GARA
washington

Trump intenta disipar las dudas dando por conjurada la «amenaza nuclear»

El presidente de EEUU, Donald Trump, insistió en resaltar la validez de la cumbre con el líder norcoreano, Kim Jong-un, al afirmar que «ya no existe la amenaza nuclear» de Pyongyang, frente a las dudas sobre una declaración poco concreta sobre la desnuclearización.

De regreso en EEUU tras la cumbre con el líder norcoreano Kim Jong-un, Donald Trump se apresuró a intentar disipar las dudas sobre la vaguedad de los resultados y afirmó que «ya no existe la amenaza nuclear norcoreana». «Todo el mundo puede sentirse ahora más seguro que el día en que asumí mis funciones», se felicitó el presidente estadounidense.

«No hay más amenaza nuclear por parte de Corea del Norte. El encuentro con Kim Jong-un fue una experiencia interesante y muy positiva. Corea del Norte tiene un gran potencial en el futuro», añadió. «Antes de asumir mis funciones, la gente pensaba que íbamos a entrar en guerra con Corea del Norte. El presidente Obama decía que era nuestro mayor y más peligroso problema. Ya no es el caso, duerman bien esta noche», insistió Trump, que se felicitó por haber impedido una «catástrofe nuclear».

La cumbre tuvo un gran impacto mediático y ofreció una imagen impensable hace unas semanas, pero sus resultados concretos suscitan dudas y necesitarán más reuniones y mucho tiempo para concretarse. La vaga fórmula de la declaración reproduce precedentes compromisos del régimen norcoreano nunca llevados a la práctica.

Pero la agencia oficial norcoreana KCNA coincidió con el optimismo de Trump al señalar que la cumbre de Singapur abre la vía a un «cambio radical»

«Kim Jong-un invitó a Trump a efectuar una visita a Pyongyang en un momento oportuno y Trump invitó a Kim Jong-un a ir a EEUU», indicó la KCNA, que aseguró que Trump también se refirió a un eventual levantamiento de las sanciones contra Pyongyang. Corea del Norte, aislada y sometida a duras sanciones internacionales, tiene razones para la satisfacción por esta cumbre.

Además, Trump anunció el fin de las maniobras militares conjuntas con Seúl, que él mismo calificó como «provocadoras». El anuncio cogió por sorpresa no solo a Corea del Sur sino a los jefes militares del propio Pentágono y al Gobierno japonés, que subrayó que estas maniobras «y la presencia militar americana juegan un papel vital en la seguridad del este de Asia».

Una apuesta personal arriesgada

Si Donald Trump consigue ganar su apuesta en el caso de Corea del Norte, lo hará contra los usos diplomáticos y los consejos de los expertos. Solo alguien como Trump puede decir de Kim Jong-un que «ama a su país» después de amenazarle con «el fuego y la cólera». De momento ha reforzado al líder norcoreano al negociar de igual a igual a pesar de que EEUU afirma que entre 80.000 y 120.000 presos políticos se hacinan en campos de trabajo en Corea del Norte. Trump dice creer en las promesas de Pyongyang, aunque también admite que «podría venir dentro de seis meses y decir ‘me equivoqué’». En Washington muchos ven cierta ingenuidad en el presidente y decepcionante el resultado de la cumbre, sobre todo por la ausencia de la referencia a una desnuclearización «verificable e irreversible». Tanto partidarios como críticos con Trump creen que ahora comenzará un estilo más clásico de negociación y algunos opinan que hacía falta alguien como él para acercarse a Kim, a riesgo de fracasar en una vía diplomática aún repleta de obstáculos.GARA