Dabid LAZKANOITURBURU

Maniobras militares sin parangón de Rusia con participación de China

Rusia inició ayer unos ejercicios militares en su Lejano Oriente y en el Pacífico solo comparables a los que la URSS realizó en 1981 en Europa Oriental en plena crisis tras la invasión de Afganistán. Las maniobras cuentan con participación de China, lo que, junto a su coincidencia con la ofensiva final en Siria, lanza un doble mensaje a EEUU.

Rusia inició ayer las mayores maniobras militares de su historia en los mares de Japón, Bering y Ojtosk. Bautizadas como «Vostok 2018 (Este)», implicarán hasta el 17 de setiembre a 300.000 soldados (un tercio del contingente militar ruso en activo), 36.000 tanques (incluidos los T-80 y T-90), blindados y vehículos militares, un millar largo de aviones (entre ellos los modernos cazas Su-34 y Su-35) y helicópteros y hasta 80 buques y fragatas. Todo ello sin olvidar los misiles Iskander, capaces de transportar ojivas nucleares.

Las cifras hablan por sí solas y confirman que Rusia saca músculo con unas maniobras solo comparables a «Zapad-81», que en plena invasión soviética de Afganistán, agruparon a entre 100.000 y 150.000 soldados del Pacto de Varsovia en Europa Oriental, y que supusieron un aviso a la OTAN para que no confundiera la crisis existencial que asomaba ya en la URSS con debilidad militar.

Y no solo es cuestión de cifras. Aunque el ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu, se felicitó de que «serán más imponentes aún que Zapad-81 y se darán en las condiciones equiparables a una situación de combate», no es menos destacable la participación del Ejército chino.

Junto a un contingente del Ejército mongol, China participará asimismo en las maniobras, que tendrán como escenario la región de Siberia Oriental y el Lejano Oriente ruso, territorio que limita tanto con el gigante asiático como con Corea del Norte. En un intento de tranquilizar a Japón, Moscú ha dejado fuera de los ejercicios a las disputadas islas Kuriles.

La participación china, con 3.200 soldados, una treintena de aparatos aéreos y 900 tanques, es comparativamente modesta pero supone un doble mensaje a EEUU y Occidente. Rusia muestra que está todo menos aislada en la escena internacional. Y China advierte de que está dispuesta a cimentar sus relaciones con Moscú frente a los EEUU de Donald Trump. Y que lo hará sin dejar de mantener sus aspiraciones sobre Taiwán y el Mar de China Oriental. Lejos quedan los tiempos de rivalidad entre la China maoísta y la URSS postestalinista. China está modernizando su Ejército con la adquisición de cazas Su-35 y del sistema de misiles antimisiles ruso S-400.

Siria en el punto de mira

La gran potencia económica china parece inclinada a apoyarse en el músculo militar ruso pero el Kremlin lanza otro mensaje a Occidente y tiene que ver con Siria, en vísperas de la ofensiva contra el gran reducto rebelde –y yihadista– de Idleb.

Los ejercicios navales emularán a la mayor concentración de buques de combate rusos desde la era soviética que tuvo lugar el pasado mes de agosto en la costa siria, equipados con los temibles misiles de crucero Kalibr.

 

Putin y Xi consolidan sus inmejorables relaciones bilaterales

El presidente ruso, Vladimir Putin, anunció que Moscú y Pekín «han confirmado su interés en utilizar de forma más activa las monedas nacionales» y menos el dólar en sus negocios.

Su homólogo chino, Xi Jinping, abogó por trabajar juntos frente al proteccionismo, «acciones económicas hostiles» y enfoques unilaterales, en clara referencia a las políticas de Trump.

Rusia afronta crecientes sanciones occidentales y China está en guerra comercial con EEUU. GARA