GARA
KABUL

La llegada a Kabul de la marcha por la paz no impide la vuelta a los combates

Al grito de «Paren los combates», una inusitada manifestación llegó ayer a Kabul, después de haber recorrido Afganistán para exigir la paz, y unas horas después de que los talibanes dieran por finalizado el cese el fuego y reanudaran los combates en varias provincias.

Agotados después de una travesía de 40 días y casi 700 kilómetros, la mayor parte durante el ayuno del ramadán, varias decenas de manifestantes llegaron a Kabul al grito de «Queremos la paz» y «Paren los combates». «Queremos que nuestro pueblo permanezca unido por la paz y acabe con sus sufrimientos para la próxima generación», declaró uno de los participantes, Mohamad Naikzad. «Llamo a las dos partes, Gobierno y talibanes, por amor de Dios, a encontrar una vía hacia la paz y la reconciliación», añadió.

El movimiento de uno de los muchos atentados perpetrados en el país, que el 23 de marzo mató a 13 personas en Lashkar Gah. Decenas de habitantes exasperados llevaron a cabo una concentración espontánea que posteriormente se convirtió en la marcha hacia la capital para reclamar una tregua duradera, negociaciones de paz y un calendario de retirada de fuerzas extranjeras de Afganistán.

Pero la movilización no parece que obtenga avances a corto plazo. Unas horas antes de su llegada a Kabul, los talibanes habían rechazado los llamamientos del Gobierno afgano para prolongar el cese el fuego de tres días que habían llevado a cabo por el final del ramadán, y que terminó el domingo por la noche, y no tardaron en reanudar sus ataques. «Los muyahidines en el país tienen orden de seguir sus operaciones contra los invasores extranjeros y sus secuaces (afganos) como habitualmente», indicaron en un comunicado en el que reiteraron su exigencia de conversaciones directas con EEUU y retirada de fuerzas extranjeras.

Así, sus combatientes atacaron a las fuerzas de seguridad en varias provincias del sur y del este de Afganistán. En uno de estos ataques mataron al gobernador del distrito de Ghani Khel en la provincia de Nangarhar. Por su parte, el Ministerio de Defensa dio cuenta de ataques en nueve provincias desde el final del cese el fuego y avanzó un balance de 12 soldados muertos o heridos. Según el Ministerio, durante los tres días de tregua, cerca de 2.500 talibanes entraron en Kabul y la mayor parte de ellos, «cansados de la guerra, han renunciado a combatir». Se trataba del primer cese el fuego formal desde la invasión de EEUU de 2001 y dio lugar a escenas inéditas de confraternización entre talibanes, civiles y soldados.