Mikel Zuluaga y Bego Huarte*
Miembros de la comunidad desobediente Lurralde Askea
KOLABORAZIOA

Iraultza Txikien Akanpada. Tres días de buen vivir

No tenemos idea clara del camino. Incertidumbre que muchas veces nos impide comenzar a andar. A explorar senderos nuevos. Pero hay que intentarlo. Sin miedo a perderse. Las experiencias sociales no tienen el margen de error de otras ciencias. El más pequeño fallo es tomado como fracaso hasta por nosotras. Pero sin experimento social no hay evolución.

Este fin de semana en Zubieta (21, 22 y 23 de setiembre) intentamos que el cambio no solo sea un discurso sino una experiencia. Subvertir las complejas fronteras de las ideas, del modelo y de las reglas desde los interrogantes. Desde la diversidad de los movimientos sociales colectivizar pensamientos y experiencias.

El sistema intenta que todo cambio social se produzca dentro de sí mismo, ensaya para que todo conflicto o propuesta se regule dentro de sus tripas, pretende que todo se resuelva desde sus paradigmas. Nosotras planteamos volver a la comunidad, al pensamiento común, a la resistencia de la calle, a su naturalidad, su vitalidad, su espontaneidad, su lado primario, su lado lúdico y salvaje.

El movimiento social vasco estamos vivos pero atomizados. Cada uno navegamos en nuestra barca como si fuera la única. En Iraultza Txikien Akanpada deseamos aportar a la creación de un «movimiento río». Un río de nadie –o de todas– que avanza colectivamente, un río llamado encuentro, conversación y disfrutar.

Disfrutar sí. ¡Disfrutar! Cantar, bailar, pasarla bien colectivamente para nosotras también es política. La vida es demasiado corta y en el activismo se gasta –algunas veces se malgasta– mucho tiempo. No podremos crear ningún universo nuevo sin que en nuestros genes no cuidemos la cadena de afectos y de la confianza. La resistencia frente a la explotación es necesaria pero imprime dureza. Cierra filas. Y nuestra propuesta es abrirlas. La resistencia unida a la flexibilidad libera. Higieniza lo absoluto. Nos debemos a un movimiento liberador donde el estímulo de lo nuevo y creativo sea parte de la estrategia de firmeza.

Sería fácil echarle toda la culpa a un hipotético enemigo externo pero este fin de semana proponemos hacer un ejercicio crítico practicando lo que soñamos a través de un cambio de nuestras conductas y hábitos tantos personales como políticos.

No podemos seguir viviendo en la mala fe sartreana donde el ser humano niega su propia libertad. Somos libres para hacer otras cosas, también para desobedecerles. Cuando desobedeces no solo estas negando sino que también estás proponiendo.

Cambiamos las formas de vivir para cambiar las formas de gobernar. Si no les confrontamos con nuevas prácticas les estaremos eternizando. Otro mundo mejor es posible si caminamos más allá de lo reglado. Es la forma de afinar lo que somos, es hacernos mejores personas, es una corriente continua contra el inmovilismo.

Y nosotras como el río somos movimiento. En la resistencia tenemos que ser salvajes del buen vivir, y desde nuestra oscuridad y luz, desde nuestra imperfección y utopía crecemos invisibles a extramuros del palacio. En el bando de los humildes. Un movimiento social que tiene un tiempo distinto, que relativiza el imperio de lo coyuntural para dar importancia al tiempo largo, a las imperceptibles modificaciones de calado.

No somos creadores artísticos pero debiéramos ser creadores sociales buscando un cambio sustancial que emocione, que se salga de lo convencional, de sus formas de vivir. La vida son cinco minutos y hay que disfrutarla, siempre sin explotar a nadie. El buen vivir. Una sociedad generosa y a escala humana, sin gigantismos, sin codicia, sin clases, rescatando el tiempo y la economía para vivir, no al revés. Es la colaboración con la vida. La de sin fronteras. La de sin guerras. La del O racismo. O machismo.

Crecer en la comunidad, creer en la sencillez voluntaria –una vez alcanzado los mínimos no deseemos más– y ser libres para hacer todo, todo, todo lo que nos plazca en relación con la comunidad y la naturaleza. En Zubieta este fin de semana es tiempo para practicar el buen vivir, para marchar contra la muerte –de la incineradora– y para repartir entre nuestro pueblo vida, sonrisas, semillas y balas desobedientes.

*Firman también Maialen Martinez de Marigorta, Haizea Isasa, Iker Sarriegi, Haizea Ziluaga, Beñat Irasuegi, Irantzu Jauregi, Joseba Alvarez e Irati Tobar