GARA
PALMA

Open Arms responsabiliza a Italia y la UE en su denuncia contra las patrullas libias

La organización Open Arms responsabilizó a Italia y a la UE por dejar en manos de milicias libias el rescate de personas en el Mediterráneo, según la denuncia por omisión de socorro y homicidio que presentó contra un mercante y los denominados «guardacostas libios».

La organización Proactiva Open Arms ha denunciado ante el juzgado de guardia de Palma por omisión de socorro y homicidio imprudente al capitán de un mercante y a la denominada «guardia costera de Libia» por un naufragio mortal del que responsabiliza también a Italia.

Todos los tripulantes del buque de rescate Open Arms, incluido el jugador de la NBA Marc Gasol, firmaron la denuncia tras desembarcar ayer en el puerto de Palma a Josefa, la superviviente del naufragio el pasado martes de un barco con unas 150 personas a bordo, del que culpan al responsable del mercante de bandera panameña Triades, que lo abandonó antes de la llegada del socorro.

Asimismo, culpan a los «guardacostas» libios que acudieron a socorrer a los migrantes de dejar en el lugar donde se hundió la patera a las dos personas que encontraron muertas, una mujer y un niño, y a la camerunesa rescatada con vida, para la que han pedido protección a la Fiscalía como testigo de lo sucedido. Ayer fue trasladada a un hospital de Palma donde se recupera de las lesiones físicas y del shock que sufre.

El director de la ONG, Oscar Camps confía en que el juzgado de Palma inicie un procedimiento judicial que acabe asumiendo la Audiencia Nacional, para que se determinen las responsabilidades de un «episodio de negligencia absoluta» que achaca directamente al capitán del mercante y al «supuesto grupo armado que se hace llamar Guardia Costera libia», que «deja personas vivas en sus operaciones de rescate».

Pero además subrayó que Italia y el conjunto de la Unión Europea dejan que Libia, «un país sin Estado», se haga cargo de las actividades de rescate ante su costa con medios escasos y pese a las sospechas de la connivencia de sus «guardacostas» con los traficantes.

Camps recordó que el naufragio denunciado se produjo a 80 millas de la costa de Libia, casi a la misma distancia de la isla italiana de Lampedusa (90 millas). Asimismo, criticó la negativa de Italia y Malta a que desembarcaran en sus puertos los cadáveres y la superviviente y rechazó la campaña de desprestigio que está sufriendo su organización por parte de medios y autoridades italianas. «Se nos tacha de grupo criminal, de traficantes» por denunciar el abandono de los migrantes en el Mediterráneo central, con lo que se persigue eliminar sus denuncias ante lo que ocurre. «Somos los únicos testigos», aseguró Camps.

Italia acusa a Open Arms

El diputado italiano Erasmo Palazzotto, del partido Liberi e Uguali, también participante de la misión, criticó que se empiece a criminalizar a los que salvan vidas por parte de las autoridades de su país, que «pagará ante la justicia» por esta política contra los inmigrantes. Pese a las críticas, el Ministerio del Interior de Italia acusó a la ONG de «instrumentalizar a una víctima con fines políticos» «No merecen respuestas las ONG que insinúan, escapan, amenaza denuncias, pero después no desvelan con transparencia quien las financian y sus actividades», afirmó el Ministerio en manos del ultraderechista Matteo Salvini.

Además, advirtió de que «se denunciará a quien, con mentiras y falsedades, pone en duda la inmensa labor de salvamento y de acogida realizada por Italia» e insistió en que «si la ONG española prefirió rechazar el ataque en Italia para escapar a otro sitio, es su problema».

Una semana de espera ante el silencio de Túnez

El barco petrolero Sarost 5, con 40 personas rescatadas tras cinco días a la deriva, espera desde el pasado domingo frente a la costa de Zarzis, en el sur de Túnez, la autorización del Gobierno tunecino para atracar. El capitán del barco, Ali Hagdi, aseguró que su equipo «tiene la moral a cero» y denunció el «silencio sepulcral» de las autoridades.

Shell, responsable del petrolero, pedirá a las autoridades el relevo de una parte de la tripulación, mientras un barco de suministro llevó ayer comida y agua así como colchones para reemplazar las esterillas de paja sobre las que duermen los migrantes.

Al escaso espacio –60 metros de largo por 16 de ancho– que se han visto obligados a compartir las 54 personas a bordo, las inclemencias del mar que sufren desde hace una semana y las temperaturas que superan en ocasiones los 40 grados se suma la exasperación de no saber cuánto durará esta situación. Entre los rescatados, se encuentran dos mujeres embarazadas GARA