Ion SALGADO

UNA NUEVA LECCIÓN DE VIDA Y DIGNIDAD

LOS MISMOS QUE HACE MÁS DE 40 AñOS SALIERON A LAS CALLES DE GASTEIZ PARA DEFENDER SUS DERECHOS LABORALES, SE MANIFIESTAN AHORA POR UNAS PENSIONES DIGNAS. ESTÁN DANDO UNA NUEVA LECCIÓN DE DIGNIDAD A LOS MÁS JOVENES, QUE AYER LES DIERON LAS GRACIAS AL TÉRMINO DE UNA MARCHA EN LA QUE PARTICIPARON MÁS DE 4.500 PERSONAS.

El 3 de marzo de 1976 los trabajadores y las trabajadoras de Gasteiz tomaron las calles para defender sus derechos laborales. Ayer, 42 años después, muchos de los que participaron en aquellas huelgas se volvieron a manifestar para reivindicar unas pensiones públicas dignas.

Lo hicieron acompañados por muchos jóvenes. Al término de la marcha estos tomaron la palabra. «Os queríamos dar las gracias a todos y todas por darnos, una vez más, una lección de dignidad, una lección de vida. Gracias porque para nosotras fuisteis, sois y seréis un ejemplo de lucha», manifestó un representante del movimiento juvenil, que advirtió de que aquellos que ostentan el poder «nos quieren robar nuestro presente y nuestro futuro».

«Claro ejemplo de ello es que, después de toda una vida de trabajo y sacrificio, pretendan robarnos la oportunidad de vivir nuestra vejez con dignidad o que pretendan que vivamos con sueldos míseros», añadió el portavoz antes de apelar a la necesidad de unir fuerzas. «Porque la lucha por unas pensiones dignas es la lucha de todos y todas», insistió.

Estas palabras fueron respondidas con aplausos por los presentes en el kiosco de La Florida, donde concluyó una marcha en la que se escucharon gritos contra el PP y el PNV, dos partidos que han acordado un incremento de las pensiones del 1,6 % para este año y una revalorización en 2019 según el IPC.

Una subida que no soluciona los problemas de miles de jubilados que reciben una pensión inferior al SMI. En esta situación se encuentra Marian, que tiene una invalidez y cobra menos de 600 euros al mes. «Llevo cuatro años de congelación, con el 0,25%, y he perdido un poder adquisitivo del 33%. Ya vale», aseveraba. Su enfado, como el de otro muchos, está justificado.