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Meseberg

Acuerdo franco-alemán para una UE desnortada por la crisis migratoria

Angela Merkel y Emmanuel Macron consensuaron ayer su hoja de ruta para la reforma de la eurozona e insistieron en el objetivo de armonizar una política migratoria, los dos puntales para reforzar a una Unión Europea en descomposición que, a juicio del presidente francés, se encuentra «ante la hora de la verdad» en plena crisis migratoria. Ambos acordaron reforzar las fronteras exteriores de la UE y limitar el asilo al país de entrada.

El presidente francés, Emmanuel Macron, salió ayer al rescate de la canciller alemana, Angela Merkel, acordando con ella un control más eficaz de los migrantes, en plena crisis migratoria en la Unión Europea (UE) y en un momento en el que el bloque comunitario está profundamente dividido en relación a una «elección de civilización».

Dotar a la eurozona de mecanismos «eficientes y soberanos», en palabras del Macron, para afrontar futuras crisis y dar respuestas «consensuadas» para lograr «reducir la inmigración ilegal sin negar el derecho de asilo», según Merkel, son los grandes desafíos de la UE, coincidieron ambos líderes.

Ambos se reunieron en el consejo de ministros franco-alemán en Meseberg, al norte de Berlín, para tratar de acercar posturas sobre la reforma de una Europa amenazada de «descomposición», dividida post-Brexit y atrapada entre el proteccionismo de Donald Trump en EEUU y las ambiciones de China, y proponer un proyecto europeo tanto en materia económica y financiera como de inmigración, señaló el ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire.

Respecto a la implantación de un presupuesto común y la creación de un fondo europeo en el marco de la reforma de la eurozona, objetivo inicial, se alcanzó un acuerdo de principios, aunque su importe y modalidades se tratarán en negociaciones posteriores.

Macron esperaba un «acuerdo sustancial», pero era más urgente echar una mano a Merkel después del ultimátum de su ministro de interior, Horst Seehofer, para que pacte una política migratoria común en la cumbre del 28 y el 29 de junio. El líder de la bávara CSU le ha dado dos semanas a la canciller para reducir el flujo de inmigrantes a nivel europeo o, de lo contrario, ordenará a principios de julio la expulsión inmediata de los solicitantes de asilo que lleguen a las fronteras alemanas desde cualquier otro país europeo, un asunto que amenaza con hacer caer el Gobierno. Para Merkel y Macron, el tema migratorio requiere una respuesta europea coordinada, mientras estados como Polonia y Hungría se niegan a abrir sus fronteras.

Ambos expresaron su voluntad de apoyar la propuesta de la Comisión Europea y de Austria para reforzar Frontex con más personal y de impedir lo que se denomina la «migración secundaria» entre países del bloque en busca del lugar más conveniente para pedir protección legal mientras se avanza hacia una estandarización de los criterios de asilo. Así, apuestan por limitar al Estado de entrada la gestión de la solicitud de asilo, una reivindicación de la CSU.

Merkel subrayó que se ha de ofrecer un «mayor apoyo» a los países que sufren de una forma más intensa la presión migratoria, en una clara referencia a los países del sur de la UE. E insistió en que para luchar contra los flujos migratorios se ha de «luchar primero» contra las causas en los países de origen. Además de reforzar las fronteras exteriores, el Consejo Europeo propondrá a finales de junio a los jefes de Estado y de Gobierno de la UE crear fuera del territorio comunitario centros o «plataformas regionales de desembarco» para clasificar si los migrantes que llegan a Europa son económicos o tienen derecho al asilo, y en función de ello y dejarles entrar o no en su espacio. Argumenta que de esa manera se podría «reducir el incentivo a embarcarse en viajes peligrosos».

Distinto modelo de civilización

En relación a las impactantes imágenes de niños separados de sus padres por las autoridades estadounidenses en la frontera con México, el portavoz del Gobierno francés, Benjamin Griveaux, aseguró que Europa y EEUU no tienen el mismo «modelo de civilización» y no comparten «ciertos valores» al defender «un ideal europeo que es un ideal de paz, libertad».

Nuevo récord de refugiados y desplazados, casi 70 millones

El número de refugiados y desplazados internos en el mundo por los conflictos alcanzó en 2017 un nuevo récord, por quinto año consecutivo, al sumar 68,5 millones, informó ayer la ONU. La crisis en República Democrática del Congo, la guerra en Sudán del Sur y la huida de miles de refugiados rohinyás de Myanmar a Bangladés propulsaron los desplazamientos forzados a niveles récord en 2017, según Acnur, cuyos datos indican que el aumento registrado el año pasado (+3,1 millones de personas) supera de largo el de 2016 (+300.000) y se explica por el fuerte crecimiento del número de refugiados.

En tanto, el número de desplazados internos se redujo muy ligeramente, con Colombia como el segundo país con mayor número de personas en esta situación. Una persona de cada 110 en el mundo está desplazada.

Los datos se conocieron en pleno debate migratorio en la UE y EEUU y el día en que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, afirmó que las migraciones, un rompecabezas para los líderes del mundo, son «inevitables» y «necesarias», por lo que sostuvo que es preferible organizarlas para garantizar que se produzcan en un contexto en el que los países cooperen y todos ganen». Los países tienen derecho a adoptar sus políticas migratorias «siempre que respeten los derechos humanos de los migrantes y que se haga de forma que la cooperación internacional sea más relevante de lo que ha sido hasta ahora».GARA