El presidente francés, Emmanuel Macron, y el jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, se reunieron ayer en París para buscar una posición común sobre la cuestión migratoria de cara a la crucial minicumbre europea de hoy en Bruselas y acorda- ron proponer la creación de «centros cerrados» para los migrantes que lleguen a Europa. En esos centros, financiados con fondos europeos se examinaría «rápidamente» su situación para discriminar a quienes tienen derecho al asilo de los que no, que serán devueltos a sus países de origen y no a los de tránsito.

«Francia y España comparten la misma estrategia para responder con eficacia y humanidad» al desafío migratorio, señaló en una comparecencia con- junta Macron, quien dijo contar con el apoyo de la canciller alemana Angela Merkel, con quien «ya abordó esta cuestión».

Actualmente existen muy pocos centros de este tipo en Europa. Se cuentan unos pocos en Grecia e Italia, gestionados por la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), donde se registran las llegadas y se identifica a potenciales refugiados.

La propuesta francoespañola, que será presentada a los demás socios europeos participantes en la minicumbre en Bruselas, que se anuncia muy tensa, prevé una acción a mayor escala con centros cerrados, gestionados por agencias europeas, en los países en primera línea, es decir Italia, Grecia y el Estado español, donde refugiados y migrantes deberán aguardar que sus casos sean estudiados.

Macron se mostró, además, partidario de sancionar a los países europeos que rechacen acoger la cuota de refugiados y migrantes que se les asigne, en alusión a la actitud de Hungría, República Checa, Eslovaquia y Polonia, que se niegan.

«Estoy a favor de que se impongan sanciones en caso de no solidaridad», señaló. «No podemos tener países que beneficien de la solidaridad de la UE y que reivindiquen su egoísmo nacional cuando se trata de temas migratorios», justificó.

«Coincido en que la política migratoria tiene que ser común (...) tiene que basarse en la solidaridad», declaró Sánchez.

Macron busca, según El Elíseo, establecer con Madrid y Berlín un «enfoque colaborativo» opuesto al del grupo Visegrado (Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia), que mantiene una política sin concesiones en materia migratoria. Una cuestión que el episodio del barco ‘Aquarius’, al que Italia cerró sus puertas antes de ser acogido en València, puso en primer plano la necesidad de encontrar una respuesta europea común a la cuestión migratoria.

El Gobierno alemán rebajó las expectativas sobre las dos cumbres al recalcar que no se llegará a una «solución» europea sobre el problema, sino que se hablará más bien de «acuerdos bilaterales y multilaterales», apuntó.

 

El barco de Lifeline sigue sin puerto seguro

El barco de la ONG alemana Lifeline continuaba en el mar Mediterráneo, cerca de las costas de Malta, a la espera de una solución diplomática que le permitiera atracar en un puerto seguro, con cerca de 230 migrantes rescatados a bordo y con provisiones hasta mañana. El buque mercante Alexander Maersk, de bandera danesa, al que fueron trasladados 113 personas en la noche del jueves en otro rescate en el que participó la ONG alemana, se encuentra en la misma situación. Varias ONG criticaron el caos que impera en el Mediterráneo, ante la actitud de Italia y Malta, que se negaron a acoger a esas personas socorridas en el mar, mientras que las organizaciones Sea-Eye y Sea-Watch anunciaron que llevarán suministros al barco de Lifeline, que lleva tres días en aguas internacionales esperando instrucciones para atracar.

Por oro lado, ayer al menos 769 inmigrantes fueron rescatados ayer cuando intentaban alcanzar las costas andaluzas y canarias. En el Estrecho de Gibraltar se socorrió a 298 personas que viajaban en 17 pateras y en el mar de Alborán, a otras 342 personas a bordo de otras siete. Además, 129 personas de origen subsahariano que iban rumbo a Gran Canaria fueron rescatadas tras pedir auxilio de madrugada cuando estaban cerca de la isla a bordo de un cayuco.GARA