Mikel ZUBIMENDI

DAVID TUMBA A GOLIATH: SENTENCIA HISTÓRICA EN EL JUICIO AL GLIFOSATO

En una sentencia sin precedentes que ha resonado en el mundo y que puede cambiar las prácticas agrícolas, el gigante agroquímico Monsanto ha sido condenado a pagar 289 millones de dólares a Dewayne Johnson, un jardinero enfermo terminal de cáncer.

Es una historia dura y bella, donde la perseverancia del pequeño gana al gigante. Un jardinero estadounidense, enfermo terminal de cáncer linfático, ha conseguido que el gigante agroquímico Monsanto –propiedad del grupo europeo Bayer– sea condenado a pagarle en concepto de daños y compensación 289 millones de dólares. La Justicia de EEUU, por primera vez en la historia y con una sentencia sin precedentes, ha rendido un veredicto que tiene potencial de condicionar el futuro de la agricultura mundial.

Dwayne Johnson, de 46 años y padre de dos hijos, a los que los médicos solo dan una esperanza de vida de varios meses –motivo por el cual el juicio se tuvo que adelantar–, atribuía su enfermedad a su exposición a los herbicidas Ranger Pro y Roundup que contienen glifosato y son comercializados por la firma agroquímica. El jurado le ha dado la razón al estimar que los productos en base al glifosato que motivaron la querella no eran lo suficientemente seguros como quienes lo utilizaban podían esperar, al zanjar que eran «un factor substancial» de su enfermedad y que los riesgos del producto «eran conocidos o podían ser conocidos a la luz de los conocimientos de la comunidad científica cuando fueron fabricados, distribuidos y vendidos».

En un comunicado, Monsanto ha anunciado que «recurriremos la sentencia y continuaremos defendiendo vigorosamente este producto con 40 años de utilización sin peligro y que sigue siendo un instrumento esencial, eficaz e inocuo para los agricultores y usuarios», recordando la opinión favorable de varias agencias de regulación alimentaria. Pero en realidad pintan bastos para Monsanto. Solo en EEUU, más de 4.000 demandas similares han sido presentadas en su contra en diferentes jurisdicciones y la sentencia del jurado californiano que ha dado la razón a Dwayne Johnson sienta jurisprudencia, marcando una dirección y abriendo la caja de Pandora.

Durante el juicio que ha durado un mes y ha concitado la atención global, el jurado escuchó los argumentos contradictorios de los expertos presentados por ambas partes, de gran complejidad científica sobre los mecanismos de acción del glifosato y varios estudios epidemiológicos. Pero fueron decisivos unos documentos internos y secretos de la compañía a los que tuvieron acceso los abogados de Johnson que demostraban que Monsanto sabía desde hace décadas que el glifosato, y en particular el producto Roundup, podían ser cancerígenos.

Cabe recordar que este histórico veredicto llega para la compañía con sede en Saint Louis (Misuri) en un momento muy singular de su historia. El pasado 7 de junio fue adquirida por el gigante europeo Bayer y el proceso de integración de las estructuras de los dos gigantes estaba previsto que comenzara a principios de setiembre. Está por ver cómo afecta este veredicto a ese proceso y cómo atiende al aluvión de demandas que esperan en diferentes países del mundo a cuenta del glifosato, una substancia que el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer cataloga como «probablemente carcinógena» y que está en el centro de numerosas polémicas y protestas.

Con todo, mediante un veredicto que ha resonado globalmente, el sufrimiento de Dwayne Johnson ha expuesto al mundo los secretos y la codicia de Monsanto, que pone las ganancias por encima de la seguridad.

 

Glifosato: el pesticida carcinógeno más usado del mundo

El glifosato, conocido para el gran público a principios del siglo XXI, es comercializado por numerosas sociedades agroquímicas. Con más de 800.000 toneladas esparcidas cada año, es el pesticida más utilizado del mundo. Pero particularmente para la compañía Monsanto tiene una importancia capital: está en el centro de su modelo económico especializado en la doble venta de ese herbicida y de cultivos genéticamente modificados de soja, maíz, etc… capaces de tolerarlo.

Inscrito desde marzo de 2015 en la lista de substancias potencialmente carcinógenas del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, el glifosato se enfrenta a una catarata de demandas en diferentes tribunales de Justicia a nivel internacional. Con millares de procesos abiertos en EEUU, una prohibición total en el Estado francés hasta el año 2023, una reevaluación toxicológica en Brasil o conflictos entre habitantes y productores agrícolas en Argentina, lo cierto es que raramente se ha condenado hasta la fecha y que a pesar de todos esos procesos judiciales son muy pocos los países que lo han prohibido. M.Z.