Arnaitz GORRITI

Oiz sacude la general el día de gloria de Michael Woods

Nairo Quintana y Kruijswijk perdieron sus opciones, dejando la lucha por la general entreYates, Valverde, Mas y López. La niebla y los kilómetros finales le dieron emoción a la jornada.

Siempre hay una luz. Michael Woods, del Education First, literalmente no podía dar pedales y por eso miraba hacia atrás cuando, en unos interminables 500 metros finales llegando a la cima del monte Oiz, se sentaba sobre su bicicleta. El canadiense rompió también a sollozar cuando dedicó su victoria a Hunter, su hijo fallecido antes de nacer y a su suegro, muerto hace ahora un mes. En el monte Oiz, bajo una espesa niebla, este mundo y el otro volvían a reconciliarse.

Y la montaña se reconcilió con el ciclismo, el día en el que Nairo Quintana y Kruijswijk perdían sus opciones de victoria en unos últimos cuatro kilómetros infernales, sobre una carretera de cemento con la afición haciendo pasillo, el día en el que Simon Yates y Alejandro Valverde, con el permiso de Miguel Ángel López y un sorprendente Enric Mas, que asciende al tercer lugar, dejaban la lucha por la Vuelta en un mano a mano.

Astana se queda a medias

La etapa por tierras vizcainas esperaba un sinfín de escaramuzas, y en una de estas 26 corredores lograrían irse del pelotón y jugarse la victoria en Oiz.

Una fuga de nivel, compuesta por Nibali, Pellizotti (Bahrain), Geniez (Ag2r), Omar Fraile (Astana), De Marchi, Dylan Teuns (BMC), Majka, Pöstlberger (Bora), De Gendt (Lotto-Soudal), Amador (Movistar), Serry (Quick-Step) Ghebreigzabhier, Kudus (Dimension Data), Clarke, Woods (Education First), Zakarin (Katusha), Castroviejo, De La Cruz (Sky), Hindley (Sunweb), Mollema (Trek), Conti (Emirates), Mendes (Burgos-BH), Cristian Rodríguez (Caja Rural), Jesús Herrada, Rossetto (Cofidis) y Héctor Sáez (Euskadi Murias).

Desde atrás, Euskadi Murias se puso a tirar, logrando limar la desventaja de la fuga. No iba a resultar suficiente para evitar que los escapados se jugasen el triunfo, pero sí para que Astana recogiera el guante y endureciera la prueba. De hecho, el segundo ascenso al Balcón de Bizkaia fue obra de Pello Bilbao, que le preparó el terreno a «Supermán» López para cuando llegaran los kilómetros de la verdad.

Por delante, Omar Fraile quiso, pero se asfixió en su esfuerzo, dejando la pelea por la victoria entre Woods, Teuns, De la Cruz y Majka, siendo el canadiense de Education First quien venció en la espesa niebla.

Por detrás, Valverde sacudió el árbol, y fueron cayendo Urán, Izagirre y Quintana. Enric Mas sorprendía por su frescura, tuteando a Valverde y Simon Yates, mientras que López aguantaba, pero no más. Kruijswijk, en cambio, reventaba en el interminable muro final y llegó con Quintana, dejando la general en un duelo entre dos. O cuatro.

Yates: «¿Una lucha de dos? No lo creo»

Fue un día de sangre –la caída de Fabio Aru, que llegó a la meta con el culotte ensangrentado–, sudor y lágrimas. Lágrimas de un emocionado Michael Woods, que dedicó con un nudo en la garganta su victoria a la memoria de su hijo y su suegro.

«Pensé en mi mujer, en lo duro que ha sido este año, en mi hijo Hunter –que perdieron tras 37 semanas de embarazo– y por mi suegro, que falleció hace un mes», dijo. Confesó que este triunfo le supuso «un momento muy especial» y por conseguirlo en Euskal Herria, donde «gusta mucho correr por su afición. Es muy difícil no emocionarse cuando gritan tu nombre de esa manera», valoró.

Mientras, el líder Simon Yates, que perdió ocho segundos respecto a Valverde y Mas, tomaba aire. «¿Un duelo de dos con Valverde? No lo creo. Queda mucho por disputar», recordó, hasta el punto de ampliar el abanico hasta Nairo Quintana. «Tendrá que atacar antes y nos complicará la vida», aclaró.

Valverde, por su parte, declaró que «me encontré bien y he podido aprovechar. Aquí cada día es un examen y lo hacemos con sobresaliente». GARA