Ainhoa Astigarraga Blanco
Plataforma por la Escuela Pública Vasca
GAURKOA

Curso 2018-2019: curso para acabar con la segregación escolar

Sin ninguna duda, la gestión de la diversidad es uno de los mayores retos y oportunidades a los que nos enfrentamos hoy en día y para ello la escuela es un elemento indispensable. A las nuevas generaciones les toca vivir en una sociedad multicultural y es en nuestras escuelas donde tienen que vivir esa realidad de forma positiva si creemos en la cohesión social.

Frente a este reto, sin embargo, lo que tenemos en la CAV es un sistema educativo segregador. Y lo es porque clasifica y reparte a su alumnado en función del nivel socioeconómico y de su procedencia en dos redes: la pública y la privada-concertada. Los datos no dejan lugar a duda: hoy en día, la escuela pública (el 51% del sistema educativo) acoge al 75% de alumnos de familias de escasos recursos y la misma situación se repite con respecto al alumnado con necesidades educativas especiales (63% en infantil y primaria; 75% en diversificación curricular de la ESO), al alumnado extranjero y con aquel que se incorpora de forma tardía al sistema.

La política segregadora y nefasta que se lleva a cabo desde el departamento de Educación y las delegaciones territoriales, ha reforzado un sistema dual creando un sistema clasista que no garantiza las mismas oportunidades a todo el alumnado, diferenciándolo en razón de su color de piel, origen étnico, clase social o religión, y todo ello financiado con dinero público. Por ello, nuestro sistema educativo es discriminatorio, no inclusivo, no garantiza la equidad, va en contra de la cohesión social y relega a la subsidiariedad a la escuela pública, la red que acoge al alumnado que más necesidades tiene.

Desde la Plataforma por la Escuela Pública Vasca llevamos tres años denunciando esta situación insostenible. No hemos sido las únicas. El Consejo Escolar de Euskadi dice lo siguiente en su informe de 2015-2017: «En Primaria y en Secundaria el ISEC medio de los centros públicos es negativo, mientras que el de los privados es positivo». Y también dice que hay que «Adoptar medidas que propicien una escolarización equilibrada del alumnado en los centros sostenidos con dinero público». Las interpelaciones sobre este tema desde el Consejo Escolar al Gobierno vienen de antes. En 2009 el Parlamento ya propuso medidas concretas. La organización Save the Children en su informe “Mézclate conmigo” de 2018, confirmaba que la segregación escolar en Euskadi se había incrementado significativamente en los últimos años, y que hoy en día, el 40% de la población escolar estudiaba en guetos. Por último, el pasado mayo, miles de familias, profesores y alumnos de la Escuela Pública Vasca, además de más de 60 agentes sociales, políticos y sindicales salimos a la calle para denunciar la inacción del Gobierno frente a la segregación escolar.

Por todo ello, nos sorprende el silencio que observamos en la otra parte. El departamento de Educación no quiere ver el problema, lo esconde, la segregación escolar no se nombra en el llamado “Documento de bases para el acuerdo por la educación” y sigue empeñado en sacar adelante una Ley de Educación que no es necesaria y ha sido rechazada por toda la red pública (todos los sindicatos y AMPAs).

Nos sorprende también la actitud de la red concertada. Kristau Eskolak (24% del sistema, aproximadamente) no hace declaraciones al respecto. Ante una situación que puede crear un grave problema social, el silencio. Por otro lado, el análisis que Partaide-Ikastolen Elkarteak (13% del sistema, aproximadamente) hace sobre la segregación es, a nuestro entender, parcial. A pesar de mostrar preocupación, no realiza un diagnóstico acertado sobre sus causas, y no hay cambios en su práctica.

Este curso puede ser decisivo para el futuro de nuestro sistema educativo. El Parlamento va a tener dos importantes citas: la Iniciativa Legislativa Popular que ha recogido más de 17.000 firmas contra la segregación y a favor de un sistema inclusivo, y va a ser debatida por los y las parlamentarias. Y la tramitación de ese proyecto de Ley Educativa que quiere afianzar este sistema discriminatorio y que, como hemos dicho antes, tiene en contra a la mitad mundo educativo. Esperamos que los partidos políticos presentes en el Parlamento hagan una apuesta clara a favor de los servicios públicos, en este caso a favor de la escuela pública.

Nuestras propuestas son conocidas: 1) la escuela pública debe de ser el eje vertebrador del sistema educativo; 2) creación de oficinas municipales de matriculación escolar única; 3) gratuidad real de la enseñanza en todos los centros financiados con dinero público, tal y como establece la ley; 4) ligar los conciertos educativos a la respuesta que los centros educativos den a la realidad social de su entorno; 5) universalización del modelo D, fundamental para la integración; 6) garantizar la coeducación y la inclusión; 7) derecho a recibir una educación laica en todas las redes educativas; 8) puesta en marcha de planes especiales en aquellos centros que están inmersos en situaciones de segregación, para revertirlas lo antes posible; 9) recursos humanos y de infraestructuras suficientes para la escuela pública, acabando con los recortes de los últimos años; 10) paralización del proceso privatizador de la etapa 0-2; 11) creación de una tasa de inclusión máxima y mínima en todos los centros financiados con dinero público.

Estamos dispuestas a sentarnos y hablar con quien quiera escucharnos y hacemos un llamamiento a otras plataformas que están surgiendo en Euskal Herria a ponerse en contacto con nosotras. Pedimos también a todos los agentes sindicales y a la comunidad educativa en general un compromiso a favor de nuestras propuestas.

Estamos ante el curso 2018-2019, el año en el que debemos acabar con la segregación escolar, el año que debe reforzar las dinámicas y políticas que aseguren la inclusividad, la equidad y la igualdad. Rememos todos a favor de una escuela de todos y para todos, a favor de la escuela pública.