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VIENA

Austria, Italia y Baviera imponen su política antiinmigración a la UE

Reunidos en un desayuno de trabajo, los titulares de Interior austríaco, italiano y bávaro (Alemania) anunciaron un acuerdo trilateral para reducir «a cero» la inmigración, marcando el guion a un consejo de ministros de la UE incapaz de plantear alternativa alguna.

Los representantes de Alemania, Italia y Austria acordaron ayer en Innsbruck, donde se celebró un consejo de ministros de Justicia e Interior comunitario, cooperar intensamente para reducir «en lo posible a cero» la inmigración a la UE.

«Las cosas son simples: los tres hemos acordado que queremos poner orden», sentenció el ministro austríaco de Interior, el ultraderechista Herbert Kickl, tras reunirse con sus homólogos italiano y bávaro, Matteo Salvini y Horst Seehofer, antes del consejo. El vicepresidente italiano precisó que a partir de ahora los tres países trabajarán para reducir «una inmigración que no estamos en condiciones de seguir soportando».

El político ultraconservador bávaro insistió en que «la cuestión de quién recibe asilo en Europa» no deben decidirla los traficantes, sino «los gobiernos elegidos democráticamente».

Bloqueo negociador

Por contra, el consejo de ministros comunitarios no pudo sino constatar que la negociación sobre la reforma del sistema de asilo sigue en punto muerto. «Hemos hecho algún progreso, pero estamos en una especie de callejón sin salida en este paquete legislativo», reconoció el anfitrión austríaco Kickl.

El encuentro informal, el primero tras la cumbre de la UE de finales de junio, solo pudo constatar el consenso en las áreas a las que los jefes de Estado habían dado luz verde, como el refuerzo de las fronteras exteriores o una «base presupuestaria» para Frontex en el próximo marco financiero plurianual (2021-2027). Uno de los puntos que generan un mayor desacuerdo es de las llamadas «plataformas de desembarco» en países terceros. El comisario europeo de Inmigración, Dimitris Avramopoulos, advirtió de que este tipo de soluciones «no se impondrán» ni a estados miembros ni a países vecinos.

Finalmente, el comisario griego insistió en la necesidad de garantizar el sistema de asilo, así como de reformar el sistema de Dublín, que obliga a pedir protección en el primer país de la Unión al que se accede. «Ninguna medida tendrá valor si no hay un sistema de asilo común que funcione bien», alertó.

¿Preside la UE un Gobierno euroescéptico?

Austria presidirá hasta final de año la UE con un Gobierno aliado a la extrema derecha xenófoba. El canciller, Sebastian Kurz, cuenta con el sostén del Partido Popular Europeo, al que su formación pertenece y que es mayoritario en el Parlamento de Estrasburgo.

Pero no pocos le acusan de estar jugando con el miedo y socavando a la UE.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, pone la mano en el fuego por el europeísmo de Kurz y su Gobierno y niega que sea comparable a la coalición derecha-ultraderecha austríaca de 2000, «que no tenía un programa claramente proeuropeo».

Muchos analistas no comparten esa tranquilidad y alertan de que Austria podría promover un eje con otros países en el Consejo, como Italia, Bulgaria y Finlandia. Sin olvidar el eje xenófobo con el Grupo de Visegrado. Así, mientras los socialdemócratas acusan al PPE de acoger a políticos como Kurz, la izquierda le califica de «Orban con cara de niño», en referencia al primer ministro húngaro.GARA