Natxo MATXIN
GRUPO A

Oficio charrúa que deja fuera a Arabia Saudí y Egipto

El ariete del Barça, Luis Suárez, anotó el único gol del encuentro en el día en el que cumplía los 100 partidos defendiendo la elástica de la escuadra uruguaya.

URUGUAY 1

ARABIA SAUDÍ 0


Dos goles –ambos originados de corner– y seis puntos. Así de simple y de práctico. Al sentirse muy superior, Uruguay tiró de oficio frente a una cándida Arabia Saudí y se jugará el liderato del grupo ante Rusia el próximo lunes. Nuevamente, una jugada de estrategia, con grave error del guardameta rival incluido, sirvió para llevarse el triunfo.

Esta vez fue el pistolero Suárez quien sacó máximo rendimiento al balón parado y, de paso, se estrenó en la presente cita mundialista. Más que mérito del ariete azulgrana, fue fruto del tremendo fallo del cancerbero Alowais –Juan Antonio Pizzi había ordenado el relevo en la portería respecto al primer partido– en una salida a por uvas. El técnico argentino deberá probar al último arquero de su lista.

La victoria charrúa tuvo consecuencias a terceros. De una tacada, no solo dejó fuera del torneo a sus inmediatas víctimas, sino también a Egipto, que había visto reducirse sus opciones prácticamente a la nada después de caer contra los anfitriones. Ambas escuadras se jugarán, al menos, el honor de puntuar en el envite que resta para concluir la fase de grupos.

No pudo tener mejor forma de celebrar su partido número 100 con la elástica celeste Luis Suárez que haciendo lo que más le gusta, anotar. Hasta ese 1-0, el duelo, marcado por el ritmo lento que impusieron los de Tabárez, se manejó de manera equilibrada, si bien los ingenuos saudíes volvieron a pecar del mismo mal que les penalizó frente a los organizadores. Supieron llegar al área rival, pero de manera totalmente inocua.

A su antojo

Por contra, Uruguay, ya con el luminoso a su favor, jugó a placer, sobando el cuero todo lo que quiso y más, de manera parsimoniosa, y acelerando cuando más le convino, de tres cuartos hacia adelante y en el momento en el que Arabia Saudí, influida por la desesperación de no poder igualar, dejó importantes espacios en su zaga. Carlos Sánchez, con un remate de cabeza tras fantástica asistencia de Cavani, y el propio delantero del PSG, desviando un tiro de Torreira y en un mano a mano con Alowais, fueron quienes más cerca estuvieron del 2-0.