sobre el fin de su programa nuclear y de misiles no va por buen camino.

«Tenemos una idea clara sobre la historia del régimen norcoreano. Es hora de resolver esto de una vez. Un mal acuerdo no es una opción para nosotros», afirmó Pompeo ante el comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes.

«El pueblo estadounidense cuenta con nosotros para que hagamos esto bien. Si no se nos presenta el acuerdo correcto, respetuosamente nos marcharemos», añadió.

Pompeo reiteró que su Gobierno sigue trabajando con la idea de que la cumbre entre Trump y Kim se celebre el 12 de junio, pero Trump también sembró dudas al afirmar que existe «una posibilidad muy significativa» de que no pueda producirse el 12 de junio en Singapur, como estaba previsto.

No obstante, Pompeo, que se ha reunido dos veces con Kim en las últimas semanas, se mostró ayer «optimista», si no sobre su éxito, si al menos sobre las perspectivas de que la histórica cumbre pueda celebrarse.

Ayer Trump afirmó que «la semana próxima« se sabrá si la esperada cumbre se produce el 12 de junio. «Sobre Singapur, vamos a verlo. Podría ser el 12 de junio. Ya veremos. La semana próxima sabremos lo que pasa con Singapur y, si vamos, será algo muy bueno para Corea del Norte», dijo el presidente de EEUU que aseguró que «alguna fecha» habrá.

El futuro de la cumbre está en duda desde la semana pasada, cuando Corea del Norte amenazó con cancelarla debido a las presiones de la Casa Blanca para imponerle un modelo de desnuclearización unilateral, con el modelo libio como referencia.

Preparado el desmantelamiento de la base nuclear

Corea del Norte se prepara para desmantelar las instalaciones de ensayos nucleares de Punggyre-ri, volando sus túneles de acceso, un gesto de buena voluntad previo a la cumbre entre Kim Jong-un y Donald Trump, y que Pyongyang lleva a cabo sin pedir contrapartida alguna, pese a las dudas sobre esa reunión.

Algunos analistas muestran reticencias sobre si en realidad Corea del Norte inutilizará estas instalaciones, en las que se han llevado a cabo al menos seis pruebas o creen que ya eran inservibles. Pero periodistas de China, Rusia, Gran Bretaña, EEUU y Corea del Sur se dirigían ya hacia el lugar. Desde China partió un grupo el martes, mientras otro salió ayer de la localidad norcoreana de Wonsan. Desde allí, debían aún viajar una veintena de horas en tren y autobús, además de una corta caminata hasta el lugar de las pruebas nucleares. La destrucción debía llevarse a cabo entre ayer y el viernes, en función del tiempo.

Este gesto con luz y taquígrafos permitirá a Pyongyang ganar fuerza ante la comunidad internacional y defender que ha dado pasos hacia la desnuclearización incluso en caso de un fracaso en las conversaciones.GARA