Imanol CARRILLO
OLÍMPICO DE KIEV

En-Salah-da continental

El Real Madrid quiere engrandecer su leyenda con su 13ª copa, la tercera seguida, ante un Liverpool renacido gracias a Jürgen Klopp.

Ingredientes para una final de Champions League que a priori se presenta muy atractiva y con ganas de presenciarla, los más aventureros o agraciados in situ en el Olímpico de Kiev con capacidad para 68.000 espectadores, y los menos afortunados desde el bar o el sofá de casa (20.45, Antena 3): pongan una pizca de Real Madrid que quiere seguir su reinado en la máxima competición continental alzándose con su 13ª ‘orejona’, la tercera de manera consecutiva; y añádanle a un renacido Liverpool que ha recuperado su prestigio gracias a Jürgen Klopp y su atractivo y descarado juego mediante la tripleta que forman en la delantera Mohamed Salah –la gran atracción del momento en el mundo futbolístico–, Sadio Mané y Roberto Firmino.

Dicho de otra manera, el heavy metal del Liverpool de Klopp intentará superar la orquesta sinfónica, con todas sus piezas bien engranadas, que forma el equipo de Zinedine Zidane en la Champions League.

«El Real Madrid funciona como un reloj suizo, hace un fútbol fantástico. Se organizan cuando tienen que hacerlo y son caóticos cuando el partido lo pide». Son palabras del técnico alemán de los Reds, que puede que esté en inferioridad numérica en las gradas ucranianas debido a que es posible que muchos aficionados no lleguen a Kiev debido al elevado número de vuelos cancelados. El club inglés ya anunció ayer que devolverá el importe íntegro de las entradas a esos supporters que no puedan aterrizar en Kiev.

Rotundo fracaso si pierden

El Real Madrid de Cristiano Ronaldo, máximo goleador de la historia de la competición y también de esta edición –lleva 15 goles, la mitad de su equipo–, va camino de pasar a la posteridad como lo hizo el de Alfredo Di Stéfano en el inicio de la Copa de Europa con sus cinco trofeos. En un fútbol mucho más complejo de dominar, y después de haber tirado por la borda la Liga y la Copa, los jugadores de Zidane lo fían todo a su tercera final consecutiva, tras convertirse hace un año en los primeros en mantener la corona. Es decir, no ganar la Champions esta noche sería un rotundo fracaso de temporada.

Para ello, Zidane, el mejor gestor de estrellas y egos del vestuario blanco, parece tener diez fijos y una difícil decisión: Gareth Bale o Karim Benzema.

El rendimiento liguero del galés tras convertirse en suplente en Champions le ha devuelto opciones. Ha marcado en sus cuatro últimos partidos, mientras Benzema, que salvó a su equipo con un doblete en la vuelta de semifinales, ha tenido un año aciago con el gol.

Enfrente tendrán a un Liverpool que recuerda a aquella generación de oro, con Rafa Benítez al mando desde el banquillo y Xabi Alonso desde el terreno de juego, que ganó la Champions en aquella recordada final ante el Milan en la 2004/2005.

Un temido tridente enfrente

Mucho ha llovido desde entonces, y largo ha sido el camino para llegar a una nueva final. De hecho, los ingleses arrancaron la competición hace nueve meses, a mediados de agosto, con el triunfo en la fase previa sobre el siempre peligroso Hoffenheim.

Con récord de goles anotados (40 tantos, media de 3,33 por partido/46 tantos si se cuenta la fase previa) y liderado por la “MSF”, el tridente Mané, Salah, Firmino, el conjunto inglés ha goleado a sus rivales –solo el Sevilla, con el que firmó dos empates, se libró– y ya avisa al Real Madrid. Manchester City, Oporto o Maribor dan buena cuenta de ello, aunque la Roma, en la vuelta de semifinales, sacó a relucir las posibles carencias defensivas de este equipo.

La principal amenaza para el equipo de Zidane será el ya citado MSF, el trío ofensivo más goleador en la historia de la competición. Entre el egipcio (10 tantos), el brasileño (10) y el senegalés (9) –que ha enviado 300 camisetas del Liverpool a su pueblo natal de Bambali– suman 29 tantos y han superado por uno los 28 que anotaron Cristiano Ronaldo, Bale y Benzema en la temporada 2013/2014.

De los tres, destaca, por encima de todos, Mo Salah. Es el hombre del momento. Tras salir de la Roma, el egipcio ha ganado la Bota de Oro al máximo goleador de la Premier League y ha sido nombrado mejor jugador del año en Inglaterra. En pleno Ramadán, el delantero interrumpirá el ayuno para disputar la final de Kiev con intenciones de ganar, algo que «sería muy especial», señaló Salah a la UEFA.

El ariete es visto como un ídolo para todo el pueblo egipcio, sobre todo desde que marcó el tanto que clasificó a la selección nacional para el Mundial de Rusia 2018, tras 28 años de ausencia en el torneo. Ahora quiere devolver al Liverpool al lugar donde se merece: a la gloria.