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DONOSTIA
ASISTENCIA A MIGRANTES EN TRÁNSITO EN LA CAV

25 migrantes en la calle, con 35 camas vacías en el albergue de Irun

25 inmigrantes en tránsito se encontraron este fin de semana en la calle, pese a que en el albergue de Martindozenea había 35 camas vacías. Organizaciones humanitarias y colectivos de Irun denunciaron que el protocolo interinstitucional limita a tres días la estancia máxima, por lo que una vez utilizado el recurso, «no pueden volver».

Organizaciones humanitarias volvieron a aportar ayer datos que ponen en cuestión las medidas de acogimiento que las instituciones de la CAV están articulando para atender a los inmigrantes en tránsito que llegan a Euskal Herria y que responsables del Ejecutivo Urkullu insisten en presentar como óptimas. La red de apoyo a estas personas, en la que participan, entre otras, organizaciones como SOS Racismo, denunció ayer que un total de 25 personas durmieron en la calle, en Irun, mientras quedaban 35 camas vacías en el albergue provisional habilitado en el edificio de Martindozenea de la misma localidad guipuzcoana.

En una concentración, SOS Racismo denunció la «perversa situación» generada con el protocolo establecido por la mesa institucional formada por Gobierno de Lakua, diputaciones y ayuntamientos de las tres capitales de la CAV, al fijar en tres días la estancia máxima en este recurso público.

Según explicaron, una vez han hecho uso del albergue, estas personas no pueden volver al mismo, de modo que 25 personas que se encontraban en esta situación, tuvieron que pernoctar en la calle mientras había camas suficientes para atender a sus necesidades.

Frente a esta situación, la red de apoyo ciudadana sigue tratando de cubrir «las necesidades que las instituciones no asumen». La iniciativa ciudadana reconoció que las instituciones de la CAV realizan un «esfuerzo» pero este es «claramente insuficiente».

En un comunicado de prensa, la red de apoyo a las personas refugiadas, en la que participan Adiskidetuak, Amnistía Internacional, Helduak, Hotz, Lakaxita Gaztetxea, Ongi Etorri Errefuxiatuak, Stop Desahucios, SOS Racismo y Zero Pobrezia, reclamaron «una acogida digna e integral a personas que afrontan situaciones muy peligrosas generadas en gran medida por políticas institucionales que no les permiten viajar de manera segura y regular».

Intenso control fronterizo

Para entender la situación de desamparo que encuentran las personas migrantes que llegan a Irun, las organizaciones humanitarias destacaron, asimismo, la «perversidad» de las políticas que encuentran tras conseguir traspasar la frontera, ya que «las policías galas están desplegando un intenso trabajo de control, expulsando a quienes tratan de seguir su camino» al encuentro de familiares y amigos con los que asentarse. «Ello incide directamente en que tengan que permanecer en Irun más tiempo del deseado» por estas personas, según explicaron desde la red de acogida.

La situación se repite desde hace semanas, en las que la acogida desplegada por activistas de organizaciones, colectivos locales y a nivel particular están supliendo las carencias de la mesa de coordinación interinstitucional. Tal y como recogió GARA el pasado sábado, en un reportaje a pie de calle en Irun, a la situación de desamparo que experimentan al llegar a un nuevo paso fronterizo tras procesos migratorios que llegan a prolongarse durante años, se añaden experiencias traumáticas. Los testimonios recogidos allí reflejan su tenacidad para salvar obstáculos y proseguir de camino al norte, donde les esperan familiares.

El «Aquarius» busca puerto con 141 personas rescatadas a bordo

Médicos Sin Fronteras y SOS Mediterránée, organizaciones que gestionan conjuntamente el buque de rescate “Aquarius”, reclamaron ayer un puerto seguro en el que poder desembarcar y atender a los 141 migrantes que rescataron del mar el pasado viernes en dos operaciones en aguas internacionales, frente a las costas libias. En un comunicado conjunto, ambas ONG aseguraron haber contactado con los centros de coordinación de rescate marítimo de Italia, Malta, Túnez y Libia. Fue este último organismo el que se presentó como la autoridad encargada de la coordinación, pero según MSF y SOS Mediterránée, «rechazó ofrecer un puerto seguro», por lo que el “Aquarius” puso rumbo al norte, donde ahora espera que algún país le ofrezca un puerto en el cual poder atracar.

La situación recuerda a la vivida en junio, cuando la negativa de Italia y Malta a permitir la llegada del mismo buque –que entonces transportaba a 630 migrantes–, le obligó a poner rumbo a Valencia. Fue el estreno Pedro Sánchez en la presidencia. Ayer, sin embargo, no ofreció ningún puerto, pese a que su fin de semana de trabajo con su par alemana, Angela Merkel, ha estado centrado en la migración. El único resultado práctico del encuentro, de hecho, ha sido la puesta en marcha efectiva del acuerdo que permitirá a Alemania devolver por la vía rápida a los migrantes que hayan entrado en el continente a través del Estado español.GARA