M.I.
ANA Y BRUNO

En México la consideran su mejor animación

E l primero en apoyar esta producción animada fue Guillermo Del Toro, haciendo público lo mucho que le había gustado. En México es posiblemente su largometraje de animación más querido, porque han seguido de cerca todo su accidentado proceso de gestación, que se ha demorado por diez años. Carlos Carrera, un cineasta conocido por sus ficciones, entre ellas “El crímen del padre Amaro” (2002), que presentó en Donostia con éxito, lleva tiempo realizando cortometrajes animados, preparándose para el que debía ser su primer largo en el género, como así ha resultado finalmente.

Puede que en el aspecto del acabado visual, a la velocidad que avanzan las técnicas de animación en 3D, la tardanza haya perjudicado a “Ana y Bruno” (2017), sin bien se nota tan laboriosa que termina por ganarse al público más escéptico. Pero lo más trabajado sin duda es el guion, basado en la novela de Daniel Emil, apartado en el que fallan otras producciones modestas que no se atreven a competir en el diseño argumental y de personajes con Pixar. Ana es una niña soñadora encerrada con su madre en centro siquiátrico, en el que convive con los seres imaginarios creados por los demás pacientes. Entre las criaturas fantásticas se encuentra el duendecillo Bruno, además del perro Choco y un niño invidente que será su amigo.